domingo, diciembre 21, 2014

RIZOMA – “Amasijos vegetales desintegrándose en la locura cósmica”



Mola ver a una banda que evoluciona y lo hace rápido. Te deja siempre con ganas de más.

Aparte de la sencillamente preciosa portada de esa excelente ilustradora que es Elena Serrato, lo primero que me llama la atención del nuevo trabajo del trío madrileño RIZOMA es la evidente mejora en el sonido con respecto a su debut, aunque el método de grabación, a cañón en el local, haya sido el mismo, y aunque la cosa siga raspando como lija.

Lo segundo, la mejora en las voces, excelentes en su oxidada expresividad, con Edu escupiendo las frases como un hijo rupestre de Mark E. Smith que jugase a ser la iguana de Detroit.

Lo tercero, la capacidad para fascinarme que sigue teniendo la música más encabritada e imperfecta, es decir, mi propio amor por las cosas fracturadas y ajenas a la idea de perfección. Los Rizoma son como ese sofá que te encuentras tirado en un descampado y te llevas a casa y en el que sigues sobando diez años después: la apariencia es desharrapada, pero valen más que la mayoría.

Me recuerdan en esto a una serie de bandas distintas entre sí pero cercanas en espíritu como Karp, los olvidados pero gloriosos Tad, Federation X, Mudhoney o incluso los primerísimos Screaming Trees. Aunque distintos estilísticamente, los madrileños comparten con esas bandas ese nosequé arisco, bronco, aceitoso, corrosivo. Esa cualidad de gorgoteo  primigenio y animal que, no lo puedo evitar, me resulta fascinante. Inconexo a veces, pero siempre frondoso y fresco, “Amasijos vegetales…” es una deliciosa lección de autosabotaje y cortocircuito. Hay algo encantador en su caos, en esas guitarras inestables y taladrantes que mandan en el disco, en esa absoluta naturalidad. En la época en que todo el mundo parece ir de seriamente cósmico, ellos -aunque soterradamente psicodélicos, y pese al título del disco- parecen preferir unas sanas risas y una grumosa papilla de ruido sin pulir y fuzz de los bosques. Y yo lo agradezco.

Por supuesto, nos será más fácil de digerir a los que somos veteranos en esto. A los no habituados a este tipo de ruido quizá se les haga algo más difícil la ausencia de redondeces, el espinoso devenir de los temas, el avance a veces trabajoso (como en la traqueteante “Hills on acid”, un embrutecido choque de psicodelia cacharrera) y, en fin, la misma propuesta, sucia, ruidosa, cortante, cabrona ella.

La gran pregunta es: ¿Cómo hubiese sido esto grabado en condiciones óptimas? Y esa nos lleva a otra pregunta: ¿Cuáles son las condiciones óptimas para una banda que parece amar la cazalla sónica más que a su madre; para una banda cuyo principal atractivo sea quizá esa condición terrosa, magmática, no pulida? Es difícil de saber. 

Probablemente su tarea –aún les queda camino, por suerte para ellos-sea perfeccionar la composición sin perder ese sabor de desguace que los hace únicos; conseguir esos hits inmediatos que toda banda necesita. Porque claro, Mudhoney no serían los mismos sin “Touch me I’m Sick”, por poner un ejemplo.

Entre lo terreno y lo onírico, entre Burroughs y la vieja y podrida España (lean las letras, están en su bandcamp y son imprescindibles en su sucinta locura), entre lo achicharrado y lo purísimo, Rizoma me recuerdan a la carcajada de una planta carnívora: un manjar para los que amamos esa vieja sensación de mugre y libertad.




viernes, diciembre 19, 2014

CANCIONES PARA PERROS EN PELIGRO - "Living in the kingdom of death" (Daniel Higgs)






Daniel Higgs. Por unas o por otras nunca he tenido el tiempo o el ánimo de entrarle en profundidad, aunque sabía que valía la pena. A los Lungfish los conocí tarde, y ante una obra amplia y compleja que va de la poesía al ruido y a menudo los mezcla, me he tomado mi tiempo. Valga eso para definir mi estúpida pereza, pero algún día hay que empezar. Hagámoslo con esta aproximativa traducción de “Living in the Kingdom of Death”, esa estremecedora, extática joya que abre su disco “Ancestral Songs” (2006). Después, seguiremos buceando.



Viviendo en el reino de la muerte

Viviendo en el reino de la muerte
Viviendo en el reino de la muerte
Muerto para el reino de la vida
Viviendo en el reino de la muerte

Despertando en el reino de los sueños
Despertando en el reino de los sueños
Soñando en el reino de los despiertos
Despertando en el reino de los sueños

Viviendo en el reino de la muerte
Viviendo en el reino de la muerte
Muerto para el reino de la vida
Viviendo en el reino de la muerte

Amor mío, visto estos harapos
Amor mío, visto estos harapos
Mi amada, hermana del mar y el aire
El mar que se refleja bajo el aire invisible
La conjunción de todas las cosas con todos los lugares

Viviendo en el reino de la muerte
Viviendo en el reino de la muerte
Muerto para el reino de la vida
Viviendo en el reino de la muerte

Lucifer, el brillante hijo del Cristo
Lucifer, el brillante hijo del Cristo
Señor Cristo, ilumina el vientre del que cosecha
para Lucifer, el brillante hijo del cristo

Viviendo en el reino de la muerte
Viviendo en el reino de la muerte
Muerto para el reino de la vida
Viviendo en el reino de la muerte

Ve al Diablo en el Cristo, si ese es el verdadero premio que buscas
Permanece en ti y permanence en mí
Permanecemos en nosotros y después volamos
Ve al Diablo en el Cristo, si ese es el verdadero premio que buscas

Viviendo en el reino de la muerte
Viviendo en el reino de la muerte
Muerto para el reino de la vida
Viviendo en el reino de la muerte

En la pradera profunda, en la pradera verde
Sobre un trono de sonido bajo la sombra del sauce
La Sangre como latido, el germen del embrión
nunca explicará o describirá lo que nunca sabrá

Viviendo en el reino de la muerte
Viviendo en el reino de la muerte
Muerto para el reino de la vida
Viviendo en el reino de la muerte

Un espejo tan ancho como larga es tu vida.
Un espejo tan ancho como larga es tu vida
Tu reflejo el eco de una canción antigua
En un espejo tan ancho como larga es tu vida

Viviendo en el reino de la muerte
Viviendo en el reino de la muerte
Muerto para el reino de la vida
Viviendo en el reino de la muerte


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Living in the Kingdom of Death

Living in the Kingdom of Death
Living in the Kingdom of Death
Dead to the Kingdom of Life
Living in the Kingdom of Death

Waking in the Kingdom of dreams
Waking in the Kingdom of dreams
Dreaming the Kingdom of the awake
Waking in the Kingdom of Dreams

Living in the Kingdom of Death
Living in the Kingdom of Death
Dead to the kingdom of life
Living in the Kingdom of Death

My love these living rags i wear
My love these living rags i wear
My beloved, the daughter of the sea and the air
The reflecting sea beneath the invisible air
The conjunction of everything with everywhere

Living in the kingdom of death
Living in the kingdom of death
Dead to the kingdom of life
Living in the kingdom of death

Lucifer, the child bright of the Christ
Lucifer the child bright of the Christ
Lord christ, illuminate the reaper's womb
For Lucifer, the child bright of the Christ

Living in the kingdom of death
Living in the kingdom of death
Dead to the kingdom of life
Living in the kingdom of death

See the devil in the Christ, if this is the true prize that you seek
It abides in you and it abides in me
We abide in us and then we flee
See the devil in the Christ, if this is the true prize that you seek

Living in the kingdom of death
Living in the kingdom of death
Dead to the kingdom of life
Living in the kingdom of death

In a meadow deep in a meadow green
Upon a throne of sound beneath the willow shade
Blood like beating, the germ of the embryo
It will never explain or describe what it will never know

Living in the Kingdom of Death
Living in the Kingdom of Death
Dead to the kingdom of life
Living in the kingdom of death

A mirror as broad as your life is long
A mirror as broad as your life is long
Your reflection an echo of an ancient song
in a mirror as broad as your life is long

Living in the kingdom of death
Living in the kingdom of death
Dead to the kingdom of life
Living in the kingdom of death



sábado, diciembre 06, 2014

NICK TALBOT - INGLATERRA SUMERGIDA



Ha muerto Nick Talbot, a unos siempre demasiado tempranos 37 años. Fue el cerebro y la médula de Gravenhurst, un proyecto con el que publicó varios discos muy notables y al menos -en nuestra opinión- una obra maestra, ese "Fires in Distant Buildings" que tuvo menos repercusión de la que merecía y que escucho ahora mismo. Un disco con algunos momentos, no pocos, de los que erizan el cerebro si uno tiene cierta querencia por el misterio metafísico y el sufrimiento humano. Recuperamos la reseña del disco y la entrevista con Talbot que KAPUT publicó en papel justo en aquella época (2006, él debía tener unos 29 entonces) y que nunca llegó a la web. Sirva de recuerdo, para quien desee recordar.


EL LIBRE ALBEDRÍO Y OTRAS ILUSIONES - Una entrevista con NICK TALBOT (GRAVENHURST) 

Terror gótico, alienación urbana, viajes escapistas hacia el pasado que yace bajo nuestros pies, descarnado retrato social y ocasionales destellos sentimentales con el poso ajado y polvoriento de lo que no pudo ser. Nick Talbot nos cuenta cómo enterró vivo a Nick Drake y se reinventó como cronista de la Inglaterra oscura.


Estoy interesado en tus influencias no musicales. Citas algunos libros en las entrevistas... 

- “Último verano en Klingsor” (Hermann Hesse) es sobre un pintor auto destructivo que se mata trabajando. “Happy like murderers”  (Gordon Burn, Faber&Faber, 1998) es un libro sobre Fred y Rose West que asesinaron a muchas adolescentes en Gloucester. A diferencia de la mayoría de libros del género de “crímenes reales”, parte de la prosa are escrita como si la historia fuese ficticia. Eso lo hace más perturbador e iluminador. “From Hell”, de Alan Moore, es una “novela gráfica” (una forma pija de llamar a un libro de comics). Es un acercamiento de ficción a la leyenda de Jack el Destripador, lleno de especulación metafísica y del habitual genio de Moore.

