miércoles, julio 07, 2010

AIRFIX KITS (ex GIANT HAYSTACKS)



Más underground. Cuevas desoladas y sótanos vacíos. Bolos olvidados y chicos sin suerte. Historias demasiado parecidas a las nuestras para que no merezcan su espacio aquí. A los Giant Haystacks nadie les hizo ni puto caso. Kaput los entrevistó en tiempos lejanos, dando fe de que usaban con maestría sus influencias, entre las cuales la principal parecían ser los Minutemen de D. Boon y Mike Watt. Háganse un favor y busquen lo que publicaron si es encontrable aún. Los Airfix continúan con el asunto aunque tienen pocos temas aún y parecen optar por una versión algo simplificada de aquello, todavía en proceso de maduración. Síganles el rastro. Dejo la anciana entrevista como muestra de que la banda madre existió. De verdad.//LUIS BOULLOSA


GIANT HAYSTACKS – BLANCO Y NEGRO ES SIEMPRE GRIS

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Comenzaron siendo aplicados émulos del hardcore libérrimo de los Minutemen ("We Are Being Observed" - Smartguy Records, 04) y han terminado por madurar a la velocidad del rayo en un disco inapelable ("Blunt Instrument" - Mistake Records, 05), donde también se agita el electrocutado fantasma de los mejores Talking Heads y algo del mestizo embrujo de los Clash. Una navaja de espástica expresividad e imaginación rítmica y melódica. Grandes por derecho propio.

¿Fue intencional montar un trío? ¿Cuáles sus ventajas y problemas?

Allan: Cuando inicié la banda, siempre fue mi intención ser un trío. La ventaja es que tienes menos cacharros que acarrear, y solo tienes que organizar las agendas de tres personas cuando se trata de montar ensayos, conciertos y giras. También me gusta la idea de hacer lo máximo posible dentro de un esquema limitado. Somos sólo tres tipos con instrumentación simple, sin efectos. Las desventajas, el otro lado de la moneda, es que si tienes ideas más extravagantes tienes que frenarte un poco. Siempre puedes añadir elementos extra en las grabaciones, pero eso suele ser más dañino que positivo.

Nate: Cuando me encontré a Allan, quería montar un trío, o unirme a uno. Siempre ha sido mi formato favorito para tocar. A veces puede ser vulnerable, pero al mismo tiempo, tres personas tocando juntas pueden conseguir música asombrosa y divertida.

Alan: Estaba un poco contrariado cuando me uní a la banda, ya que sentía que había sido engañado por el "Giant" (gigante) de su nombre. Esperaba una sección de vientos, y un DJ… quizá incluso un tipo con una de esas absurdas guitarras de siete cuerdas. Pero he aprendido a apreciar lo ahorrativo del power trío. Hace las giras, las discusiones y los repartos masivos de dinero mucho más fáciles.

Supongo que estareis aburridos de las comparaciones, pero el hecho es que bastantes canciones de "We Are Being Observed" me recuerdan a los Minutemen. "Keep Your Head Down" me devuelve el fantasma de los Hüsker Dü. ¿Es buscado? ¿No es demasiado arriesgado –artísticamente- estar tan cerca del sonido de otra banda?

Allan: No estamos aburridos de las comparaciones, la verdad. De hecho es la primera vez que alguien menciona a Hüsker Dü en relación con nosotros. Voy a tener que volver a escuchar esa canción de Nuevo para ver si puedo encontrar la influencia. El hecho es que nos influyen muchas bandas diferentes y algunas parecidas entre sí. No podemos evitar ese influjo, pero mantengo mi esperanza de que seamos capaces de sacar algo original de todo ello, o al menos, poner nuestra marca personal.

Nate: Las comparaciones son inevitables. Es la manera que tiene la gente para hablar de música. Soy feliz de que nadie haya mencionado todavía a los Damn Yankees.

Alan: Dos de mis colaboradores han dicho que sonamos exactamente como los Sex Pistols. No estoy seguro de si eso es un piropo o no. Creo que hemos ido sonando cada vez menos a los Minutemen, pero todavía en casi todos los conciertos alguien se me acerca y me dice: "tío… ¡Mike Watt!!!"

¿Qué importancia ha tenido sobre vuestra música el hardcore político primigenio? ¿Os consideráis como un eslabón de una cadena, parte de una tradición musico-ideológica?

