(Una crónica de hace unos años y que creó alguna polémica -tormentas en un vaso de agua-. Fue publicada en el Ruta 66 cuando yo aún escribía en tan legendaria cabecera).
Los mitos. Ah... los mitos!. Y que te voy a contar de los
mitos que no quieren ser mitos. Eso ya es la leche. El pontífice máximo del
hardcore intelectual (dicen), Ian McKaye, y su compañera de aventura, Amy
Fariña (The Warmers), aparecieron por la ciudad y el Moby Dick se petó de un
público con la media en los treinta y respetuoso hasta la nausea (excepto unos
idiotas del fondo que se dedicaron a deshuevarse todo el rato y amargarnos el
pase. Nunca llueve a gusto de todos). Lo que siguió fue una demostración de
que, aparte del creador prodigioso e indiscutible que ha comandado a Fugazi y
Minor Threat, McKaye podría haber sido (y quizá es) un excelente maestro del
estilo El Club de los Poetas muertos, es decir, un pesado: Interminables
parrafadas profesorales entre canción y canción sobre la ética, el compromiso,
la rebeldía, el trabajo en común artista-público y lo malo que es Bush (que al
final no está haciendo nada que no se haya hecho toda la puta vida, pero en
fin) en un discurso a veces certero pero demasiado esquemático y naive a estas
alturas, aunque a nadie le apetezca, ya se sabe, ser el primero en indicar que
el rey está desnudo. En lo musical... pues bien, si, pero tampoco para tirar cohetes.
La siempre interesante guitarra del McKaye y los ritmos de su compañera para ir
desgranando a media voz un material menor, bonito, peleón si se quiere, con
algún momento entre cómico y emocionante como cuando hizo silbar a toda la sala
para acompañar el arranque de una canción. Miniaturas apreciables que ganarían
sin tanta palabrería y que son bien apuntaladas por la hermosa voz y la batería
minimal de Fariña. Si el amigo se pusiese una peluca hubiesen pasado como un
grupo decente e imaginativo de Riot Grrrls de las de antaño. Nos lo tomaremos
como el necesario divertimento que ayuda a coger fuerzas para lograr nuevas
obras mayores. Como tal, fue más que digno, aunque, ya digo, lo hubiese
preferido sin el Spoken Word. La verdad, hace un puñado de años que me enteré
de que que el Punk no consiste en llevar cresta sino en bla, bla, bla y blaaaa.
//LUIS BOULLOSA
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1 comentario:
Pfff... McKaye esta abuelete, le da por contar batallitas y dar lecciones a la tropa... pero bueno, que se le va a hacer, algún dia nos tocará al resto dar la brasa a los zagales.
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