miércoles, marzo 07, 2012
LA FRASE DEL DÍA
Tiempo después me volví a encontrar con Beto, que había puesto copas en el antro aquel, La Cuevita, cuando nosotros éramos críos de colegio mayor universitario. Yo entraba en un hotel de la calle Lagasca para ver a mis padres y el salía, cargado con unas cajas de juguetes para su hija. Nos dimos un abrazo, charlamos y me contó lo que había hecho en los últimos años: “(...) Hasta trabajé de portero en un puticlub. No es tan romántico como la gente se cree”. Un par de años después supe que había muerto, aunque nunca pregunté cual fue la causa.
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