Allan: Escuchaba un montón de hardcore cuando era un adolescente, politico y de otros tipos. Todavía lo escucho, pero ya no tanto. Con seguridad me influyó de algún modo, pero más musicalmente que políticamente. Mis puntos de vista políticos han sido creados más bien por mi propia experiencia y por el mundo que me rodea, aunque es cierto que estuve expuesto a algunas ideas nuevas a través de mi implicación en el punk-rock. No estoy seguro de si somos un eslabón de la cadena o solo otro ladrillo en el muro...

Alan: Nunca rompas la cadena.

En ese caso… ¿Cuál es la tradición y que aportais a ella?

Allan: Espero que seamos parte de una tradición de bandas que se aproximan a los temas sociales desde una perspectiva personal.

Alan: Las cadenas nos mantienen unidos.

«Blunt Instrument» es magnífico y mucho más personal. ¿Cuáles son las diferencias entre ambos discos?

Allan: Se escribió exactamente de la misma manera que el anterior. Tres tipos dándole caña en una pequeña sala de ensayo, llegando con ideas, conservando algunas y descartando las demás. Creo que con el tiempo hemos mejorado trabajando juntos y, consecuentemente, la banda crea mejor material. Cada cosa nueva que hacemos es mejor que la anterior. Muchas bandas, especialmente de hardcore, sacan su major material en los comienzos, y luego se estropean, al hacerse más lentas y tratar de progresar. Pero ese tipo de música funciona major cuando es simplemente una bola de furia, energía y determinación. Cuando añades otros elementos la ferocidad se diluye, por lo general. Sin embargo, no estamos intentando captar ese mismo sentimiento. Intentamos explorar ideas (y hacer que la gente baile y piense)… Seguimos en ello.

Nate: Aunque el proceso de composición fue igual, creo que «Blunt Instrument» fue ensamblado de un modo más enfocado. En el primer album no había limitaciones de tiempo estrictas durante la grabación y fue construido durante un periodo de un mes, más o menos, pero para el segundo las canciones fueron como pequeñas piedrecillas pulidas. Empleamos unas veinte horas con las mezclas y salimos del estudio con un CD masterizado en la mano. El estar bien preparados nos ayudó a hacer del álbum lo que finalmente es.

Allan: Entonces, nuestro bajista, Daniel Sofaer, dejó la banda para volver a Nueva York. Hemos estado tocando con su sustituto, Alan Kasameyer, durante al menos un año y hemos grabado algún material nuevo que debería ver la luz en algún momento. Sorprendentemente, nos llevó muy poco tiempo alcanzar un punto en el que sentimos que estaban surgiendo buenas ideas y creábamos música suficientemente buena de nuevo.

Hay mucho contenido político en vuestras letras. ¿Os interesa algún tema no político?

Allan: Como comenté antes, intento acercarme a los temas desde una perspectiva personal. En el pasado teníamos algunos temas cuyo mensaje politico era demasiado directo y obvio. No creo que haga bien alguno dedicarse tan solo a gritar slogans. Y, no importa sobre lo que cantemos, todo es politico.

Alan: Creo que es importante tener bandas ahí fuera que se dediquen solo a gritar slogans y a exaltar a las masas. Cuando tenía catorce o quince años, los slogans cursis y las simplonas y dogmáticas letras del hardcore me hicieron darme cuenta de que había algo más en la vida que Rick Springfield y Van Halen. No creo que pudiésemos ser una banda panfletaria. Espero que nuestras canciones hagan que la gente piense un poco más sobre determinados temas y que les hagan formular nuevas ideas al respecto.

Supongo que «Town Of Stone» es sobre el aburrimiento de la vida diaria en un pequeño pueblo. ¿Dónde vivís ahora? ¿Cómo influye el lugar donde vivís en vuestra música?

Allan: Nuestro antiguo bajista, Daniel, escribió esa letra, pero creo que tiene algo que ver con como ciertos segmentos sociales (los sintecho, los desposeidos…) son expulsados de la sociedad. Los miembros de la banda están esparcidos por la zona de la bahía de San Francisco. La realidad de nuestro entorno tiene sin duda una influencia (Tenemos una canción nueva que habla específicamente de Oakland, pero podría ser aplicada a la mayor parte de las grandes ciudades de Estados Unidos), pero por lo general estoy interesado en ideas y en peculiaridades de la interacción humana, lo cual es más universal.

Alan: Nate y yo vivimos en islas, y sin duda puedes escuchar la influencia de las camisas floreadas, los buenos tiempos y los kayaks en nuestros nuevos discos.

