viernes, octubre 28, 2011
ARREMANGAOS, SEÑORAS, VAMOS A CRUZAR EL INFIERNO (Una entrevista con LOS CUANTOS)
(Una mini-versión de este documento histórico ha sido publicada en el Ruta 66 de noviembre, ya a la venta. Autor, el siempre incierto LUIS BOULLOSA, príncife honorífico de Dinamarca La foto con perro incluido es de Chema García. Los cuantos presentan SU DISCO el tres de noviembre en la sala EL SOL, en una cita esencial que coincide con el también imprescindible bolo de los KILL DEVIL HILLS en La Boite. Intentaremos estar en los dos lugares a la vez)
Me contestaba Javier Colis cuando le preguntaba por las influencias no musicales del grupo que le parecía que estaban entre El Bosco y Buster Keaton. Ajustado, sin duda, para un colectivo que, es cierto, tiene la capacidad de arrastrarte a las profundidades del ser con una amistosa carcajada eléctrica. Sin perder el disfrute vital. Dudo que quien haya asistido a su presencia sobre las tablas en una buena noche los olvide jamás: poliédricos pero directos, cortantes como una navaja, encaramados sobre la rítmica incontestable de su batería, explosivos en la expresionista mezcla de guitarras y coronados por un frontman con ideas propias, Los Cuantos se ganan a sangre y fuego el poco usual privilegio de no ser comparados con nadie pese a que en su ADN borbotée más de un nombre de los que todos conocen. Son el ejemplo no de una generación, sino de lo que la amalgama de varias –ya (mal)formadas en el rock más visceral- es capaz de hacer, ahora que las barreras de la edad han sido barridas, esperemos que definitivamente. Así, los madrileños tensan sin miedo los cartílagos de la tradición y la rocían de ruido para obtener un sonido que –admitidas las referencias que procedan- es poderosamente suyo y sólo suyo. Especie de contrapelado supergrupo underground, Javier Colis (Ex Vamos a Morir, Mil Dolores Pequeños, etc, etc), Julen Palacios (La familia atávica, Alta Cabeza) Kim Warsen (Ginferno, Blues Tumulto), Adrian ceballos (Las Malas Lenguas, Rip KC) y Gloria march tienen a sus espaldas el sufrido bagaje de muchas buenas bandas (todas raramente atendidas) y al tiempo la apertura de miras colectiva que se le supone sólo a las bestias muy jóvenes. También tienen el talento en roca que otros apenas saben fingir. Demasiado a menudo, el país musical deja pasar frente a sí a sus mejores hijos; demasiado a menudo las mejores de nuestras bandas son condenadas a la indiferencia en vida y reivindicadas sólo años después de la muerte. Las reediciones más o menos lujosas se me antojan a veces actos de triste justicia retrospectiva; otras, apenas masturbatorio solaz para aquellos que querían –y consiguieron- conservar sus filias como un secreto, a salvo de los otros. Sería una injusticia, una pobreza y un sinsentido que eso volviese a suceder con una supernova del calibre de Los Cuantos, que se basta y se sobra sola para barrer del mapa al noventa por ciento de los grupetes de fuera que se idolatran en esta tierra tristemente mimética. Su aplastante disco está en bandcamp (http://loscuantos.bandcamp.com/), su raíz en esta casa de huéspedes a veces permanentes que sigue siendo Madrid, este descacharrado y descacharrante hostal no-wave. No deberías perdértelos cuando le prendan (amistoso) fuego a tu ciudad. Por pura sanidad mental.
KAPUT- Grabasteis cuando apenas llevabais unos meses ensayando. Más que un disco en el sentido clásico parecéis buscarla fotografía d un momento dentro de una evolución…
Julen Palacios- Fue un proceso natural. Trabajamos de una manera muy espontánea, las canciones surgen en el local y había que grabarlo ya para que no perdiera esa cosa fresca, eso visceral y espontáneo. El grupo es así.