¿Crees que el artista que como ciudadano está políticamente implicado debería reflejarlo en su trabajo? ¿Cómo es la situación político-social en Inglaterra? 

-A menudo, cuando los escritores de canciones intentan ocuparse de acontecimientos actuales las canciones caducan rápidamente; las canciones no son una plataforma demasiado útil para discutir lo intrincado de problemas políticos y sociales complejos. Las respuestas nunca son simples. No me veo a mi mismo encajando en el eje derecha/izquierda. Es demasiado simplificador. 

Respecto a problemas sociales como el uso de drogas, la prostitución, los derechos de los gays, etc, soy muy libertario; Creo en la elección individual y no creo que sea asunto del gobierno interferir en la vida personal de la gente. Creo que la función del gobierno es protegernos de los demás, no de nosotros mismos. Definitivamente, no soy un conservador. 

En el campo de la economía, sin embargo, soy cauteloso con la izquierda; no estoy convencido de que un gran control gubernamental sobre la economía funcione bien. Así que no soy un socialista. Un gobierno grande a menudo termina siendo tiránico. Igualmente, no estoy convencido de que los mercados libres siempre solucionen los problemas. Creo que cada problema económico debe ser evaluado de manera independiente; no soy el adecuado para los dogmas teóricos, así que supongo que soy más bien un centrista a ese respecto. Por encima de todo, tengo instintos libertarios.

“Los muertos ven a través de los ojos de los vivos/los muertos conocen todos vuestros nombres/sin el poder de evitar que repitamos los mismos/descuidados errores que ellos cometieron...”. Parece un castigo bastante duro. ¿De dónde salió esa idea?

- Estaba subiendo por una colina en la Toscana cuando pensé en ello. La ultratumba siempre me ha parecido una noción absurda y cruel. Si los muertos están en el paraíso observándonos, viendo como lo jodemos todo, debe ser bastante infernal para ellos. Si existe un paraíso, no quiero ingresar en él.

Estas muy metido en las historias de fantasmas y las películas de terror. ¿Cuáles son tus artistas favoritos en ese campo y cómo han influido sobre ti?

- M.R. James (Montague Rhodes James, 1862-1936) es la mayor influencia literaria sobre mis letras. Escribió historias clásicas de fantasmas; leerlo a él me introdujo en el arte de hacer que la gente se sienta de una manera determinada sin darle, en realidad, ninguna información. En sus historias, lo inexplicado permanece inexplicado. No hay soluciones, solo pistas y vagas sugerencias. Espero hacer lo mismo con mis letras.

Tienes una capacidad asombrosa para crear atmósferas misteriosas y amenazantes con sonido y unas pocas palabras bien escogidas... ¿escribes poesía, cuentos o novelas?


- Escribo algo de poesía, pero la mayor parte es muy tonta; escribo pastiches y parodias de horror “pulp” para mi propio solaz. En todo caso, si escribo algo bueno en forma poética normalmente termino usándolo en una canción. También escribo algunos artículos y reseñas para revistas. Intento no tomarme a mí mismo demasiado en serio.

¿Dónde comenzó el interés por lo oscuro? 


- En el vientre materno.

Alistair Fitchett te comparó con los Kinks porque “ambos exploran temas de un tipo de mítica 'inglesidad perdida’. ¿Cuáles son esos temas y que significa exactamente el término? 


- No se lo que significa realmente, es una mezcolanza de cosas. Podría significar, sencillamente, la decadencia de las cabinas de teléfonos rojas y la amabilidad, el aumento de la violencia. Pero esas no son las cosas que me interesen. Para mí es más la idea de la prehistoria de cualquier país, la idea de sistemas de creencias perdidos, civilizaciones perdidas, ciudades bajo el mar. Como soy inglés, de modo natural me centro en las islas británicas. 

Estoy interesado en todas las tradiciones paganas pre-romanas y específicamente pre-cristianas de las islas británicas. Los restos de las tradiciones precristianas se extienden por toda Inglaterra, especialmente en el oeste del país, donde yo vivo. Muchos pubs que se llaman “Green Man” (un símbolo mitológico pagano recurrente en Inglaterra y, de paso, en muchas otras partes. N del A), pueblos con “maypoles” (otro símbolo arcaico que permanece. N del A), círculos de piedras... Debo añadir, en todo caso, que no soy un hippy. Me gustó mucho “The Wicker Man” (Christopher Lee, Brit Eckland, 1973, Película de serie B que ha ido ganando prestigio con los años y trata, bajo la apariencia de un thriller policiaco, temas como la vuelta a los antiguos ritos paganos. N del A).

¿Cómo decidiste el tratamiento sónico de tu versión de los Kinks? 


- Es una canción pop a medio tiempo que coquetea con la psicodelia, así que lo que hice fue ralentizarla y hacerla sonar más narcotizada.

¿Es “Fires...” un intento de huir de las constantes comparaciones con Nick Drake? El disco tiene una enorme variedad, con partes duras incluso... ¿te interesa la música violenta? 

-Algunas de las canciones de “Fires...” fueron escritas en 1998, mucho antes de que hiciese mis discos acústicos. Fugazi y My Bloody valentine son mis bandas preferidas. También me gusta el trash-metal. La gente debería ser cautelosa cuando escucha un disc: podrían acabar escuchando lo que quieren escuchar. A menudo su análisis dice más sobre ellos mismos que sobre el álbum. La gente escucha a Nick Drake en mis discos porque es una referencia que está de moda para hablar de una guitarra acústica y una voz inglesa. Mi colección de discos es muy grande.

Inglaterra tiene una larga tradición de estrellas pop que han sido, al tiempo, agudos comentaristas de la realidad del país. Mis favoritos son gente como Ian Curtis, Julian Cope, Aidan Moffat, Jarvis Cocker, Morrisey o Ray Davies. ¿Qué opinas de ellos? ¿Añadirías a alguien?

Todos ellos son grandes artistas. Me gustaría añadir a Billy Bragg, Richard Thompson, Kate Bush, y The Pet Shop Boys.

Tienes tu propio sello, Silent Age. ¿Qué música intentas promocionar?

- Silent Age nunca ha sido un sello propiamente dicho. Comenzó como un vehículo para mi primer álbum, pero quise que otros artistas saliesen a la luz; había demasiada música estupenda que terminaba en la pila de maquetas de los ojeadores de las discográficas. Decidimos enviar pequeñas tiradas de CDs a las rasdios y los fanzines en lugar de a otros sellos. Silent Age actuó como una especie de paraguas colectivo. Tuvimos cierto éxito así: War Against Sleep, Bronnt Industries Kapital, S.J. Esau, Ivory Springer y Geisha han sacado discos con sellos propiamente dichos después de que atrajésemos cierto interés sobre ellos con Silent Age. El sello, sin embargo, ha permanecido “dormido” durante un tiempo. Estoy a punto de reeditar el debut de Gravenhurst, “Internal Travels”, y saldrá en Silent Age.

¿Te interesa la historia?

- Estoy obsesionado con ella.

La idea de la violencia en sus diversas formas (reprimida, explícita, infligida a uno mismo) parece rodear tu último disco. ¿Por qué te interesa tanto? ¿alguna conclusión?

No sé porqué estoy interesado en ella, pero mi conclusión general es que el libre albedrío es probablemente una ilusión.

¿Qué importancia tiene la música en tu vida?

- No lo se. No siento que tenga demasiado control sobre mi vida. Siento que es algo que, sencillamente, me sucede.

¿Qué hay después de la muerte? 

- Nada, espero. Como he dicho, lo del paraíso suena infernal.



CITAS

“Para comprender al asesino/debes convertirte en el asesino/y ya no necesito esta violencia/pero ahora que he probado el odio, quiero más” (The Velvet Cell)

“Descienden sobre la ciudad como moscas/rociando sus huevos dentro de los ojos de un perro muerto:/es Inglaterra, un sábado noche” (Animals)

“Llévame hasta el río/quiero sentir el agua/acercándose e inevitable mientras tú empujas mi cabeza hacia el fondo” (Animals)

“Vivo en ambos lados del espejo/siento el dolor que la destrucción trae/Quiero ayudar a ponerlo todo en su lugar/quiero destruirlo todo//Hay ciudades bajo ciudades/ciudades bajo el mar/En los pueblos desiertos y los túmulos funerarios/ hay belleza – que nadie verá” (Cities Beneath The Sea)

“Justo tras la medianoche me doy cuenta de lo que he hecho. Justo tras la media noche me doy cuenta de lo que he hecho. Yo levanté la mano que lanzó la piedra que mató al pájaro que despertó a la ciudad” (Black Holes In The Sand)


 


Gravenhurst – "Fires in distant Buildings" (Warp)

Era la de Gravenhurst una discografía aceptable, de sereno siniestrismo vagamente folk (en la vertiente inglesa, claro), hasta que llegó este disco para despejar la mesa y colocarlos de inmediato en otra dimensión. Tirando al lado joydivisiano del asunto (ese baño de electrónica ocasional y amenazante, el fibroso sonido de brillante oscuridad) pero con personalidad, sonido y letras -¡qué letras!- para afianzarse lejos del plagio, el cerebrín de Nick Talbot ha parido un engendro que aúna el pop torturado y sentimentalmente puntiagudo con la violencia extática y contenida que en su momento postulaban Mogway o My Bloody Valentine y ocasionales reflejos de refilón en el palaciego espejo de Smiths y Pet Shop Boys. Anglófilo hasta la médula y con un ojo innato para las imágenes y atmósferas que hielan el tuétano, Talbot retrata la violencia común en sus múltiples formas con mano maestra. Sin miedo a los desarrollos largos, pero preclaro en el cierre melódico de los temas. Asequible pero con profundidad, nunca obvio, y con el broche de "See my friends" de los Kinks narcotizado y virado a Spacemen 3 en sepia. Un disco imprescindible desde ya, si no eres de los que tienen accesos de urticaria por un poco de engolamiento British...


miércoles, diciembre 03, 2014

LOS TUPPER – “Yesterday’s Pizza”




Hay una regla de oro del Rock&Roll que lo convierte, en cierto modo en un género elitista pese a lo popular, un misterioso arte de maestros: aunque la influencia y el trabajo sean inevitables y necesarios, la clase no se copia ni se aprende, simplemente se tiene o no. Los Tupper la tienen; poseen ese elemento misterioso, natural, real y gastado que cientos de bandas intentan impostar sin llegar nunca a la chispa. Y la clase presente en su impecable segundo trabajo es, como todos los estados de gracia, inexplicable. Quizá esté en la aparente falta de complicación de unos números de Rock&Roll que sin embargo no suenan nunca tópicos, en ese trote ligero, a medio tiempo, caprichoso, suavemente preciosista con el que casi todos aburren y ellos no; o en su modo saludable y tranquilo de fagocitar una tradición que, abarcando todo el Rock&Roll de corazón glam, prestancia pirata, trapos de saldo y emoción a flor de piel, en sus manos no suena en ningún momento a cliché. No sé. Debe ser una cuestión de personalidad y, en última instancia, por tanto, de alma.