¿Creeis que la posibilidad de "tener una guerra en casa ("having a war at home") existe?

Allan: Cuando escribimos esa canción, ciertamente parecía posible que el movimiento anti-guerra pudiese rivalizar con el de la época de Vietnam. Tristemente, no ha terminado siendo así.

Nate: No creo que la falta de furia en el movimiento anti-guerra sea la diferencia entre el movimiento que hubo durante la Guerra de Vietnam y el que hay contra la de Irak. Ninguno de ambos movimientos movilizó a la mayoría de América. Creo que la razón de que la agresión continúe es la falta de acceso a los medios (controlados por los militares) y la cobertura patéticamente pobre de lo que realmente está sucediendo en Irak. Durante la Guerra de Vietnam, la gente de todo el país podia ver imagines de americanos muriendo en las noticias de la noche. Eso unió al país contra la Guerra. Hoy los «media», sobre todo la television, parece que se dedica casi a distraer la atención sobre la guerra. No están haciendo su trabajo, que es enfrentar a la gente con la realidad.

¿Cómo es ahora la situación a ese respecto?

Allan: Viviendo en la zona de la Bahía, diría que la mayor parte de la gente está contra la Guerra, pero fuera de los enclaves liberales, tiene más apoyo. Creo que el pensamiento dominante entre los elementos pro-guerra, actualmente, es: "apoyo a las tropas y al presidente, pero me gustaría que la guerra terminase". Pero nunca se manifestarían abiertamente en contra, porque lo considerarían "antipatriótico". Hay un gran sentimiento antiamericano en otros países, pero eso es comprensible. Cuantos más americanos conoces, sin embargo, más comprendes que no puedes juzgarlos a todos por el mismo rasero, lo que funciona para cualquier nacionalidad, ¿no es cierto? Debería añadir que no soy americano, pero vivo aquí por elección. Y eso ya dice algo.

Nate: Siento que hay un fuerte sentimiento en todo el país de que la Guerra debería acabar, pero solo un pequeño porcentaje de la gente verbaliza ese sentimiento. Siento que cuando viajo fuera de los Estados Unidos, incluso durante los últimos cuatro años, la gente es muy abierta y amigable conmigo. Por suerte, la mayoría de la gente conoce la diferencia entre un individuo y su gobierno.

Alan: Definitivamente, la gente está cansada de la guerra, pero en todo caso, si les das tiempo, dejarán de cotorrear sobre ello y volverán a sentarse en el sofá. Creo que el número de gente enfadada por la guerra en este país y preparado para hacer algo al respecto ha descendido considerablemente durante los últimos años, pero el número de los que, medio en serio, refunfuñan sobre ello, ha aumentado. Al mismo tiempo, es difícil verle un final a la guerra. Es un asunto más grande de lo que ninguno de los que apoyaban la guerra hubiese podido pensar inicialmente, y no hay una salida mágica que no deje a los irakís en peor situación de la que estaban antes de la guerra. Si vemos caer los precios del petróleo, el número de americanos que está contra la guerra bajará igualmente

¿Cómo os definiríais políticamente?

Allan: No pertenezco a ningún partido o grupo. Supongo que de manera amplia me podría definir como un antifascista. Si hubiese estado en España en el 36 mi lado hubiese sido el de los anarquistas.

Nate: Soy un libertario civil: La gente debería poder hacer lo que quisiese siempre que no infrinja los derechos de otros.

Alan: Creo que la industria debería ser bien regulada, pero no la gente.

¿Qué hace a vuestro grupo diferente de otros?

Allan: Hay tres ingredientes, nosotros tres. Puede que no sea el sonido más original del mundo, pero lo que damos es el resultado de tres individuos con pasados e influencias diversos juntándose para hacer música.

Alan: Y además tenemos un pelo realmente, realmente bonito.

Definid vuestro sonido en pocas palabras

Allan: Una cada uno. Yo dire "abrupto"

Nate: "Conciso"

Alan: "amable"

"...Erie Canal. A little confused but I remember it well"... ¿Es un chiste sobre «Simple Twist Of Fate», de Bob Dylan, donde dice "...by the old canal/a little confused, I remember well,". ¿Es una influencia?

Allan: ¡De nuevo, tienes que culpar a Daniel por esa!!! Creo que la frase acabó ahí por accidente, pero luego él la mantuvo como una especie de tributo/referencia a Dylan, que es sin duda una enorme influencia sobre él. ¡Enhorabuena por ser el primero en señalarlo!!!

