viernes, marzo 18, 2011
CANCIONES PARA PERROS EN PELIGRO (III)
(Una selección semanal de canciones especialmente dedicada a Miss. Anne Marie Sutherland, displicente guía de los chuchos en riesgo grave de castración)
BANDA - THE DEADLY SNAKES
CANCIÓN - "So Young & So Cruel"
DISCO -"Porcella" (In The Red, 2005)
“Oh, sí, soy de verdad así de sutil/tan dandi y tan perfecto,/tan joven y tan cruel...”Apuesto a que cuando Nick Cave escucho por primera vez el estribillo de “So young & So cruel” se sintió viejo. Acababa de entrar en el pueblo un pistolero más joven, un gigoló más potente, un hermano más hermoso, un poeta más macarra y más sintético. ¡Demonios! Después, probablemente, se retiró unos días a la montaña para hablar en silencio con el espíritu de Leonard Cohen que flotaba entre la nevisca temprana y con el cuerpo de Dylan, que andaba por allí cual fauno priápico, persiguiendo entre los chopos a una negra de Nueva Orleans que se había echado de novia. Cuando Nick regresó, ya no quedaba nada de los Deadly Snakes, en cuyo glorioso tercer disco, “Porcella”, se incluía la canción, y pudo respirar tranquilo otra vez. Y caminó hasta el cementerio del pueblo. Y allí entonó un salmo de gratitud.
Reescucho ahora el portentoso disco que las serpientes mortales firmaron como incomprensible epitafio (menos de un año después ya no existían) y reconozco -además del extraño regusto que dejan los cadaveres demasiado jóvenes y hermosos- que ni siquiera los que le hicimos caso le hicimos todo el que merecía. Grabado en días robados en una casa de campo/estudio que aparece retratada en el interior de la carpeta, es un trabajo que pertenece a un apartado peculiar, o mejor dicho a varios: Es un disco de retiro físico, uno de esos en los que el grupo se aparta del mundo, literalmente, para relajarse y exprimirse a un tiempo (he ahí el fantasma de Big Pink, siempre presente y nutritivo). Es un disco, también, de cambio absoluto, porque poco queda en “Porcella” (si acaso el tenso brío de “High Prices Going Down”) de la encallecida y preclara banda que poco antes bordara el energético fogonazo de garaje dylaniano/estoniano que fuera “Ode to Joy”. Han crecido desmesuradamente y aparecen aquí vadeando profundidades distintas. Lo que hay es un retrato caudal de nuevas intenciones y sabiduría precoz, promesas cumplidas a cargo de un grupo de compositores (cuatro de seis, al menos) que acaba de madurar -como cuando en los documentales, a camara lenta, la flor se abre, un poco acartonada- y de aprender como inundar de luz cada resquicio de la habitación. Cachorro (no dejo de pensar a donde hubiesen podido ir) pero cuajado, “Porcella” es ambicioso y atemporal Rock&Roll en la misma longitud de onda en la que funcionaban The Band cuando, haciendo honor a su nombre, fueron la banda definitiva. Es personal, pese a rumiar una serie amplia de influencias reconocidas y perfectamente reconocibles. Y es completísimo, un río abarcante y rico en sedimentos por el que fluyen al unísono la percusiva psicodelia de poso Waits de “Work”, la finta soul de “O, Lord, My Heart”, el intenso primitivismo narrativo de “Debt Collection” (por ahí han transitado Two Gallants, Frank Black o Las Malas Lenguas), el folk extático y pastoral, circular, mutante, de “I Heard...” (algo parecido a lo que han cultivado, por ejemplo, Vetiver), dylanadas estrictas como “By Morning, Its Gone” y cohenadas no tan estrictas, salpicadas de humor continental, como “A Bird in the Hand...”. Y todo ello lejanamente bañado por un hippismo costa oeste que explota en la que para muchos es la canción bandera del disco, esa “Gore Veil” donde el fantasma de Love se hace corpóreo durante unos pocos minutos de alterante delicia pop.
Que fueran capaces de una maduración tan completa en un lapspo de tiempo tan corto es uno de esos milagros que quienes tocamos en bandas podemos entender pero que no por ello dejan de ser milagros. “Es un disco saturado por el agrio, dulce, amargo, salado sabor de lo que fue consumido en esos días y noches”, dice la nota al pie. Entiéndase eso culinaria o vitalmente. Era quizá demasiado prometedor, sí, demasiado intenso, demasiado vivo para durar, nos decimos por buscar una excusa, aunque sea débil.
En cuanto a la disolución, los restos, la vida, André Ethier ha seguido componiendo cosas apreciables bastante por debajo del radar comercial, Age of Danger, alias Max McCabe-Lokos, el compositor del tema que nos ocupa, ha terminado siendo actor y si no me equivoco ha colaborado ocasionalmente con Mark Sultan. Al resto les he perdido la pista.
Vuelvo a escuchar “So Young & So Free” en la casa en silencio. Aspiro su precoz poso de cansancio, mastico su ariscas palabras como grava, su innegable poso Dylan/Cave/Morrison. Disfruto, como quien lo hace con un chiste privado, de ese cambio final absolutamente Basement Tapes. Cosmic american music con los pies en la tierra y una sobredosis de chulería siniestra. Que durmais bien en el reino de la música olvidada, mis príncipes, sobresaltados apenas por el rasgar de la aguja en apartamentos lejanos y fiestas que no conocereis.//LUIS BOULLOSA.
TAN JOVEN Y TAN CRUEL
¿Has visto mis botas negras, de cuero?
La punta de su dedo gordo podría atravesar tu carne.
Oh, sí, soy de verdad así de joven y así de cruel.
Realmente así de joven...
tan joven y tan cruel.
¿Has visto esta chupa negra que llevo?
Estos botones son de latón, estos botones son de oro.
Oh, sí, soy de verdad así de sutil*
tan dandi y tan perfecto,
tan joven y tan cruel.
Si, cogeré tu corazón
y lo romperé en dos.
Oh, sí, soy de verdad así de sutil
tan dandi y tan perfecto,
tan joven y tan cruel.
El señor es mi testigo,
oh, es un negocio tan sucio
separar mis dientes de tu garganta
y dejarte deseando más.
Y tomaré tu corazón
Si, tomaré tu corazón
y lo romperé en dos...
* La palabra “Fine” puede ser traducida, dependiendo del contexto, como “magnifico”, “excelente”, “perfecto”, “valiente”, “sutil” o “delicado”, entre otros significados.
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2 comentarios:
estan de puta madre
Ricko
Grande, Luis, muy grande.
Los discos en solitario de Ethier son de escucha obligatoria para los fans más enfermos de los Snakes.
saludos, compañero
Estradinsky
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