“Yesterday’s Pizza” se sitúa así, con naturalidad, casi con modestia, entre los mejores discos que he escuchado en 2014. Sin tremendismos, sin alharacas, sin tirar la casa por la ventana, porque no hace falta. Crepuscular pero brioso, clásico, ajustado sin estridencias en lo instrumental, no baja la guardia en un solo tema. Arranca impecable con el vacile bailón de “Susie in the nightime” y “Turn me on”, baja sabiamente al sustrato blues en la turbia “Hard-on”, pisa el acelerador con festiva suficiencia melódica en “14 days”, flota a dos pies de altura sobre el agua irisada en “Candy for Ayers”… inyecta, en fin, sus diez píldoras vintage con un pop de guitarras amargas que hace brillar la superficie de su corazón envenenado y doliente, ese que siempre, siempre, tiene que estar ahí.

Veo a la gente perdiendo el culo por fantoches que aportan la pinta y la pasta y carecen de sustancia, por clones de la cáscara rollingstoniana y por bocazas con mucha prensa y sin un tema que haga mover los pies o el cerebro; por remedos del pasado que igualan sintéticamente las maneras sin saber ni de lejos de qué va la esencia de esto. Y me pregunto lo de siempre: ¿Qué pasa? ¿No sois capaces de ver bajo vuestras narices? Si lo fuerais, allí estarían Los Tupper, una banda de aquí que factura Rock&Roll mayúsculo en el que resuenan los ecos de una post tradición completa, la que incluye a Bolan, a los faces, a los Stones y a los Jacobites, pero también probablemente a muchos más. A lo que hubo antes y, quizá, a lo que está por venir. Y que lo hace sin mimetismos, con amor y con estilo, a despecho de todo lo demás. No hay tantas.

Entre los colaboradores del disco, dos leyendas, no por aparentemente menores menos esenciales: Dave Kusworth y Darrell Bath. El viejo guitarra Jacobite con quien los Tupper grabaron su último disco, “Throwing Rocks in heaven” (Sunthunder), aporta apenas unos coros, pero Bath (Uk subs, Godfathers, Dogs D’amour, Vibrators, Nikki Sudden, al loro con el gato los que no lo conozcan) se mete más en el fregao de guitarras. Se agradece, sin duda, aunque sospecho que sin ellos el disco hubiese sido igualmente magnífico.

Corto, redondo, cerrado sobre sí mismo, sin pretensiones de ser la clase magistral que en cierto modo es, muchos con más nombre darían un brazo por poder hacer un disco como “Yesterday’s Pizza”. Descorchen una botellita de Oporto para acompañar el manjar. A mayor gloria de los bailes del ayer y de los del mañana. Y sobre todo por los de hoy mismo, ya que estamos aún vivos y llenos de deseo. Gracias. //LUIS BOULLOSA

(Más info sobre este disco y otros desaguisados musicales AQUÍ)

viernes, octubre 17, 2014

CULTO, COMUNIDAD Y CORTE DE PELO - Una entrevista con STRANGER


Nuestra colaboración con Cosmic Tentacles sigue dando frutos excelsos. AQUÍ una nutritiva entrevista con STRANGER (punk, Boston), una banda de esas necesarias.




martes, septiembre 16, 2014

CUCHILLO DE FUEGO - TRIPLE ESPAÑA


AQUÍ podéis catar la reseña de "Triple España" y la entrevista con los Cuchillo que cedimos amablemente a nuestros compañeros de Cosmic Tentacles. Que Cthulhu esté con vosotros.


viernes, septiembre 12, 2014

Entrevista con MIRAFLORES (IV de IV)



(Última entrega de nuestra entrevista con Emilio R. Caqscajosa, cantante y letrista de MIRAFLORES, excelente banda sevillana que en breve saca disco a la calle)


-¿Para qué sirve una banda de rock cuando tienes 40 años? Pros y contras, sentidos y contrasentidos, etc…

Hace unos días le propuse a Juanmi de Malheur que se uniera a un colega y a mí en un proyecto de laboratorio donde queremos mezclar la herrumbre de los Neubauten con guiños doom y ecos al ambient de bandas como Main. Su respuesta tras escuchar algunas pruebas grabadas en casa fue: “Me suena un poco teenager ochentero. Ese rollo de oscuridad y las referencias a Mengele… Y yo tan mayor en pleno siglo XXI, no sé, no sé”. Mi respuesta fue que a nuestra edad, ya el simple hecho de colgarte una guitarra para subirte a un escenario es lo suficientemente descerebrado como para echar todo por tierra. Si buscas madurez, lo mejor es trabajar en una caja de ahorros.

 Fuera de bromas, creo que la edad te limita. Como sucede con el sexo, donde también entran en el juego lo físico y lo emocional; los vasos sanguíneos no drenan la sangre de igual forma superada la treintena. Pero por otro lado, la edad te da la suficiente experiencia como para tomarte las cosas de forma descreída y realista. Las diferencias en cuanto a aspiraciones te ayudan a centrarte de otra manera. Lo mío ha sido pura casualidad. Un día me encuentro con Javi por la calle y en un intento por hacer algo que me saque de un estado de desidia absoluta motivado por varios cambios en mi vida, le propongo hacer algo que suene en la onda Scientists/Chrome Cranks. Él, que acababa de iniciar un nuevo proyecto donde inicialmente cantaba su novia, acabó dándome el toque para probar en el local una versión del ‘Blood Shot Adult Commitment’ de Madrugada. Así de sencillo.

 Tras intentar montar una banda en numerosas ocasiones y haber estado inmerso en el mundo de la música desde la trastienda, ahora es cuando se han dado las condiciones necesarias que me han empujado a grabar un disco y defenderlo en directo. Probablemente nunca fue mi momento, hasta ahora. Y no pienso dejarme llevar por esta fresca satisfación como para intentar conseguir lo que podría haber logrado si Miraflores hubiese existido hace veinte años. Principalmente porque tampoco me tomo demasiado en serio mi papel como músico, aunque me satisface y respeto bastante lo que estamos consiguiendo. Javi, por ejemplo, sí que lleva veinte años en el tajo, y puede que esto le lleve a tener unas aspiraciones distintas, más basadas en su experiencia como músico. Sí te aseguro puedo sentirme satisfecho de tocar en el tipo de banda que me gustaría ver sobre un escenario como público, entrevistar como periodista o programar como promotor. Y puedo decirte que hemos grabado el tipo de disco que no dudaría en comprarme. Eso, a los 42 años, con una economía que zozobra y una vida repleta de vaivenes, es más de lo que habría imaginado hace décadas cuando hacía playback escuchando a The Clash en mi cuarto.

Sinceramente, me agrada que la respuesta general esté resultado positiva y que pese a lo agresivo de la propuesta el público esté entendiendo los códigos que manejamos. Eso al menos te permite generar cierta infraestructura como para que un sello apueste por editarte el álbum o que un promotor cuente contigo para montar un bolo. Pero si quito por un momento ese feedback facilitador, realmente me importa todo un carajo. Tenemos buenos temas y disfruto con ellos, con eso me basta. En el momento en el que eso deje tener peso, se acabó para mí la historia. Aunque debería plantearme dejar de fumar y hacer ejercicio si no quiero acabar tieso sobre un escenario un día de esto. No pesan los kilos, pesan los años.

-¿Te gustan The Doors? La pulsación del último tema me parece muy Doors, en el fondo (de los Doors del final, quizá). Esa mezcla épico crepuscular, esa panorámica, ese paisajismo saturado…

Me encantan The Doors. Es más, durante una época, mis colegas y yo mantuvimos una rivalidad tipo Betis-Sevilla a la hora de decidirnos entre Doors y Velvet. Una estupidez adolescente que en el fondo te ayuda a visualizar distintas posturas dentro de una misma sensibilidad. The Doors eran más expresivos y sexuales y la Velvet más intelectuales y freaks (a su manera). ¿Sonic Youth o Yo la Tengo? Hablo de eso. No tengo claro si te estás refiriendo con tu paralelismo a ‘Birmingham’ (que es realmente el último corte del disco) o a ‘The Bodies in The River Float Beneath The Sun’ (el penúltimo, mucho más crepuscular y de sonido más atávico). El primero es un homenaje a Black Sabbath. Al volver Javi de un viaje a la ciudad donde se fundó la leyenda de Ozzy, decidimos componer algo con guitarras más pesadas, herederas de aquel hard-rock místico y primigenio. En esta canción no veo rastro de Jim Morrison y compañía.

Si refieres a ‘The Bodies…’, indudablemente hay un punto de conexión con los Doors, aunque inicialmente buscábamos un cruce entre Crime & The City Solution y algunos momentos de Black Angels. Volvemos una vez más a la conexiones inevitables. Curiosamente, ese tema, que es el que peor funciona en directo, porque es muy de templanza (algo difícil de controlar cuando has pasado casi una hora desgañitándote frente a un puñado de gente). La canción se creció en el estudio cuando decidimos incluir una zanfoña que Javi compró por Internet a un lutier experto en fabricar instrumentos medievales. El sonido de ese instrumento tan ortopédico, tan de tierra, imprimió un tono muy heroinómano a la canción, en la onda la Velvet de John Cale. Aunque el cambio que hay en la mitad fue una sugerencia que hice pensando en algunas inflexiones que hacía Captain Beefheart en sus discos menos experimentales. Pero al final el resultado quedó más ‘L.A. Woman’ de lo que imaginamos.