¿Quién es el tal John Ray Leonard del que hablais en una canción?

Allan: John Ray Leonard fue un activista local y defensor de los derechos de los enfermos mentales. Daniel leyó sobre el en un periódico local y ello le inspiró la canción. No es su nombre real, pero suena mejor así.

¿Quienes son los héroes americanos de nuestro tiempo, en vuestra opinión?

Allan: Joan Jett.

Nate: Robert Heinlein.

Alan: Hot Lixx Hulahan.

El batería de los Clorox Girls me dijo que estaba probado que los grupos políticos eran ineficaces. Su bajista no estaba de acuerdo en absoluto. ¿Qué opinais?

Allan: Bueno, pese a años de canciones de protesta política, desde los 50 hasta ahora, seguimos viviendo en un sistema de mierda. Pero no puedes decir que la música política no tiene ningún efecto. ¡Por supuesto que lo tiene! Un grupo no conseguirá nada por sí solo, pero aumentar la alerta soibre determinados temas, exponer a la gente a nuevas ideas, tocar en eventos benéficos... es imposible que nada de eso tenga efecto alguno. Vale, los Crass no trajeron la revolución anarquista al Reino Unido, pero no hay duda de que son en gran parte responsables del interés por el anarquismo, la paz y los derechos de los animales que ahora tiene mucha gente.

Nate: ¡No todos podemos ser Bono!

Alan: Para un individuo, una canción de una banda puede tener un impacto enorme sobre la manera que tiene de ver el mundo. Otros simplemente agitarán sus cabezas con felicidad al ritmo de la música, pero eso también es bueno.

¿Hay lugar para el humor en vuestras letras?

Allan: El humor no tiene lugar en el arte. La revolución es un asunto serio.

¿Cuál es vuestra filosofía de trabajo como banda?

Allan: Hacemos todo lo que podemos cuando podemos. Tenemos calendarios muy ocupados, así que no ensayamos demasiado –un par de veces por semana, un par de horas cada vez-. Pero apañamos las cosas en ese tiempo. También estamos en la banda para dar bolos. Raramente rechazamos un concierto, aunque estamos empezando a intentar ser más selectivos.

Nate: Se productivo y haz lo más que puedas con los menos instrumentos posibles. Da shows divertidos. Haz que la gente piense y sonría.

¿Creeis que está vivo el punk como fuerza creativa? La mayor parte de las bandas se disfrazan y mantienen la "mise en scene" pero les importan poco las ideas que lo sostienen todo. Muchos afirman que lo hacen sólo para «olvidar y divertirse», lo que suena a puro escapismo.

Allan: Creo que funciona a diferentes niveles. Quiero ir a ver una banda y olvidarme de mis problemas por un rato, pero luego, cuando voy a casa y escucho el disco, quiero que me inspire. Si puedes usar tu arte para hacer que la gente piense, o baile, esas son cosas importantes y de valor. ¡Si puedes conseguir que hagan ambas, tanto mejor!

Nate: Yo no soy exactamente un punk, y nunca lo he sido, pero creo en la comunicación. Estar en una banda me permite subirme a un escenario, en frente de gente y pasarles aquello que estoy sintiendo. Creo que nuestra banda sí tiene un mensaje y espero que los conciertos inspiren a la gente a cavar un poco más profundo en toda la música y en lo que está siendo comunicado a través de ella.

Alan: Las bandas insinceras también pueden inspirar a la gente. Estoy seguro de que el noventa por ciento de las bandas punk con las que crecí se sentaban y decían: "¡necesitamos una canción sobre el racismo! Vale, ¡ahora una sobre como apestan las corporaciones!" Pero al final del día, no estaban machacando activamente a los opresores, y todavía compraban en Wal-Mart de vez en cuando (de lo que yo también soy culpable, por otro lado). Esas canciones al menos me hicieron pensar y ampliaron mis horizontes un poco. Con el paso de la vida, puede ser deprimente encontrar a tus ídolos punk de la infancia y comprobar que solo son unos bebedores de Budweiser y fumadores de Marlboro acabados, vestidos con camisetas sin mangas como el asqueroso de tu vecino de al lado. Pero lo cierto es que inspiraron a muchos chavales a hacer cosas llenas de sentido. Dicho esto, eres un imbecil si lo que haces es solo fingir que te importa.

1 comentario:

Allan dijo...

Gracias Luis!
- Allan