jóvenes envenenados por la literatura, que llegan de las provincias a la conquista de Madrid. La literatura es como la trágica sirena de las baladas germanas, y los pobres nautas se hunden en el fondo del mar por haber escuchado el sortilegio de su canto. Sólo que nuestros nautas naufragan en seco, sobre el asfalto de las calles, en los figones absurdos y en los hórridos hospitales... El veneno de las letras es más fuerte que la morfina, que el éter y que el alcohol. El que emprende esos trágicos derroteros... casi nunca se adapta a un ambiente mediocre, metódico o burgués
3 comentarios:
En realidad es el viernes, no el sábado...
jóvenes envenenados por la literatura, que llegan de las provincias a la conquista de Madrid. La literatura es como la trágica sirena de las baladas
germanas, y los pobres nautas se hunden en el fondo del mar por haber escuchado el sortilegio de su canto. Sólo que nuestros nautas naufragan en seco, sobre el asfalto de las calles, en los figones absurdos y en los hórridos
hospitales... El veneno de las letras es más fuerte que la morfina, que el éter y que el alcohol. El que emprende esos trágicos derroteros... casi nunca se adapta a un ambiente mediocre, metódico o burgués
El segundo tema mola bastante, la verdad.
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