Javier Colis- No tenia sentido estar dándoles muchas vueltas porque queríamos captar eso. Surge la opción de grabar y vale. La idea era seguir haciendo más material y registrar éste antes de que se pudriese.
K- ¿Algo en común con vuestros otros proyectos y visiones?
Javier- Yo defino lo que hago como “rock expresionista”, y esto también es así, desgarrado, exagerado, visceral. Muchísimas influencias comunes confluyen en Los Cuantos… lo que pasa es que yo me diferencio del resto por veteranía y ya me remito un poco a mí mismo, sin querer ser pretencioso y sin evitar las influencias, que las tengo todas.
K- Curiosamente hay un núcleo de grupos underground de Madrid que se suelen denominar de vanguardia y que llevan casi treinta años con las mismas influencias… A veces me parece que casi todo el rock&roll es ya folk, música asumida, procesada y netamente popular… Aunque sea folk underground…
Javier- Lo de la vanguardia es que es engorroso de cojones. Es muy curioso, porque en efecto la vanguardia siempre está en el mismo punto, es una de las cosas más inmovilistas que hay…
Julen- Yo no considero que estemos haciendo vanguardia en absoluto, esto es Rock&Roll.
Javier- Lo que pasa es que nos van a encuadrar ahí, probablemente. Por otro lado, una cosa es la tradición –a la que yo creo que nos estamos remitiendo totalmente- y otra cosa esta repetición sistemática y el cliché. Nos salimos de los clichés de lo que se está haciendo todo el rato. Lo cual no quiere decir que no bebamos, yo que se, de Robert Johnson…
Kim- La vanguardia es una mala interpretación que se ha hecho en el mundo occidental desde hace trescientos años. Seguimos pensando que vamos mejorando. ¿Qué coño está mejorando? Nada ha mejorado desde el principio. Y desde el principio hemos tenido comentarios que han estado fuera de la norma, fuera de la sociedad y de lo que piensa la mayoría. Llamar a eso vanguardia no tiene sentido… Siempre que no te dediques a hacer cosas para mantener a la masa entretenida, eres vanguardia, pero eso no significa que tu estés descubriendo cosas nuevas, sino que estás dando otra expresión para contar exactamente lo mismo. Y el tiempo no va hacia delante ni hacia atrás. Estamos todo el rato en lo mismo… La tradición está aquí ahora.
Javier- Además, el motor de cualquier creación es que sufres y lo quieres expresar o que simplemente sientes y expresas… por lo tanto, siempre la creación, vaya por un lado o por otro, remite a lo mismo…
K- La mayoría vivís en Lavapiés. Los barrios han cambiado enormemente en Madrid. Malasaña, por ejemplo, para bien o para mal, no es la sombra de lo que era. ¿Creéis que el conflicto de antes era más interesante creativamente que esta tediosa pax romana del centro de Madrid? ¿O es sólo nostalgia?
Javier Colis-Yo creo que también el conflicto va por dentro y por eso tú haces ese tipo de música o ese tipo de creación
Los Cuantos.Mama calling. from Los cuantos on Vimeo.
K- Pero Lou Reed, por decir alguien, no hubiese hecho lo mismo si hubiese vivido tranquilamente en las Bahamas en lugar de vivir convulsamente en Nueva York ¿O sí?
Javier- Bueno, es que Lou Reed se ha puesto muy pesado y parece que nunca estuvo en Nueva York, nunca se metió un pico, nunca fumó… (risas). Yo creo que nosotros, todos, venimos más del conflicto interno. ¿Que si se refleja lo que hay alrededor?, pues sí, pero... El Madrid de ahora es evidentemente mucho mas limpio, y mucho más castrado en muchos sentidos. Malasaña ahora es pijo, pero volvería a lo que estábamos diciendo antes: salvando todas las distancias y todas las diferencias, estamos en el mismo punto que en la época de Demonios Tus Ojos o Vamos A Morir; sin ser igual, el sustrato es el mismo.
Kim- Yo creo que es importante haber estado en Lavapies, no en Madrid, pero si en Lavapies, creo que los cuantos son un buen comentario a Lavapies.