-Con un disco cohesionado, compacto pese a los miles de influencias, un disco brillante y personal… ¿Cuáles son las expectativas? ¿Alguna vez has pensado que estabas en el país equivocado?

-He vivido prácticamente toda mi vida en Sevilla, una ciudad ombliguista que te invita continuamente a sumergirte en su folclore a golpe de palmas, cañas y taconeo. Aquí saltas sin darte cuenta del señorito cortijero al choni de extrarradio. Un lugar donde se impone la cultura del mangazo y el pelotazo, de la gratuidad por cojones, de ese “vámonos que nos vamos” que ha generado la imagen distorsionada de vagos pizpiretos y maleantes de poca monta que tanta gracia os provoca a los del norte. Durante mucho tiempo me he sentido fuera de esta idiosincrasia del sur, pero tampoco he tenido el empuje como para salir de ella, por lo que he llegado a pensar que quizás me guste vivir aquí más de lo que creía y que soy más sevillano de lo que me gustaría reconocer. ¿A qué puedes aspirar musicalmente viviendo en un lugar donde nunca ha existido un tejido profesional que sostenga una mínima escena?

Es complicado, pero pese a eso, siguen apareciendo bandas interesantes y propuestas como el sello Knockturne. Son espasmos de vitalidad que probablemente no pasarán más allá de lo testimonial, pero que ayudan a mantener la llama viva. No sabría decirte qué sería de mí de haber nacido en otra ciudad, en otra provincia o en otro país. Probablemente me habría proyectado de otra forma. Aunque creo que los frenos y las catapultas se encuentran más íntimamente relacionados con tu esfera familiar que con el lugar donde has nacido, porque esto último puedes cambiarlo si te lo propones. No sabría decirte cuáles son mis expectativas con Miraflores, porque lo vivo al día, sin una clara proyección de futuro. De momento, editar el disco y tocar lo máximo posible sin que me nos resulte demasiado ruinosa la historia. Seguir componiendo y seguir grabando. El círculo vicioso de “lo alternativo” en este país.

-Algunas de vuestras canciones, como “Birmingham” tienen un cierto tremendismo frío, casi post punk. ¿Creéis que un tipo de discurso así puede calar en una parte del mundo como esa en la que vivís, un lugar donde la tradición interna es trágica pero caliente? ¿Hay puntos de conexión entre lo que hacéis y, por llamarlo así, “la esencia poética” del lugar dónde vivís?

-La única tragedia clara que existe aquí es la falta de iniciativa empresarial. Hay gente con muy buenas ideas en la provincia, emprendedores con gran potencial, pero el dinero lo tienen los mismos de siempre y suele estar vinculado a la tierra y a las propiedades de una manera que se antoja casi feudal. Hay que pelear mucho para poder pillar un bocado de ese pastel que siguen cocinando “los otros”, esos que exhiben apellidos compuestos a lo largo de múltiples generaciones y cargos políticos y empresariales adjudicados a dedo. En esta ciudad, estudiar en un determinado colegio privado, entrar en un círculo elitista como los Legionarios de Cristo o cursar un máster MBA te asegura que vas a pasar el resto de tu vida agarrando al toro por los huevos. De ahí que los atisbos de creatividad se sostengan sobre empresas gobernadas por auténticos ineptos.

Recuerdo una anécdota que me marcó bastante hace unos años, cuando me encargaba de programar un ciclo de pop-rock en el Centro de Iniciativas Culturales de la Universidad de Sevilla. Por aquel entonces gozaba del crédito de un amigo, un técnico de cultura con bastantes ganas de hacer cosas distintas. Eso me ofreció bastante libertad a la hora de diseñar un programa de conciertos distinto dentro de un entorno tan reaccionario como el educativo. Contraté a un dúo de italianos afincados en Barcelona llamado Chupa Concha. Su propuesta era una suerte de jazz improvisado y experimental bastante intrépido. Mi sorpresa llegó cuando desde la universidad me pidieron que la banda se cambiara el nombre. Yo pensé que se debía a las connotaciones sexuales que tenía, porque concha en argentino significa coño. Pero no iban por ahí los tiros. El asunto era más hilarante: la directora de la entidad se llama Concha y podría sentirse aludida si en su centro actuase un grupo que increpara con su nombre a darle un lametazo a la mujer. Obviamente, me negué a ello, defendiendo la libertad de expresión y el absurdo que suponía obligar a dos artistas a renegar de su propia identidad. Pero la cosa se volvió todavía más descorazonadora cuando tras comentarle la anécdota a Giorgio y Giuliano, estos aceptaron a cambiarse el nombre sin reservas con tal de actuar y cobrar.

Esto es Sevilla, y aquí hay que mamar, o eso es lo que dicen. Por todo esto, no sabría encontrar una comunión entre lo que hacemos y la identidad cultural del lugar al que pertenecemos. Quizás bandas como Pony Bravo sí que han conseguido congeniar aspectos contrapuestos de nuestra cultura autóctona con otras alternativas menos folclóricas y eso les ha ayudado a venderse fuera de nuestras fronteras como una fresca reinvención de formas. Pero a nosotros, excepto la imaginería pagana de la Semana Santa, poco ha podido influirnos esta ciudad. Es más, cuando me hablas de esa frialdad post punk, para nada encaja con la caliente idiosincrasia Sevillana. No pienso que lo tengamos fácil por aquí, aunque la respuesta haya resultado hasta ahora de lo más positiva. Probablemente hemos tenido la suerte de hacer un tipo de música difícil de encontrar en esta zona y eso ha llegado a la cantidad de público necesaria como para que se genere un cierto eco. Encajamos con las expectativas de un pequeño sector andaluz, ese que suele ir a los conciertos. Pero el indie, como la izquierda política, suele ser infiel por naturaleza. Igual hoy tenemos un pequeño número de seguidores que posiblemente mañana no se mantengan a nuestro lado. Aunque tampoco me preocupan esas cosas. Miraflores tendrá la vida que le corresponda dentro del entorno en el que se mueve. Hay una inevitable selección natural.

Lo interesante y divertido es cuando encuentras un feedback desde otras partes del país. Bandas que contactan contigo por redes sociales ofreciéndote una alianza basada en la empatía. Así hemos trazado cierta sintonía con gente como Tupelo Bound (Málaga), Los Nitxos (Gasteiz), Guadalupe Plata (Úbeda), Thee Boas (Santiago), Caustic Roll Dave (Barcelona), Schwarz (Murcia), Za! (Barcelona) o Santa Rita (Barcelona). No sé si será Dios quien nos crea, pero al final son nuestras fijaciones las que acaban juntándonos.

-¿Alguna banda nueva que creas que debemos escuchar?

Si te soy sincero, llevo muchos años sin tener bandas de cabecera que me empujen a rastrear las tiendas de discos en busca de nuevo material. 16 Horsepower, Deadly Snakes, Reigning Sound, The Drones y Viva L’merican Death Ray Music han sido las únicas sorpresas de las que he estado nutriéndome verdaderamente durante los últimos 15 años.

Eso no significa que no me encuentre continuamente con artistas que me emocionen, pero pocos pasan de tenerme embaucado un par de meses a lo sumo. Tanto Javi como yo hemos pasado una buena época enganchados a esta nueva psicodelia que predican grupos como Black Angels, Dead Skeletons, Night Beats, Psychic Ills, Royal Baths (muy buenos estos tíos), Singapore Sling, The Heads, Moon Duo, The Transpersonals, The Lost Rivers (esto quizás más noise), Black Mountain o White Hills. Nos gusta bastante esta nueva escuela.

A Selu le ha flipado lo nuevo de Beck, que reconozco que tiene miga aunque ya no aporte nada sorpresivo. Hablar de Oneida o Comets on Fire es tirar un poco del pasado más reciente, pero son dos grupos que me interesan mucho. También me encanta el calambrazo post punk de Pop 1280 y de los Slug Guts.

El sello Sacred Bones está editando cosas muy interesantes, no solo de sensibilidad asfixiante como la de estas dos bandas que te comento, porque Cult of Youth son menos cáusticos y bastante buenos; me traen recuerdos del mejor Julian Cope.

 Últimamente he descubierto dos bandas que me han gustado bastante: una es Fat White Family, una comunidad de colgados británicos que parece un cruce entre Beat Happening, The The y King Missile. Su propuesta es muy guarra y lo-fi. Graban vídeos de lo más incorrectos cargados de contenido explícito, rollo callejero con travestis y tíos patinando en pelotas. Curiosamente están convirtiéndose en un fenómeno en UK por obra y gracia de NME. Los otros son The Amazing Snakeheads, un trío de Glasgow que suena como los Gallon Drunk de ‘You, The Night… and the Music’ pero de una forma mucho más psycho y macarra. Acaban de editar ‘Amphetamine Ballads’, su primer álbum con Domino Records. Me encantan sus pintas de niñatos-skin-rockabilly-busca-broncas. Parecen salidos de una película de Guy Ritchie.

 Lo nuevo de The Men, ‘Tomorrow’s Hits’, me ha sorprendido mucho. Han sido capaces de girar hacia un sonido clásico en la onda Big Star, The Saints o incluso Crazy Horses, todo con una maestría y brillantez que huele a clásico. Ya no apestan a hype de la temporada. Otro grupo que ya tiene un nutrido background a sus espaldas pero que parece que está despuntando últimamente es Slim Cessna’s Auto Club. Me embauca su rollo de predicadores goth-country. Y en directo son demoledores. Los escucho bastante, como a Wovenhand, que se estrenan con un nuevo disco bastante metalero que ha facturado en un tándem sorprendente la gente de Glitterhouse Records y Deathwish, el sello Jacob Bannon (Converge).

También he pasado un tiempo enganchado a Dirty Beaches y Purling Hiss, proyecciones contemporáneas de los espíritus de Suicide y Stooges respectivamente. Sus discos suenan fatal, pero tienen mucha enjundia. La parquedad de Sleaford Mods me ha resultado interesante. Estos son de Nottingham y facturan punk de guerrilla con querencia por el hip-hop y la electrónica de cajón de saldo. Suenan a Fugazi proclamando ser Big Black.

Lo nuevo de Liars me ha decepcionado bastante, y no es porque abomine de este nuevo giro hacia la electrónica, pero esperaba algo más personal y arriesgado. Sin embrago, me ha pasado lo contrario con ‘Field of Reeds’ de These New Puritans, una agradable sorpresa con un regustillo a John Cale en plan “contemporánea”.

