viernes, marzo 14, 2008
Gordito no come alpiste - FRANK BLACK (Elysee Montmartre, París, 16-2-08)
Difícil lo tenía Frank Black, tocando el día posterior a Neil Young, mientras los reporteros de kaput presentes en la abarrotada sala todavía se relamían con los restos del recuerdo. Tampoco ayudó que la entrada fueran treinta eurazos. Ni que viniese sin segunda guitarra. Ni que no dijese ni pio entre canción y canción y, terminado su set de una hora larga, desapareciese de la pista sin un miserable adiós para no volver más. Quien ha visto a Black unas cuantas veces sabe que, en contra de las apariencias, tiene mucho de impredecible, una vez acumulada una discografía poliédrica que lo ha llevado del indie abigarrado y preciosista reminiscente de los pixies (“Frank Black”, el espléndido y pantagruélico “Teenager of The Year”) al rock visceral primera toma (El recio y emocionante “Frank Black & The Catholics”, “Pistolero”) desembocando en la música americana de raíz, purista a veces, encabritada otras (“Black Letter Days” sigue siendo un favorito menor de esta casa). Puede, pues, dar un bolo pulcro y manierista o arremeter con deshilachada furia punk. Entregarse a las guitarras crispadas o ponerse country. Dar su mejor cara o la peor. O incluso un punto intermedio, que fue lo que hizo en París. Musicalmente, la cosa estuvo francamente bien, yendo al hueso (no quedaba otra, en formato trío), sin virtuosismos y presentando en su mayoría temas nuevos, pasándose el pasado y las vaqueradas por el forro excepto en dos o tres temas en los que quedó claro que la armónica le gusta pero no es lo suyo. Franchesco cantó de manera excelente e hizo lo que pudo con la guitarra, demostrando que es un apreciable torturador de las seis cuerdas pero dejando en evidencia que necesita un escudero para que lo suyo suene como debe (así es la vida, tío), y tuvo en su exigua banda (batería y bajo) un anclaje más que correcto pero hierático, que en ningún momento llenaba el escenario. Eso era tarea del gordito Thompson y, la verdad, esta vez, pese a su oronda figura y su batería de temas recios y efectivos, no lo consiguió. O digamos mejor, porque eso fue lo que sucedió, que no lo quiso conseguir. Caprichos de príncipes destronados.// The Gay John Kennedy Fried
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2 comentarios:
muy bueno!
te linkeo yo tambien. Un saludo!
nacho (in mass mind)
Chico, me gustan tus intereses y tu forma de opinar.
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