domingo, febrero 24, 2008

WILLIEWORLD - Maggie Dubris


Richard Hell, educado que es él, me envía por correo, como había prometido, este librito que le editó hace unos años a Maggie Dubris, una dama escondida a la que debería buscar con urgencia cualquier amante del simbólico, metafórico, terriblemente real Nueva York que en su momento retrataron Ferrara, Scorsesse y otros exhumadores de los bajos fondos, con su eterna cantinela de turbio pecado y dolorosa redención. Trabajadora en los servicios de emergencia de la gran manzana desde el año ochenta, testigo directo por tanto de épocas más que difíciles, Dubris surca la ciudad en primera persona a lomos de una ambulancia y entre una fauna de homeless, adictos al crack, alcohólicos callejeros y almas perdidas de todo pelaje. Y transfiere su experiencia al papel con la vívida sequedad de quien lidia a diario con cosas que la mayor parte de los mortales no llegamos a ver jamás. Un paseo desangrado por el filo de una navaja demasiado afilada para cualquiera, trasladado hasta el lector con gélido corte forense e impregnado de una poesía perpleja y metafísica. Realismo negro carbón, buceo a pulmón en aguas estancadas y fétidas, paseo gélido por la trastienda de la (in)humanidad siempre centrado en las personas, pero opuesto frontalmente al sentimentalismo barato con el que el tema se suele tratar en, por poner un ejemplo, los medios de comunicación. No hace falta especificar que se habla de víctimas del absurdo cuando la descripción de ambos, víctima y absurdo, es tan despiadada. Hasta para con el mismo autor. A partir de este volumen, Dubris parece haber desarrollado una productiva carrera literaria y artística en la que el equipo de KAPUT promete bucear en breve para volver con noticias.// Luis Boullosa

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