No haré un canto a mi mismo: soy periodista y consciente de
lo que ello significa. Me bastará pues con una nota al pie. Esta misma. En la
imagen posamos (de izquierda a derecha) un servidor (de nadie), Mr. Manuel Beteta,
docto archivero de la sabiduría high-energy y otras hierbas de aroma intenso, y
Mr. Esteban Hernández, maquiavélico sociólogo underground. Está tomada a la
puerta de la puta sala Heineken tras un largo bolo de los Drive By truckers del
que ellos salieron extasiados (en diverso grado) y yo indiferente. Para casi
nadie excepto para nosotros y algún cercano, puede significar nada la foto, y
sin embargo es importante: de no ser por el amor a la música rock, esa grasienta
excrecencia mongoloide de la cultura imperialista americana, tres
personalidades tan dispares y contrapuestas jamás se hubieran llevado bien. Así
que, como dice el refrán, “en el pecado llevas la penitencia”. //LUIS BOULLOSA
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