Hay un trío de chicas de Atlanta que también me ha sorprendido. Se llaman The Coathangers y hacen un heavy-punk bastante arisco, aunque vocalmente recuerdan a Nina Hagen. Lo nuevo de Death Grips no está mal, muy nigger y loco. Y el ‘Somewhere Else’ de Lydia Loveless es un agradable bocado folkie al que recurro de cuando en cuando para desintoxicarme.

-¿Por qué los rock-critics de este país suelen ser en persona, tan poco ‘rock&roll’ y en escrito tan poco ‘critics’? En un ochenta por ciento parecen señores coleccionistas incapaces de bajarse del panegírico… ¿Para qué hacer crítica musical en un país donde no se compran discos?

-La crítica es un filtro, más o menos autorizado. Aunque el papel que desempeña el profesional está muy devaluado. Recuerdo un follón 2.0 que se montó una vez, cuando diversos plumillas se encargaron de catalogar a la crítica dependiendo de la labor social que desempeña la persona que se encarga de emitir una opinión sobre un disco. Hablaban con términos como “tribunos”, algo demasiado arrogante tratándose de un sector cultural que tan poco crédito arroja en España. La música no es tan importante. La redacción de una revista (si es que actualmente existe alguna más o menos sólida) no es una unidad de urgencias de un hospital, dejemos de actuar como abanderados de la verdad absoluta y la salvación de los ideales.

Actualmente todo es bastante abstracto, porque a veces cuenta más tener un twitter con muchos seguidores que generar una reflexión que empuje a comprar o no un disco. Hay más prescriptores que críticos y una saturación de información que impide centrarse en algo concreto con una cierta perspectiva histórica. No creo que falte gente capaz de argumentar su postura a la hora de valorar una determinada obra musical o un concierto. Hay periodistas que no se casan con nadie, aunque es cierto que lo que abunda es la opinión volátil y conservadora. La que se deja arrastrar por la marea.

Volviendo a lo que te he comentado al principio, poco peso tiene la crítica cuando el entorno en el que te mueves no puede monetizarse. La crítica en el arte contemporáneo, el cine, el fútbol o incluso los toros, tienen su razón de ser, porque afecta a negocios que mueven una economía. De algún modo, el crítico musical debería posicionar una realidad tratando de superar unos determinados intereses imperantes buscando la verdadera naturaleza de esta disciplina. Es como una jurisprudencia sonora, una opinión capaz de remover conciencias separando el grano de la paja y marcando la dirección en la que debería moverse una determinada creatividad atendiendo a criterios de calidad y autenticidad, sin obviar el espíritu de los tiempos.

Pero actualmente hay tal cantidad de paja que resulta complicado hacer la siega, menos todavía cuando los campos en los que nos movemos están cultivados por medios de comunicación que no te valoran (y por lo tanto no retribuyen) el papel del experto en un determinado área. Y hablo de experto en términos cuantitativos y cualitativos: no se trata solo de tener unas determinadas aptitudes y actitudes hacia una realidad, también me refiero al hecho de invertir tiempo y experiencias a lo largo de tu vida. Todo esto genera un gasto personal que debería revertir en un crecimiento económico general. Haces usos de unos recursos y te especializas para luego contribuir con un feedback (tu aportación) que ayude a que la maquinaria siga funcionando en un sentido u otro. Es un circuito cerrado.

La crítica cultural en general y la musical en particular no está bien pagada. Es más, ni se tiene en cuenta dentro de los presupuestos de cualquier cabecera más o menos acreditada. En la redacción de Rolling Stone España apenas hay dos redactores y algún colaborador puntual. El resto de la revista es material cedido por otras ediciones internacionales o colaboraciones gratuitas de gente que con tal de que aparezca su firma es capaz de contribuir con su trabajo de forma desinteresada. Y lo principal para que se genere una responsabilidad por lo que uno hace es la retribución por el trabajo realizado. Puede que suene materialista, pero las cosas funcionan así en este mundo que hemos inventado. En el mundo de los orangutanes no existe nada de esto, es todo más sencillo, menos egoico. ¿Cómo vamos a pedir respeto como ciudadanos si no entramos en un engranaje social en el que pagas tus impuestos, tienes un trabajo y cobras por tu esfuerzo en mantener la economía de un país? Remar en el desierto supone un gasto de sudor innecesario.

Ese rol de paria social que impera en esta España en crisis en la que nos encontramos podría extrapolarse a la figura del crítico musical dentro de la industria cultural. ¿Qué importancia tiene que un determinado periodista exponga su opinión sobre una banda si esa apreciación no está valorada económicamente? ¿Influye su opinión en algo si al final todo está mediatizado por unos intereses generalistas donde los niveles de excelencia la dictan unos pocos? Podríamos decir que para eso está la crítica, para no atarse a nada y evitar el poder del dinero. Pero sería mentira. Son tantos los artistas que han muerto pobres antes de comprobar cómo su arte es reconocido hasta el punto de generar ingresos, que no me trago el papel del outsider que se mueve por encima del bien y del mal. Porque al final todos tenemos las mismas necesidades materiales y de reconocimiento, por muy imparcial que te mantengas.

La gratuidad del 2.0, los blogs y las revistas digitales ha acabado dinamitando el papel del crítico. Pero tenemos lo que nos merecemos. La urgencia y la inmediatez han terminado devorando cualquier atisbo de opinión libre. Nos venden la manera en la que la tecnología nos ha liberado, porque ya no cuesta tanto hacerse oír usando canales con tanta proyección mundial. Pero al final estamos usando vías de expresión que siguen cotizando en bolsa. Vale, es cierto que estoy mirando un nuevo fenómeno desde un prisma caduco que lucha por seguir manteniendo su status quo. Igual esta marea lenta y constante acabará derrocando el sistema tal y como lo tenemos montado. Está claro que hay demasiada gente en el mundo para tan pocos puestos de trabajo, demasiadas bocas que alimentar para tan pocos recursos.

Igual existe demasiada música y el papel del crítico no tiene ya razón de ser, porque no interesa hacer una criba de qué es lo que debería seguir funcionando, ya que han cambiado los modos de consumo. Fenómenos como el crowdfunding me generan muchas suspicacias, por ejemplo. Que una banda pida una aportación a sus fans para poder grabar un álbum me parece una aberración similar al fenómeno del pay after show. Me consta que tú mismo estás recurriendo a esta fórmula para poder grabar el nuevo álbum de tu banda, Gog y las hienas telepáticas. Es un sistema que tira de la solidaridad para aplicar una fórmula capitalista: te ofrezco según lo que nos aportes, y cuanto más nos des, más te damos. Lo veo como una salida que nace de la desesperación y que conduce a una relación en la que pagamos las cosas que hacen nuestros colegas o la gente afín, pero sin generar una verdadera riqueza que se sostenga sobre un tejido sólido donde trabajar. No es nada punk, es más bien angustia capitalista maquillada con los colores de la fraternidad. Si no tienes pasta para grabar un disco, vende tu culo e invierte ese esfuerzo para intentar romper la barrera de tu red de influencias. Si no, acabaremos moviéndonos en círculos concéntricos sin que nada logre ir más allá de la precariedad del underground.

La figura del mecenas no es lo que parece cuando pasamos de lo macro a lo micro. Demasiadas decepciones se han dado ya como para hablar del crowdfunding como de una salida interesante para que el barco de la música pueda navegar con viento favorable. Einstürzende Neubauten recurrieron al micomecenazgo para grabar uno de sus álbumes, pero ofrecieron a la gente la posibilidad de seguir todo el proceso creativo incluso incidiendo con sus sugerencias e indicaciones. Así sí podemos hablar de colaboración en términos absolutos, porque el resultado final es el fruto de una labor conjunta. Pero el hecho de pedir dinero por anticipado para ofrecer simplemente lo mismo que habrías llevado a cabo por ti mismo de haber tenido recursos propios me parece bastante oportunista, porque al final estás llevando a cabo tu proyecto imponiendo tu criterio a gente que a priori ha confiado en ti financiando tu idea. Si una banda que me gusta edita un disco nada interesante, bastaría con no comprármelo. Pero si una banda que me gusta me pide financiación solidaria y me acaba ofreciendo algo que no me convence, ¿cómo le reclamaría esa frustración por no haber cubierto mis expectativas si ya he pagado por anticipado?

Ha habido muchos experimentos en este sentido, como cuando Radiohead ofreció a sus fans que pagaran el disco poniendo el precio que ellos consideraran, aunque al final decidieran no aportar nada. Según anunciaron, fue el disco que más dinero generó a la banda hasta el momento. Pero la duda salta cuando el grupo ha seguido editando nuevo material siguiendo el cauce comercial habitual.

-¿Qué hay después de la muerte?

No te puedo responder a eso, tengo demasiados débitos con la vida como para perderle el respeto (o el miedo) teorizando con el más allá. Pensar en la muerte me acojona, no soy capaz de trascender por encima de ese sentimiento asfixiante. Morir es perder la identidad, la conciencia de uno mismo, y no hay nada que me aterre más que eso. Soy un esclavo de mis dudas, probablemente porque todavía no he conseguido un nivel de satisfacción personal como para que no me importe dejar este mundo con los pies por delante.



miércoles, septiembre 10, 2014

INCINERANDO EL OTOÑO


Dos de las escenas más pujantes ahora mismo, si de música arriesgada e inconformista hablamos, son Sevilla y Galicia. Madrid, por supuesto, inevitablemente, sigue pariendo cosas interesantes. 

Este otoño arranca de manera brutal con la edición de los discos de Debut de Miraflores (Sevilla), Cuchillo de Fuego (Pontevedra) y –esperamos- Thee Boas (Santiago), además de nuevos trabajos de Hidden Forces Trio (Sevilla) y Fabuloso Combo Espectro (Madrid). Todo crema. Todo imprescindible. Todo ello una muestra de que aquí se está haciendo música de primerísimo nivel, a la altura de la que se factura en cualquier otro rincón del planeta. Si no votas, puedes seguir quejándote del gobierno, faltaría más; pero si no te agencias estos discos, luego no vayas llorando por ahí diciendo que no hay bandas buenas como las de antes y bla, bla, bla. Que eres un pesado.