K- Hay bandas que son inseparablemente de una ciudad y un momento y al tiempo ayudan mucho a definir esa ciudad y ese momento. Los Burning o Leño con el Madrid de hace años, por ejemplo. Los Clash con Londres. ¿Eran Vamos a Morir, por ejemplo, una banda esencialmente madrileña en ese sentido?
Javier- Vamos a Morir, totalmente.
Julen- Yo diría que los cuantos es una banda no de Madrid, es una banda de Lavapiés, pero no porque estemos hablando de Lavapiés. De hecho los cuantos no encajan en la idea que la gente tiene de Lavapiés, somos todo lo contrario. Lo que pasa que sí es verdad que vivimos allí y somos muy de allí.
Kim- Estos del desierto… Kyusss… Son un grupo de blues, pero resulta que lo hacen en el desierto y por eso suena un poco diferente. Nosotros somos un grupo de Rock&Roll de Lavapies, por eso suena así.
Javier- Es matizable. Burning, Leño… nosotros no somos eso. Si nosotros nos hubiésemos ido a vivir en plan comuna a Londres, estaríamos haciendo Los Cuantos y sería lo mismo, aunque podría haber matices.
Julen- Habría matices.
Javier- Yo creo que sería muy parecido.
Julen- Yo no conozco ninguna otra banda de lavapies. No nos han influido nada, cero…
Javier- No las hemos escuchado… (risas)
K- Hablemos de qué aporta cada instrumento al conjunto. El teclado es lo que me queda menos claro…
Julen- Yo veo clave el teclado en el conjunto. Hace un poco la función del bajo, va mucho a graves y sostiene las canciones.
Javier- No hay una premeditación a la hora de formar la banda. Empezamos nosotros tres, luego surgió gloria, de otra borrachera
Kim- Pensábamos ser nosotros tres. Yo quería hacerlo con dos guitarras acústicas…
Javier- Pero la cabra tira al monte, empiezas a pensar “si esto lo enchufáramos, si hiciéramos un poco de ruido…” (risas). Al principio ensayábamos sin Adrián, pero en el punto en que nos habíamos puesto, en el que ya éramos netamente una banda de rock, notábamos que nos hacía falta un batería, y la opción era evidente, porque es buenísimo, nos encanta, le conocemos y es amigo.
K- Su papel me parece esencial en la banda…
Javier- Yo tengo una opinión que es un poco radical, pero creo que puedes tener un gran grupo con un guitarrista de mierda, pero no puedes tener un gran grupo con un batería de mierda, sí el batería es malo, el grupo no puede ser bueno. Un batería mediocre te jode, estás hundido, es un barco a la deriva. Adrian aquí, aporta muchísimo. Mueve muchísimas coss a nivel creativo. Un buen batería suele tener una visión preclara de ciertas cosas, yo creo que precisamente por las características del instrumento. Estás siempre escuchando y tienes una manera muy estructurada de verlo, esa aportación del batería es la hostia.
Cierre en La Boite from Los cuantos on Vimeo.
K- ¿Cómo os repartís las guitarras?
Julen- Desafinadas
Javier- No tenemos ningún esquema. Llevamos mogollón de tiempo tocando juntos y nos conocemos muy bien, si tu haces un juego, yo se por donde tengo que ir… No hay un solista y un rítmica, nos saltamos la norma. Ni hablamos. Julen y yo sólo nos miramos. Y cuando sonreímos es que todo va bien.
Kim- Son los dos únicos que nunca paran para sintonizarse, y deberían ser los dos que siempre están discutiendo sobre las mierdas que deberían estar tocando, pero no. ¡Ni una conversación han tenido! Los otros si hablamos, pero entre estos dos nunca hay nada, no han dicho nada desde el principio, es increíble (risas). Lo bonito de los cuantos... Hoy en día si quieres vender obviamente deberías tener una idea previa, deberías saber dónde va el estribillo, deberías organizar la canción para que encaje en la radio, pero los Cuantos son justo lo contrario de todo esto. Son cinco personas que se expresan en conjunto en un cuarto y que salga lo que salga. A veces sale algo muy redondo y a veces nada redondo, pero mientras que estamos más o menos equilibrados entre nosotros, cada vez que nos encontramos hay algo orgánico y por eso nos dejamos llevar, hay algo colectivo, una lucha que tenemos en común…
Javier- Hay una cosa muy buena que es que somos muy rápidos. Cuando hay un camino lo cogemos y no los soltamos, es como un perro de presa. Lo pillamos ahí y eso no se escapa.
