martes, junio 18, 2013

CANCIONES PARA PERROS EN PELIGRO - GOG Y LAS HIENAS TELEPÁTICAS - "Hope's Hero"



El curioso proyecto "En efectivo... En Directo" en el que estaban implicadas varias de las fuerzas vivas de Pontevedra (El estudio Litio, gente de la sala Karma, Producciones Mutantes y el consistorio pontevedrés) permitió que de regreso del ruido y la furia de su primera gira española, GOG y sus pequeños amigos mentalistas registrasen esta curiosa toma de su famosa balada nihilista HOPE'S HERO. Indudablemente lejos de la destructiva fiereza sónica de la mayor parte de su material, pero igualmente sentida y visceral, la canción es, por derecho, el himno oficioso de la ANGLOGALICIAN CUP así como de un número no determinado de vetustos dipsómanos y adorables amas de casa. Adecuada para estados de decaimiento u horror vacui, la Hiena Chambelán recomienda su escucha a volumen generoso y tras la ingesta de unos cuantos whiskies de calidad media/alta. GOG IS LOVE!


HOPE'S HERO

He lives by the North Sea in the city of Hope
where everything´s shiny and made up of gold
but one night all went black and now everything´s gone
people are hassled, frightened and torn

They run and they hide but there´s nowhere to go
as they´ve reached the boundaries of the Kingdom of Loss
Staring at nothing is all he can get,
darkness surrounds him, there´s nobody left.

Riddles, critters and creatures
coming into his eye
Reign of Victory is distant,
maybe he will not get far...

Then he knows he can fail, but will strike back again
Never surrender, he sings all the way:
"I will end with this pest with a sword from my chest.
At least, I will try to do all my best"

domingo, junio 09, 2013

PIG DESTROYER - "NATASHA"



(Curioso texto de un EP “conceptual” por llamarlo así de los míticos PIG DESTROYER. Musicalmente está bastante por debajo de su nivel habitual y no tiene nada que ver con sus brutalidades de epatante grind/punk, pero es un interesante experimento lírico/narrativo sobre un tema clásico). Traducción por Luis Boullosa.


NATASHA

Han pasado dos solitarios años desde que ella desapareció y estoy en el parque donde fue vista por última vez, un vasto claro verde envuelto en arces desde cuyas hojas gotea la lluvia de la mañana. Yo solía pasear por aquí con una chica de diecisiete que por entonces era la señora de las diecisiete sonrisas sublimes, sus llameantes rizos rojos en otoño y de un naranja ardiente en el verano. Nos sentíamos solemnes e incómodos aquella última noche juntos, y ella estaba tendida a mi lado, con la vista clavada en cielos sin estrellas, negros como como plumas de un ángel caído; yo miraba hacia el bosque, fingiendo no ver los verdugos que ella ocultaba en sus ojos verde serpiente. Ella dijo que había otro. Yo me negué a creerla. Había pensado que nos besaríamos hasta que nuestras lenguas se hiciesen una. Todos mis recuerdos del amor se convirtieron en escenas de enloquecida masacre, y mis manos en crueles garras que se movían para destruirla. Su cuello se rompió como un juguete que estrujase un niño descuidado, mis lágrimas llovieron sobre ojos muertos y estallaron en sus labios sin vida. La puse en el suelo como como si fuese una flor.

Aquí estoy, hoy, en pie en ese mismo lugar donde la concha vacía de mi ángel yació por última vez, y mientras mis lágrimas comienzan a aflorar de nuevo, veo un sendero entre la línea de árboles que nunca había advertido antes.  Lo sigo hasta un barranco y encuentro un agujero en la tierra, formado entre las raíces de un abedul. Hay sutiles ecos de su voz  diciendo palabras que nunca he escuchado antes, pero por el modo en el que sisea las eses  tiene que ser ella… Huelo a madreselvas, luego a opio, dos de sus esencias distintivas, aparto todos los cardos y las enredaderas y, fascinado, desciendo. Mientras me arrastro hacia el interior, la luz muere lentamente y empiezo a sentir como si la escoria fuera su piel, tiemblo mientras paso mis dedos por las paredes, acariciando de nuevo su dulce carne, me deslizo hacia abajo, tratando de no caer al resbalar en la sangre que se filtra a través de las paredes, y después, de pronto, estoy rodeado por cien ojos suyos que bañan el túnel en una extraña luz verde, y los ojos me muestran imágenes, como fantasmales pantallas de televisión: todos sus inútiles forcejeos finales y su desfigurado cadáver, sereno. El túnel se cierra tras de mí, empujándome más y más hacia abajo, estoy siendo tragado por su tierra y consumido por su suelo, y el final aparece a la vista: jadeo y grito mientras veo su maravillosa boca, cinco veces más grande que yo, y como sus labios se rizan en una mueca en torno a sus dientes torcidos que rechinan. Soy pulverizado y devorado por las mandíbulas de una chica de diecisiete.