martes, diciembre 18, 2012

CHE S’INTRAVEDE L’INFINITO



Mis intenciones para hoy eran levantarme temprano y trabajar, pero una vez más fueron inútiles. Me mantuvieron despierto los pensamientos y la propia nocturnidad, una cosa mía no sé si física o vocacional, y aquí me quedé, escuchando una y otra vez a Franco Battiato mientras recorre el futuro en moto junto a Carmen Consoli, dos halcones callejeros sufís de gélida sexualidad new age. Lloraría si supiese llorar -que decía alguien- escuchando al viejo Franco, un tipo que me hizo mejor la infancia con esa música sensible, cachonda y cósmica que fue una de las pocas que pude compartir con mi padre.

Cuando por fin me fui a la cama el sueño, además, se negó a llegar, y cuando conseguí dormirme al fin tuve un largo, largo sueño convulso cortesía quizá, de las acelgas con patatas (deliciosas) con las que me había atracado un par de horas antes o de la visión de “Pi” (darren Aronofsky, 1998, la ponían en la tele), o vaya usted a saber de qué o de quién. Imaginaba seguir despierto: Soñé que el diablo estaba en la habitación y era el que me impedía dormir  tuve que expulsarlo (de mi costado) rezando como un loco oraciones que ya recordaba mal. Soñé que era un asesino que protegía a una mujer y que viajaba de las autopistas de occidente hasta el oriente lejano, a través de cañones fantásticos. Soñé que sobrevolaba una Europa que era esta y otra al tiempo, un mapa a escala del Mediterráneo desde el que veía arder, lejano, Sudán y, cercana, Tierra Santa, mientras, bajo un discurso de Bin Laden (voz en off), huía de vuelta a casa con varias piedras sagradas en la mano que resultaron ser, al cabo, rebanadas de pan bimbo. Soñé que hablaba con el mismo Battiato, paseando por el campo reconstruido de una Sicilia que se parecía demasiado a Galicia y que después regresaba finalmente a mi propia isla atlántica. Un sueño de regreso, establecimiento y circularidad, bellísimo y que escribo ahora mal y a toda prisa porque ya se me borra. Ya alguien lo va borrando tras de mí.
¿Es el medio el mensaje? A veces, probablemente lo es. Vuelvo, recién despertado, a la misma canción de la noche. Escuchen esa voz grave, tabaquista, recién levantada ella también de un sueño brusco y compartido, pastosa por la noche que esperaba al día, visionaria, con la que la Consoli dice “Che s’intravede l’infinito”. En ella se entrevé, en efecto, algo que no es de este mundo, ni de mis indigestiones, siquiera, ni de mis sueños afiebrados, ni del diario tráfago que nos espera, al otro lado del cristal.// LUIS BOULLOSA

1 comentario:

Gattuso dijo...

Sempre caro mi fu quest’ermo colle
E questa siepe, che da tanta parte
Dell’ultimo orizzonte il guardo esclude.
Ma sedento e mirando, interminati
Spazi di là da quella, e sovrumani
Silenzi, e profondissima quiette
Io nel pensier mi fingo; ove per poco
Il cor non si spaura. E come il vento
Odo stormir tra queste piante, io quello
Infinito silenzio a questa voce
Vo comparando: e mi sovvien l’eterno,
E le morte stagioni, e la presente
E viva, e il suon di lei. Cosí tra questa
Inmensità s’annega il pensier mio:
E il naufragar m’è dolce in questo mare.