Kim- nunca hay reflexiones intelectuales sobre Los Cuantos o como estructurar las canciones, no hay nada académico.
Julen- No debe haberlo.
Javier- Es muy visceral.
Kim- Somos unos analfabéticos… (risas)
K- ¿Y la voz?
Kim- ¿La voz qué?
K- ¿Cómo la planteas, como instrumento?
Kim- Funciona como otro instrumento. Es alguien que va por ahí para que la cosa siga fluyendo. Yo me siento muy protegido y mientras me sienta protegido en este ambiente yo me dejo llevar. Hay ensayos en los que estoy medio en pelotas o me subo a sillas, o bajo paraguas, hago lo que me sale del rabo porque sé que está permitido en ese espacio, y mientras este permitido me dejo llevar. No me siento limitado en absoluto, me siento como un instrumento más que debe incorporarse a la masa para que la cosa salga adelante. Es un tren que no queremos que pare y para que no pare hay que añadir algo y quitar los miedos. Varias de las primeras canciones que hicimos se basaban en mantras y estuvimos todos cantando (canturrea “love love love love…”). Ese fue un ejercicio muy bueno y espero que sigamos por ese camino para conseguir una forma de alma colectiva o algo que nos conjunte… luego se pueden escribir libros sobre el espiritualismo y sobre como componer, pero no puedes componer con miedo, no puedes componer sintiéndote mal, y tampoco te sientes bien hasta que esta que estas abrazado por más gente. Y Los Cuantos es eso.
K- ¿Por qué el grupo de rock es un ente tan poderoso? El arte, en su mayor parte tiende a ser individual…
Kim- hablo de mí, que vengo de una cultura más fría que la española y por eso me he alejado de ella y me he acercado a ésta. Es una sociedad muy individualista, donde todo lo que se salte ese individualismo se convierte en religión. Cuando tú tienes una simbiosis con otra persona, tienes una sensación religiosa. Antiguamente eso se hacía con trescientas personas bailando en una hoguera.
Javier- Yo creo que es una de las grandes magias… finalmente estamos hablando de música…
Julen- Es… la sinergia, juntar fuerzas, y de ahí sale algo, lo que pasa es que es complicadísimo, solo se hace en música y a partir del siglo veinte. La ventaja es que surgen cosas que de otro modo no surgirían. Paul MacCartney cuando estaba en los Beatles y componía sus canciones estaba probablemente pensando en Lennon, Harrison y el otro (el inefable Ringo, el Beatle más importante junto con Yoko Ono, a juicio del autor de esta entrevista. N. del A.). En si les gustarían, inconscientemente pensaría “les tiene que gustar a estos…”. Hay un filtro y un nivel, eso es cojonudo…
Kim- al fin y al cabo la música no están interesante como el conjunto social. Yo puedo tomar una cerveza con una persona, pero si hay dos o tres me pierdo y no controlo bien las relaciones sociales cuando hay mucha gente, y la música es una manera de superar eso porque allí si pueden estar cuatro o cinco personas hablando a la vez y construir algo. Cuando se sientan a hablar cinco personas sin música lo único que puedes conseguir son disgustos o conflictos, o que dos no estén de acuerdo, uno habla demasiado, otro demasiado poco. La música es un nivel de conversación en una situación social que supera muchas de las conversaciones normales. Yo personalmente estoy metido en grupos por eso, porque yo necesito mi dosis social que no soy capaz de conseguir de otra manera. Se puede compartir algo, trabajar hacia algo, Tomar una dirección común y trabajar hacia ahí. Una empresa es lo mismo pero ahí tienes que trabajar con gente que a lo mejor no te cae bien. Aquí puedes elegir a la gente o coincidir con gente que te cae bien y trabajar hacia algo. Cobras mucho menos… (risas).