Para que estas bandas, mucho mejores que las de antes, por lo general, sobrevivan y puedan hacer su trabajo con dignidad, somos nosotros los que tenemos que darles apoyo, yendo a conciertos, pillándonos los vinilos o cds y, en fin, siendo parte del asunto dentro de nuestras posibilidades. Si fuera un dolor, tendría un pase, pero es que es un placer y una oportunidad de abrir los ojos.

También se nos pasó reseñar la reciente aparición de un nuevo disco de los siempre interesantes La Familia Atávica (Madrid). En cuanto a nuestros colegas MLK, otra banda de fuste de Pontevedra, me consta que andan dando los últimos toques también a un artefacto. Aquí van los links a todo el cotarro. 

Pronto, información más detallada, reseñas, entrevistas, panegíricos y análisis de fondo... ¡Moveos, hostias!

(los links a Thee Boas y Fabuloso Combo Espectro son a sus álbumes anteriores)



MIRAFLORES

jueves, septiembre 04, 2014

miércoles, agosto 27, 2014

Un artículo al día (más o menos)



Nuestro colaborador Luis Boullosa continúa con su serie de artículos diarios de verano sobre las cosas más disparatadas. Pueden encontrar la serie AQUÍ. No se la pierdan.


domingo, agosto 03, 2014

Slowcore de antes de las subvenciones (una entrevista con TENTUDÍA)


Tocados por la gélida gracia que hace dos décadas hizo rodar aquello que se llamó Slowcore, polucionados por gran parte de lo que ha sucedido desde entonces en el rock introspectivo de vanguardia, Tentudía son otro ejemplo de que Sevilla es hoy uno de los centros imprescindibles de la música española viva, esa que nunca ponen en los asquerosos bares de tu pueblo, ni en la radiofórmula históricamente comatosa, ni en el prostíbulo televisivo, ni en los ascensores que te llevan al curro de mierda que tienes; esa que hay que reivindicar, desenterrar y festejar. SU DISCO sale en Knockturne Records -sello esencial desde ya, todo pura crema- y, casi completamente instrumental, apreciarlo en su totalidad requiere tiempo, escuchas y la voluntad de paladear una artesanía ya poco habitual. Si se hace así, es un manjar. Pablo Vinuesa (guitarra), nos cuenta la movida.


1-Una de las características más llamativas de muchos grupos nuevos es que teniendo muchas influencias no parecen un plagio de nada. En vuestro caso, yo detecto bastante slowcore (Codeine, etc), bastante de Mogway y quizá algo de stoner y de metal moderno, oscuro, polucionando un poco el ambiente, pero no sonáis a calco, hay personalidad. ¿Qué es lo que define a la banda y la hace interesante por encima de esas referencias, lo que la hace única, original y válida?

Ante todo, muchas gracias por tus halagos. Por mi parte, hay una influencia clarísima y reconocida del slowcore; no voy a negar que escuchar el “Spiderland” de Slint me cambió un poco la vida en general y, más concretamente, mi manera de tocar la guitarra. Tanto ellos como Codeine, Rodan y derivados (June of ’44, Rachel’s, Retsin etc.) son parte de mi ADN musical, por no hablar de las escenas de Washington DC y Chicago, con grupos como Fugazi, Girls Against Boys, Unsane, Jawbox, Shellac y Big Black, Smart Went Craze etc., o la primera hornada inglesa del post-rock, es decir, Bark Psychosis, Disco Inferno, Moonshake y demás. Mogwai me gustaron muchísimo cuando salieron, cómo no, pero para cuando escuché el “Young Team” ya estaba yo haciendo en El Puerto de Santa María cosas parecidas (dentro de nuestras posibilidades, obviamente) con el grupo D4insight, aunque virado todo un poco hacia el free jazz atmosférico, una onda parecida a los primeros Do Make Say Think, para que nos entendamos. 

Lo mismo que te cuento sobre Mogwai se podría decir de Godspeed You! Black Emperor, por ejemplo. Puede parecer un poco pretencioso por mi parte, pero a estos grupos los citaría más como unos compañeros de viaje a los que adoro que como una influencia directa. El slowcore primigenio sí lo fue, como bien supones, igual que las formas tan personales de tocar de guitarristas como Mark Kozelek de Red House Painters, Alan Sparhawk de Low o el maestro Neil Young, por ejemplo, santos de mi devoción cada uno para su momento concreto. Por otra parte, lo de Mogwai es muy comprensible visto desde fuera, a todos nos gustan y además el uso de los teclados puede acercarnos un poco más a su sonido, pero esto es como lo de Earth, que sólo le flipan verdaderamente a uno del grupo, pero que todos reconocemos abiertamente como un grupo con un sonido muy parecido al nuestro. Vaya, dicho en claro, que aunque no sean una influencia directa nos halaga muchísimo la comparación. ¡Cómo no! 

Creo que Low, Neurosis y Swans, por añadir tres nombres más, sí serían otras influencias admitidas por todos. Yo creo que lo que nos hace originales es que en nuestra música volcamos todos nuestros gustos, que son dispares al tratarse de cuatro personas de orígenes y manías distintos, y además con un rango de edad que oscila entre los veintipocos y los treintaymuchos. Tenemos a un miembro muy muy jevi, por ejemplo; yo lo soy sólo a medias, más tirando al hardcore de los 90, aunque luego me ponga desde flamenco a electrónica, pasando por el hip-hop (curiosamente lo que más escucho). Vamos, que somos cada uno de su padre y de su madre. Eso, y que desde el principio no hemos pensado JAMÁS en lo que le pueda gustar al público, sino en lo que nos apetecía hacer, por mucho que lo viésemos como algo claramente anticomercial, creo que es lo que le puede otorgar cierta personalidad a TENTUDÍA. De todas formas, y aunque esto suene a lugar común, la última palabra la tiene el oyente.

2-El tono del disco parece eludir las dinámicas fáciles, es decir, no hay grandes estallidos o subidas y bajadas epatantes. Más bien, parece exigir una escucha atenta, o varias. ¿Es intencionado? ¿Apuntáis a un tipo de receptor, de oyente, que se tome su tiempo?

Sí, totalmente consciente. Sabíamos desde el principio que si íbamos a usar cambios de intensidad, calma y distorsión, al menos teníamos que intentar ser originales al respecto, por eso ha habido un estudio muy concienzudo de ir desplazando en tiempos estas explosiones y hacerlas más huidizas. Recuerdo momentos en el local de “en la primera parte hacemos 4 tiempos, luego 3, ahora 2 y por último 6”, por joder y por despistar. Algo que luego, por cierto, nos hace disfrutar menos en directo algunos de los temas, porque para nosotros mismos requieren bastante esfuerzo mental. Al margen de esto, nuestra apuesta fue clara desde el principio poniendo un tema de más de diez minutos como apertura del disco: si te parece un coñazo no sigas escuchando, porque no te va a gustar. O eres paciente, o puerta. Que te den por culo, básicamente… ¡Ponte a los Gemeliers!

3-¿Creéis que alguien que no esté familiarizado con los referentes y postulados que manejáis puede entrar fácilmente en vuestra música? Dicho más sencillo: ¿es música para todos los públicos?

Pues la verdad es que nos ha sorprendido que parece que nuestro disco le ha gustado a mucha gente, y además a gente con gustos muy diversos, porque sinceramente esperábamos que la peña pasara de nosotros y nos catalogara como un auténtico coñazo. No les hubiéramos culpado, la verdad. Pero, por ejemplo, en nuestra segunda intervención en el festival Monkey Week, el año pasado, como finalistas del Concurso de Pop-Rock del Desencaja, había varios niños chicos bailando al pie del escenario, un hecho que nos gustó mucho, por supuesto, pero que nos dejó perplejos. 

En principio pensábamos que nuestra música iba a tener un público objetivo muy muy reducido, el que conociera al dedillo todas estas oscuras referencias, e imaginábamos que la propuesta probablemente le parecería demasiado jevi a los modernos, demasiado moderna a los jevis y demasiado mal tocada a esa virtuosa generación de hardcoretas post-Toundra... Dentro de nuestro límites obvios parece que no, que está gustando un poco más de lo esperado.

4-¿Qué podemos esperar de Tendudía en directo? ¿Hay variación con respecto al disco? ¿Improvisáis?

En directo podéis esperar mucho #DOLOR, desde luego… No hay mucha improvisación porque los temas están bastante cuadrados en cuanto a partes, cambios de ritmo, etc, pero dependiendo del tiempo que nos permitan para el set sí que tenemos varias, digamos, “opciones” de repertorio, orden y duración de cada tema. Lo que sí cambia radicalmente es que, excepto en la presentación que hicimos del disco en Sevilla, en la Sala Hollander, Marco Serrato (Orthodox, Jacob, Hidden Forces Trio, etc.) y Xavier Castroviejo (Blooming Látigo) no nos acompañan, y somos Pedro y yo quienes nos encargamos de las voces y el griterío. 

Cuando nos lo permiten y nos cuadra todo, también, en vez del cuarteto básico nos presentamos en formato extendido, lo que llamamos de coña “TENTUDÍA+2”, con dos bajos y dos baterías, acompañados por José Luis de la Vega y Joaquín Andrés Corrales, que también colaboraron en la grabación. En realidad, cada concierto es un poco diferente, ahora que lo pienso. Esa tensión de “¿y hoy qué vamos a hacer?” también nos mola…

5-Sevilla es una ciudad con ciertas costumbres, rituales y tradiciones muy marcadas. Algunas bandas como Orthodox, tomaron parte de todo ello, aunque fuera para subvertirlo. Vosotros, en cambio, parecéis muy alejados. ¿Influye en vuestra música el medioambiente en el que vivís,
la ciudad, las costumbres, el “tono”, digamos, del entorno?

