domingo, marzo 11, 2012
TENED CUIDADO AHÍ FUERA (I)
“Se cayó por la escalera –dijeron. El camelo de siempre de la pasma”.
Recuerdo perfectamente una discusión en la redacción del Cosmodemonican News, donde yo trabajaba por entonces haciendo nota roja. Un hombre esposado se había zafado de dos agentes de la autoridad y, cogiendo carrerilla, se había lanzado por el hueco de las escaleras de la comisaría, palmando en el acto. Partiéndose la crisma contra el suelo, sí. Seguro que sí hacen un esfuerzo podrían imaginarse ustedes el sonido. Lo curioso era que otro caso idéntico había sucedido unos meses antes, y eso me sirvió, conflictivo como siempre he sido, para iniciar el asunto, la discrepancia, la gresca. Asombrosa me parecía y me parece la habilidad de los delincuentes para deshacerse cual ninja shadow de sus captores, pese a llevar las manos atadas a la espalda. No menos asombroso su gusto por las escaleras. Debe ser un asunto genético, me digo, o degenerativo, debido a las drogas. Sí, eso debe ser. Pero asombroso, sobre todo, se me antojaba entonces el empeño de mi redacción al completo para convencerme de que yo estaba fatal del tarro y de que allí no había más que lo que comentaba la nota de prensa. Bueno, no había nota de prensa, en realidad: sólo el cadáver de un pobre diablo estazado contra el suelo. No se si alguien lo reclamó.
Yo, particularmente, y lo dejo dicho aquí para que conste en acta, nunca, repito, NUNCA, me tiraré por las escaleras de una comisaría (tampoco ventanas o similares) exceptuando las dos siguientes situaciones:
1-Que me empujen debidamente
2-Que me hayan torturado tanto que la muerte me parezca en ese momento una solución.
Como es sabido, ambas situaciones son imposibles en nuestro estado de derecho. La policía no empuja a ciudadanos por las escaleras (y menos por el hueco de estas). La policía tampoco tortura a nadie. O al menos no a hombres de bien como yo. Ni siquiera a esa escoria de negracos, rateros, proxenetas y trapicheros con los que tienen que lidiar a diario para protegernos de las putas, las drogas y la cultura africana. Toda esa patulea de inconsciente precursores del vuelo sin motor.
Diga lo que diga Amnistía.
“Se cayó por la escalera –dijeron. El camelo de siempre de la pasma”.
Tampoco es que haya que leer a Burroughs para enterarse, ¿saben? Basta con un poco de sentido común. Pero si les interesa está en la página 21 de “El Almuerzo Desnudo”, (edición de bolsillo de Anagrama).
Y como decía Renco: "Tened cuidado ahí fuera"// GATO PALUG
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5 comentarios:
En realidad a Renko eso se lo decía todas las mañanas el sargento Phil Esterhaus. Por cierto, cómo va ese proyecto de revista?
Espero que arranque definitivamente en breve, pero no dudes que serás el primero en saberlo... Y sí, la memoria infantil me falla un poco, pero aún se silbar la tonadilla de entrada de "Canción triste de Hill Street" y echo de menos a Connie selleca y el poder pensar que los maderos son unos tipos legales.
O no era Connie Selleca? En fin, si que debo tener el cerebro gratinao
Veronica Hamel, Connie Selleca trabajaba en el hotel que era de todo menos triste, si mal no recuerdo.
En mi gratinado cerebro que no ha vuelto a ver ninguna de las dos series, ambas tienen un ire de familia...
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