Julen- De hecho no cobras nada
K- ¿Nada es menos o no es nada?
Javier- Estamos en menos, no en nada… (risas). Para mi la música es el arte por excelencia, está por encima de todo el resto, quizá excepto la poesía, porque es algo inexplicable, abstracto y que se puede hacer con más gente.
K- Pero es al tiempo matemático…
Javier- Sí, y esa combinación es explosiva
Kim- Ahí viene el contrapunto a todo esto también, porque mientras estamos haciendo eso que sabemos que es un beneficio y un privilegio, los grupos que se ponen a cantar himnos a la vida a través de su euforia común acaban tocando un poco las pelotas. Mientras lo estamos pasando muy bien podemos dar la vuelta a todo esto y buscar las cosas que no se expresan en la música normal. Es decir, las canciones de Los Cuantos no están hablando de lo bonita que es la amistad, porque ya lo tenemos establecido. Estamos utilizando esa fuerza para buscar las esquinas que todavía no han sido expresadas. Y ahí está el miedo a perder la riqueza que tienes, el miedo a ser dejado por tu novio o tu novia, ahí está el miedo a que los americanos sigan engañándote y explotando a todo el mundo, ahí está el miedo a lo desconocido, ahí está el miedo, el miedo, el miedo… “No tengas miedo”, es lo que queremos decir. Tenemos miedo y queremos enfrentarnos a él y juntos lo podemos hacer. Y yo no escribo las letras, las letras salen mientras ellos están tocando, y si hubiera estado tocando con otra gente hubiera salido otra cosa
K- ¿Quién las escribe, pues?
Julen- Dios
Kim- No me salen en francés porque no hablo francés, no salen en ruso porque no hablo ruso… pero yo no las escribo.
K- ¿Es el artista entonces, de algún modo, un médium?
Julen- Totalmente
Javier- Yo creo absolutamente en eso, yo creo que lo mejor que he hecho siempre no es algo reflexionado ni que haya meditado. He llegado y lo he captado.
K- ¿Pero un médium de quién?
Kim- Entre los sufí -yo soy un gran admirador del sufismo- había una rama que se dedicaba solamente a mentir, a hacer lo que no está permitido en la sociedad; se dedicaba solamente a tocar las pelotas. Decidieron que de su boca no iba a salir una palabra de verdad porque no hay nada de verdad… La negación. Y tu sirves, entonces. Yo creo que de alguna forma Los Cuantos, para ponerlo en el mapa musical de España, y político y lo que tu quieras, funcionan así, porque somos lo que es un NO. Eso no es vanguardia, es alternativa, es una verdad alternativa. Es una mentira más, pero esa mentira equilibra la otra mentira que está establecida por la sociedad, y si pones las dos juntas y nosotros hacemos nuestro trabajo bien, se equilibran y se matan entre ellos y de ahí surge algo, una paz… Yo respiro mucho mejor a través de la mentira, mientras la verdad siempre me rechaza. Tengo mucho cuidado, físicamente, con alguien que se sienta delante de mi contándome la verdad…
K- Pero ¿existe la verdad?
Kim- No. La verdad no existe
Javier- La mentira si existe, pero la verdad no.
Kim- Eso hay que tenerlo en cuenta, yo creo que en los cuantos tenemos bastante asumido que seguimos siendo limitados y es esa limitación la que nos hace crecer, no al revés. Hay muchos límites, y tenemos límites. Límites técnicos, límites intelectuales, físicos, de todo tipo, sólo asumiendo todos esos límites podemos superarlos, creo, no sé…
K- ¿Cómo fue lo de Montpellier?