Bueno, todos somos muy andaluces en el sentido más tópico de la expresión, queriendo decir con esto que nos gusta más salir a tomar cervecitas y tapas que a un tonto un lápiz, pero por lo demás, la verdad es que no nos sentimos mucho como parte de “algo sevillano”. Alberto y yo, además, somos un poco mixto-lobo, medio de Cádiz y medio de Sevilla, como la autopista. En Sevilla lo que prima es el rollo más clasicón, y eso nos aburre soberanamente. No tenemos nada que ver, a nivel de –ejem- escena con lo que llamamos medio de coña el “rock alamedero”, aunque nos puedan gustar algunos grupos y por supuesto tener muchos amigos que tocan en ellos (perdón, amigos, os queremos pese a todo). Sí que tenemos una buena alianza con grupos como Orthodox, Blooming Látigo, PYLAR, Malheur, Miraflores, Santacruz o Sweethearts from America, algunos de ellos porque también editan con Knockturne Records, pero todos y por encima de cualquiera otra circunstancia porque son amigos y porque los admiramos como artistas. Sobre todo por intentar hacer cosas distintas en una ciudad que, para algunas cuestiones, resulta cansinamente inmovilista. 

En mi caso particular, musicalmente tengo mucho más que ver, en cuanto a gustos, con un slowcoreta de Louisville o con un rapero de Queens que con un patillero rumboso de mi ciudad, por mucho que mi madre me cantara de pequeño Lole y Manuel para dormirme. Aunque, si te fijas con atención, quizás puedas descubrir algún deje semanasantero en nuestros temas, jejeje… Debe de ser nuestra herencia Macarena.

6-¿Cuáles son vuestras intenciones como grupo? ¿Queréis vivir de ello, es sólo un pasatiempo o estáis en la gama de grises que hay entre ambos puntos? En este último caso, explicadme en qué punto exacto.

Vivir de TENTUDÍA es imposible. Para empezar, porque no nos interesa. Yo concretamente soy ya un señor con una edad y un trabajo y una pareja estables, y la idea de vivir on the road hace ya década y pico que dejó de parecerme mínimamente interesante. La mugre es interesante en los cuentos de Bukowski, pero en la realidad menos... Además, acabo de volverme a vivir a El Puerto de Santa María, donde crecí. Alberto también tiene su vida hecha, curra en Madrid y sus horarios son bastante leoninos. Pedro y Paula, que son los que siguen en Sevilla full time, intentan desesperadamente vencer al mercado laboral nacional, que tiene un especial interés en hundir a nuestros jóvenes, tan sobradamente preparados… Así que sería bastante complicado intentar hacer de esto una profesión, porque ya quedar para ensayar resulta a veces una odisea. Y en el caso remoto de que nos lo planteáramos, para un grupo de nuestras características creo que resultaría bastante complejo, por no decir titánico. 

A pesar de que creemos estar teniendo bastante más éxito del que esperábamos inicialmente y algunos conciertos se han saldado con entradas muy aceptables (para lo que somos, quiero decir), luego la realidad es aplastante: hicimos una mini gira junto a Buena Esperanza, grupo con buena promoción, que nace de otros ya conocidos, con primeros puestos en las listas de lo mejor del año de la prensa especializada etc., y vinieron a vernos 16 personas a Mairena del Aljarafe y CERO a Cádiz. Con CERO me refiero a CERO: el técnico de sonido, dos camareras, el DJ de la sala y el portero. Y dos de nuestras parejas. NADIE vino pagando. Aun así, como somos buenos profesionales, dimos ambos bolos con gusto, pero vaya, te hace replantearte ciertas cosas, si es que por casualidad te has creído algo, ¿no? Puedes llegar a pensar que has alcanzado cierto estatus por haber salido en Ruta66 o Mondosonoro, pero no, haciendo nuestra música hay que seguir siendo realista en todo momento para luego no llevarte muchas decepciones.


7-La escena subterránea sevillana parece estar en un momento de gracia con sellos como Knockturne o Alone, y bandas como vosotros, Hidden Forces, Blooming Látigo, Miraflores o Pylar. ¿Por qué sucede? Supongo que las cosas no surgen de la nada y que tenía que haber un sustrato vivo para poder haber llegado a esto.

Es algo de lo que hemos hablado mucho entre los colegas, desde luego que sí, porque la escena más underground de Sevilla está que arde, y eso es algo fantástico. No tenemos muy claro el porqué, pero sí es curioso ver cómo la mayoría de los músicos en esos grupos somos gente ya, ejem, mayor, tirando a los 40 tacos, que de pronto está viviendo como una segunda juventud… Yo creo que la mala leche que nos está provocando la situación actual ha sido uno de los claros revulsivos, pero esta es una opinión muy personal y quizás sesgada, y luego cuando digo que igual si no me pongo a pegar guitarrazos empiezo a quemar cosas o a matar gente, llegan mis compis de grupo y me riñen, por proto-terrorista… Así que me moderaré. Pero creo que hay una mala baba general, cocida a fuego lento durante muchos años, y que un poco por combustión espontánea y colectiva está llegando a la superficie. Sea por lo que sea,  en ese aspecto concreto (en otros NO) Sevilla ahora mismo mola que te cagas. Y ya era hora, coño, que al fin y al cabo estamos hablando de una ciudad de un millón de habitantes con una historia de rock de vanguardia muy importante.

8-¿Os consideráis un grupo de rock, o hay otra definición para lo vuestro?

Sí, por supuesto. Aunque podamos hablar de términos como slowcore, stoner, post-rock y demás etiquetas que nos encantan a los críticos (yo lo he sido durante más de 15 años, aunque ya no ejerza demasiado porque se me acabó el amor), por actitud y por sonido somos un grupo de rock. Casi instrumental y raro, por supuesto, pero rock al fin y al cabo. Nos hemos auto-etiquetado como post-jevi por el chiste, básicamente, igual que hice con D4insight en el 98 con aquello del freecore… Ganas de guasa, básicamente, por responder de nuevo a los tópicos que vierten sobre nuestra tierra. Con lo de rock nos vale.

9-¿Creéis que la música independiente actual –la de verdad me refiero- es todavía un canalizador de ideas que pueden cambiar la sociedad? Si es que sí, ¿Cómo? Si es que no, ¿por qué?

Uhm… No lo tengo muy claro. De hecho, aunque pueda compartir el grueso ideológico de propuestas como, por ponerte un ejemplo, la de Fundación Robo, me da un poco de miedo que mi música termine siendo un panfleto. Además, creo que el interés máximo de un músico debe de ser el hacer buena música, punto. Si luego además dices cosas interesantes, mejor que mejor, pero eso de enarbolar banderitas con BSO de fondo no me interesa. The Clash y Fugazi, por decir los dos primeros que se me vienen a la mente, eran muy interesantes a nivel de mensaje, pero por encima de todo era unos grupos cojonudos. Igual que el flamenco de antes de las subvenciones, por hablar de algo muy de aquí. Pero vincularlo todo al mensaje creo que es un error, porque entre otras cosas va a convertir tu música en algo demasiado del momento, caduco en un par de años. 

Dicho esto, creo que TENTUDÍA es un grupo político en el sentido de que hemos sido, por nuestra parte y junto a Knockturne, totalmente D.I.Y., y también porque nuestra música sirve como elemento de canalización de rabia, en primer lugar para nosotros y en segundo plano para el oyente, pero para esto no creo que haga falta que digamos que votes a tal partido o que hay que acabar con “la casta”. Es más, creo que estas cosas se sobreentienden para un oyente culto (en todos los aspectos). Además, si ni yo mismo tengo una opinión sólida para según qué temas al margen de mis ansias por la destrucción, ¿cómo voy a atreverme a darle lecciones a nadie? Me parecería pretencioso, poco humilde y, en general, estúpido.

Creo que no te he respondido demasiado a tu pregunta, pero bueno... A nivel estrictamente de negocio, la verdad es que me parece mucho más interesante ver cómo los chavales del hip-hop y el R&B norteamericanos han agarrado a la industria por los cojones, triunfando en las redes sociales con sus mixtapes gratuitas, ganándose una legión de fans irredentos, y teniendo luego a los sellos a sus pies como corderitos, como es el caso de colectivos como OFGKTA, Black Hippy o el sello TDE, y artistas como Drake, The Weeknd o A$AP Rocky. Creo que en ese aspecto nos llevan bastante ventaja a los roqueros a la hora de autogestionarse.

10-Aunque no totalmente, en gran parte sois instrumentales. ¿Por qué?

Porque no nos sale ser de otra manera. Así de claro. Y mira que nos gustaría, pero no lo tenemos dentro… Nos ha ayudado mucho tener que adaptar las colaboraciones de Marco y Xavi a nuestro set, y puedo decir que yo ahora me siento cómodo en directo cantando y gritando, pero no es algo natural para mí. Pedro sí que berreaba ya con sus Monkeypriest, pero en TENTUDÍA no le pica la voz tampoco de una manera epidérmica. Eso sí, tras ver cómo han cambiado los temas las colaboraciones en el disco, y lo a gusto que nos sentimos ya nosotros adaptándolas en directo, tenemos como asignatura pendiente asociar las voces al proyecto de manera interna. Eso sí, sin obsesiones y, como se suele decir, como un instrumento más. Si hay, perfecto. Si no, también, porque creemos que la música se sustenta sola sin problemas.

11-Hay dos formas recurrentes de describir la música instrumental: una de ellas es aplicarle el calificativo “paisajístico”, la otra hablar de “soundtrack”, de “banda sonora de una película imaginaria”. ¿Os sentiríais cómodos si un crítico se acercase a lo que hacéis desde esos enfoques? ¿Tienen sentido?

Nos sentiríamos comodísimos con la idea si la reseña de ese crítico hace que un director famoso nos contrate y nos haga millonarios, jejeje. A mí particularmente no me molestan ninguno de los dos términos. A pesar de que creemos que el disco tiene una especie de desarrollo o intra-historia que va ligando las canciones desde el principio hasta el final a modo de guión, para entendernos, no hacemos expresamente música para películas imaginarias porque la música nos sale por propulsión, de manera espontánea y sin imágenes, pero… ¿Creemos que quedaría bien como banda sonora? Sí, eso está claro.

12-¿Cómo os metisteis en el mundo de la música? ¿Cuáles son vuestros primeros recuerdos al respecto y qué ha cambiado desde entonces?