Kim- Me hizo muchísima gracia grabar el disco allí, porque hace diez años yo venía de arriba, de Suecia, haciendo autostop. Tenía dieciocho años y quería acabar en España o Marruecos y dormía con la guitarra dentro del saco de dormir. En Montpellier dormí en un parking y me acojoné, y me volví. Diez años más tarde vuelvo a Montpellier pero ahora desde el sur, en una furgoneta llena de gente y llena de instrumentos, y eso me hace mucha gracia. Se han unido los dos viajes, aunque ha tardado diez años en suceder… (risas)
martes, octubre 25, 2011
THE CAPACES - "The Restless Breed" (2007)
Había oído hablar mucho de The Capaces cuando escuché por primera vez su tercer disco. Este disco. Incluso contacté con ellos para hacerles una entrevista cuando este fanzine de ustedes se editaba en papel. Por unas u otras –fallo mío, es probable- el encuentro no se produjo y ni siquiera llegué a reseñar el artefacto. Valga este esfuerzo tan tardío (ya han editado más referencias, esta es de 2007, y que yo sepa hay una de 2010) para remendar malamente el error. Pertenecen los de Barcelona a esa cantera subterránea de Punk&Roll hispano que lleva años dando aceptables frutos y ocasionales delicias, y basta con verles arrancar para darse cuenta de que están en el pelotón de cabeza.
Cierto es que a mi el subgénero mismo me ha acabado aburriendo, quizá porque una de mis bandas de los últimos años circulaba por terrenos similares y al final terminó por darme la impresión de que había más erudición que sentido y más voluntad que acierto tanto en la puesta en práctica como en los planteamientos de base. Claro que cinco o diez años atrás mi visión opuesta y confiaba aún en que ese Rock&Roll blindado e hiperveloz aparentemente cargado de mala baba, de filia anglo y referencias ajenas al país, tenía algo que decir. Y claro que, en todo caso, eso es problema mío, no de esta banda, que factura aquí un disco impecable en lo suyo, saturadito de actitud cabreada y cafre pero sonando potentísimo, empastado, nítidas y aceradas las guitarras, clínicamente desbocada la sección rítmica y con una voz, la de “Martillo”, por encima de la media y con un cierto deje hard-rock que la velocidad y las hostias en la cabeza no dejan advertir del todo al principio.
Una cadena de pepinazos tierra-tierra, en fin, parte de cuyas deudas con el pasado se pueden advertir ya en las camisetas de contraportada (Zeke, Dead Boys, New Bomb turks... hay muchos otros y todos sabéis los nombres). Las letras, que soy incapaz de descifrar por mi cuenta, se pueden suponer, a tenor de algunos títulos, inspiradas por parte del cine más desafiante y radicalmente personal de las épocas doradas de lo crudo (“The Wild Bunch”, “The Searchers”, “The Bad and The Beautiful”). Es "The Restless Breed" una expeditiva, engrasada bacanal sin florituras compositivas que gana enteros en los tres últimos temas (magnífica sobre todo “Fat City”) y, ya digo, me hubiese flipado hace un tiempo y todavía me pone si me lo administro el día adecuado.
No puedo evitar, que se le va a hacer, que ese día adecuado acontezca cada vez más espaciado en el tiempo y que el conjunto me deje, ahora mismo, una molesta sensación de deja-vu; hechos todos que muy probablemente les importen a ellos un carajo, como tiene que ser.//CIDE HAMETE FERLINGHETTI
DEAD FARMERS - "Go Home" (Rip Society, 2010)
Me gustan las bandas aparentemente simples que por una razón u otra consiguen no serlo. No hay tantas. Cada vez hay menos, en realidad. Son esas flores extrañas que hacen que el rock al alcance de todos (al menos todos los que sepan aporrear tres acordes y soporten a la distorsión como quien sobrelleva a un viejo amigo) pueda seguir siendo oscuro, amenazante y liberador. Los granjeros muertos lo intentan, pero por el momento no lo consiguen, esa es la triste realidad. Y digo triste porque montar una banda no es lo más difícil del mundo pero tampoco lo más fácil, y detrás de cada grupo honesto hay trabajo, privaciones y corazón. Por desgracia, a veces es recomendable que haya también talento.