Yo empecé a tocar la guitarra como a los 14 o 15 años, allá por el 92 aproximadamente, y he tenido muchos grupos, de Tan Low a D4insight pasando brevísimamente por Úrsula y Sr. Chinarro (en el nunca bien ponderado “La primera ópera envasada al vacío”, donde se nos acusó injustamente de oscurecer el mundo Luque, jejeje), y colaborado con mil otros más, creando colectivos, etc. Llevo escribiendo sobre música desde finales de los 90, en revistas como aB, Go Mag, Ciclo, Era, FREEk! Magazine o CLONE y puntualmente también, en su día, en Mondosonoro y Ruta66. Me metí en la música por pura pasión, por necesidad de mamoneo, y luego se ha terminado convirtiendo en algo parecido a una profesión. Hice promoción para Green Ufos, he sido tour manager y he trabajado y trabajo para una interminable sucesión de festivales, desde el FIB hasta el Tanned Tin en su época cántabra, hasta llegar a los más actuales, como Territorios Sevilla, Electrochock (US) o la Bienal de Flamenco.

En cuanto a los demás, Alberto estudió piano y todavía tiene pesadillas recurrentes con los exámenes finales, aunque este es su primer grupo de rock oficial. Pedro es un tercio de Knockturne Records y lleva ya mucho tiempo tocando con otras bandas, como Monkeypriest. Además, organiza conciertos de manera local, el tío chalao, que hay que tener valor.... Y Paula también ha tocado con otras bandas, como Holland.


13-¿De qué vivís? ¿Os aporta la música un ingreso extra u os cuesta dinero?

Hemos sido capaces de autogestionarnos y grabar el disco y hacer camisetas y demás sin que nos cueste el dinero, equilibrando con los pocos bolos en los que sí nos han pagado un mínimo de caché, pero claro, sin contar con todo el equipo que trae cada uno ya puesto de casa, que al final es una pasta, aunque no sea inversión directa de la banda. Digamos que hemos conseguido no arruinarnos demasiado a la hora de invertir en los objetos físicos de la banda, pero lo del ingreso extra es como un mirlo blanco para un grupo como nosotros, que además trabaja a espaldas de la SGAE, pone su CD de 50 minutazos al ridículo precio de 5€ y no intenta moverse demasiado por los ambientes donde se cuece la pasta. Como se suele decir por aquí, “semo pobre pero honrao”.

14-La producción de vuestro disco es extremadamente limpia, lo cual no es muy habitual. ¿Estáis contentos con el resultado final del trabajo? ¿Cómo lo grabásteis? (Veo que fue en La Mina, que parece ser una opción recurrente en esa generación de bandas de la que hemos hablado).

Muy contentos con el trabajo de Raúl, un tipo estupendo que te aconseja sólo cuando se lo pides, y en esos casos siempre suele tener razón… Además, La Mina es un lugar tan freak como cómodo y encantador, que además nos queda cerca de casa. Lo de la limpieza del sonido era una apuesta nuestras desde el principio: creemos que las cosas tienen que sonar nítidas a pesar de que usemos mucha distorsión de manera puntual, y de hecho hay muuuchas bandas que se “esconden” tras los efectos. Eso es trampa, una manifiesta cobardía. 

Yo por ejemplo uso un delay, un Little Big Muff y un afinador, punto. Ni reverb. Nosotros nos exponemos muchísimo; en la mayoría de las partes de nuestras canciones tocamos muy lentos y en limpio, por lo cual cada cagada es pública y notoria, no hay manera de tamizarla. Y esa tensión de tenerlo que hacer bien por narices creo que se transmite al público, y que es positiva para los temas. Raúl consiguió que sonáramos exactamente a lo que sonamos, y para haber grabado el disco en directo, en una sola jornada y casi todo en primeras tomas, no puede sonar mejor, la verdad. El segundo día de estudio vinieron los colaboradores y el resto del tiempo fue mezcla, que tuvo un tostaíto analógico final por aquello del feeling. Para nosotros era importante que todo fuese natural y directo. Quizás para el futuro nos planteemos otra manera de trabajar, pero para esta primera vez queríamos que así fuese. No olvidemos también que, si no tienes dinero y un gran sello que suelte los euros, es complicado trabajar en plan Scott Walker.

15-El disco tiene ya un año. ¿Cómo habéis evolucionado desde entonces?

A ojos de un extraño, casi nada. Internamente, mucho. De hecho estamos en lo que se podría definir como un periodo de reflexión forzado, porque a base de dar conciertos te das cuenta de que hay temas que funcionan mejor y otros que no tanto, y que además esto no responde necesariamente a lo que nosotros podríamos haber pensado inicialmente. Curiosamente creemos que funcionan mejor los temas más sencillos y primitivos, lo cual da un poco de rabia pero también tiene su lógica. Adaptar las voces ha sido quizás el mayor reto, y lo que más puede marcarnos en el futuro. Ya veremos, nos tomamos las cosas con calma, también porque por disparidad geográfica y laboral nos vemos forzados a ir bastante lento.

16- Me parece que hay un uso bastante original y efectivo de los teclados en temas como “LAX”, lejos del sonido que suele tener ese instrumento habitualmente…

El uso del sonido de piano que le da Alberto en temas tan brutos como “LAX” o “Arrache-coeur” es quizás lo que más nos distingue de otros grupos, al igual que las capas de sintes ruidosos en otras como “Herbie”. Se nota que, aunque sus gustos sean comunes, su aprendizaje del instrumento es clásico, y ese choque con la facción más hardcoreta/jevi del grupo le da mucha vida a las canciones.

17- ¿Cómo es vuestro proceso de composición y ensayo?

Hay algunos temas que se han cocido a base de improvisar un riff en el local e ir desarrollándolos a base de ensayos, pero lo más normal es que yo llegue con una línea de guitarra o Alberto con una de piano y a partir de ahí empecemos a crear el armazón. La verdad es que al final, curiosamente, no solemos cambiar mucho de la estructura original que llega en primera instancia al local, pero la transición de esa idea de un minutito hasta los diez, por ejemplo, sí que nos lleva mucho tiempo. Digamos que la parte que más tiempo consume es la de escribir el guión, la intensidad y los cambios a cada tema.


18-¿Podríais definir cuál es el mensaje de la banda o al menos su intención, lo que se trata de comunicar?

El #DOLOR, está claro, jajaja… Ahora en serio, nuestro mensaje se podría definir en destruir cosas y encontrar luego la belleza que queda en los escombros. Exorcizamos nuestros demonios delante del público por pura necesidad, y esperamos que esto les sirva también a ellos para convertirlos en sus propias historias.

19-Vuestra música es lenta pero no siempre repetitiva o circular (como parece ser lo más habitual últimamente), intuyo ciertos desarrollos que van evolucionando de manera discursiva. ¿Qué parte de todo eso es consciente e intencionada? ¿Creéis que los desarrollos lentos pueden
ayudar a un cierto desarrollo personal introspectivo o “espiritual” del oyente?

Totalmente: los drones son para nosotros el pan nuestro de cada día. Cuando toco la guitarra en mi casa, solo, tiendo a buscar esos arpegios que hacen que me quede “colgado” durante minutos y minutos. Incluso con una guitarra española con cuerdas de nylon, a veces me quedo amamonao escuchando las ondas de sonido que salen de la caja... Mi novia me mira con caras raras, te puedes imaginar. 

Eso sí, no lo veo como una búsqueda espiritual, de una manera explícita, porque soy bastante racional para muchas cosas, pero ciertamente activar las ondas alpha del cerebro es una de nuestras intenciones más básicas. ¡A la felicidad por la lentitud! Y aunque pueda sonar un poco raro para una banda con nuestro sonido, puede que nuestro gusto por la electrónica también influya, en el sentido de que pensamos las partes de las canciones y los instrumentos como loops que se van poniendo y quitando.

20- Bandas de Sevilla de las últimas décadas que os parezcan importantes. Desde los sesenta hasta aquí.

Sin orden ni concierto y saltando de un estilo a otro: Lole y Manuel, Alameda, Smash, Triana, Sr. Chinarro, Hippaly, SFDK, Toteking, Niño de Elche (por adopción), Pony Bravo (por poner Sevilla en el mapa del indie, te guste más o te guste menos), I Am Dive (por sacar uno de los discos cortavenas más bonitos de los últimos años), Orthodox (obvio) o Blooming Látigo (la gran banda-casi-desconocida de la ciudad). Pero hay muchas más que merecen ser escuchadas, como Malheur, Miraflores, Holland, Monkeypriest, José Cicuta, Marina Gallardo, Blacanova, Tannhäuser, Santacruz, Blusa… Y me dejo muchas, seguro, ya me arrepentiré cuando me peguen collejas.

21-¿Cómo veis el actual momento musical en España comparado con la década inmediatamente anterior?

Interesante. Complicado porque cada vez queda menos “industria”, pero a la vez mejor, porque esta industria merecía la pena capital. Si te las sabes arreglar por ti mismo, vivimos un momento magnífico, y la proliferación de grupos en todas partes, de Galicia a Cádiz pasando por Madrid, lo hace evidente. También hace que sea más complicado destacar, pero bueno, es lo que hay. Es todo un poco caótico, pero yo lo disfruto bastante, y de hecho me parece mejor caldo de cultivo que lo que viví en décadas anteriores.

22-¿Qué hay después de la muerte?

Darle de comer a los gusanitos y que ellos, al hacerlo, escuchen en sus diminutos cerebros el “Children of the Sun” de Dead Can Dance, cantado por Brendan Perry, que viene muy a colación de estos temas aunque alguien me acuse de #treehugger. Ah, y Camarón, claro, que está allí esperándonos a todos poniéndose púo mientras.

23- Y cualquier cosa que queráis añadir…

[Pero con voz de abuela]: “Chiquillo, ¿y esto cuándo sale?”. No, ahora en serio, no estaría de más recordar que el CD de TENTUDÍA cuesta la absurda cantidad de 5€ envío incluido, bajo la oferta veraniega actual de Knockturne Records. Con un portadón cortesía de El Señor Gómez & la Señorita Swallow y conteniendo casi 50 minutos de post-jevi abrasivo suena un poco a coña, ¿no? Y encima, si te compras todo el pack de lanzamientos del sello, siete ni más ni menos, te sale a 30€ la jugada. Una broma. 

Esto me ha quedado un poco tendero, lo sé, pero no está mal recordar a aquellos que se parten el pecho por el rocanrrol en las redes sociales que de vez en cuando, sólo de vez en cuando, mola comprar un disco a los grupos, sobre todo en casos como el nuestro en el que no editamos con una major, no trabajamos con distribuidoras ni tiendas y además actuamos bajo Creative Commons y nos parece fantástico que la gente se lo baje y comparta, si le place. He dicho.