Es raro, por otro lado, que el machacante esfuerzo del trío -un exabrupto de high energy encharcado en wha y fuzz con algo, poco, de psicodelia sixties enterrada bajo la grava Stooges- haya pasado casi inadvertido por aquí, donde supuestamente aún resta una decente parroquia de seguidores del desbarre australiano. Pero bueno, todo eso es teoría. Después va uno a un bolo de los Kill devil Hills, por citar a alguien que sí sabe lo que hace, y aparecen los quince de siempre.
El primer tema del bonito vinilo me hizo pensar, por lo primitivo, en los Cosmic Psychos, pero un par de asaltos después me lo repensé y concluí que ni de coña y que ya les gustaría a ellos. No es aquí el bajo el que manda, sino la caja de la batería y la guitarra que lo achicharra todo sin excesiva precisión o elocuencia. Tampoco hay hits reconocibles -y los Psychos los tenían a patadas-, sino un magma poco definido que quizá en directo impacte pero en disco se difumina, como si la lava de la erupción se escurriese por agujeros mal remendados y llegase hasta nuestros pies poca y ya fría.
La ventaja de venir de donde vienen, suponemos, es que habrán mamado sonido y actitud y la cosa les saldrá más o menos natural y fácil. El problema es que lo tienen chungo para destacar mientras Australia siga facturando con regularidad bandas de primer orden y su vieja guardia se mantenga en forma. Por otro lado, ni la producción es nada del otro mundo (y digan lo que digan la producción importa y significa cosas, incluso -o sobre todo- cuando no la hay) ni las voces son especialmente destacadas, cumplidoras, como mucho. Les queda, pues, basarse en la fuerza bruta, el desquicie eléctrico y esa tendencia tan “stoogiana” a hacer canciones a partir de líneas simplísimas que, por desgracia para el resto, se le daba bien a Asheton y Cia y a pocos, muy pocos más.
Por último, se supone que este tipo de música debería provocar algo en las tripas, ya que está lejos de ser un plato delicado: Una urgencia primaria, unas ganas de romper cosas, un reavivarse del cabreo interior. Pero no lo consigue. Quizá al que sea nuevo en esto le puedan impresionar, pero a los que hemos escuchado un poco más se nos quedan en banda aceptable, aguerrida y voluntariosa que aún no ha encontrado su voz personal. Poca cosa, a estas alturas de partido y tal como lo veo yo. Razones de sobra, en realidad, para contestarles amablemente con su propia exigencia titular: Go Home.//LUIS BOULLOSA
sábado, octubre 22, 2011
jueves, octubre 20, 2011
ESAS BANDAS ECHAN HUMO, AMIGO...
El excelente sello discográfico Discos Humeantes celebra su tercer aniversario en Madrid. Aquí el bandcamp de algunas de sus bandas. Pronto más información.
MATA A TUS HIJOS
Una vez toqué en un concurso en el CEU con mi banda de entonces, los justamente incomprendidos Goodby Mass (el título era pillado de un tema de tito Lou en el “Magic and Loss”, curiosamente de la única canción que no me gustaba del disco). Un tarado de cantautor que espero haya muerto abrió el día de manera insufriblemente positiva y cerró su actuación con algo del estilo de “No crezcais nunca”. Ya sabéis. Nosotros clausuramos la jornada, y yo fui el último en abandonar las tablas, ya que sin ser frontman era parcial materia gris, diciendo aquello que mi compañero Julio me recordaría tantas veces después: “No crezcáis, suicidaos”. Era un chiste oscurito, pero el respetable, por entonces, ya no parecía recordar a que me refería. Lógico, tras haberse tragado, aparte de lo dicho, a un par de bandas que rozaban el heavy de garrafón y a otros dos o tres bienintencionados pro palestina y chufas varias. Chateaba hoy con el mismo Julio, once o doce años después de aquello y me salió una frase de idéntica raíz que da fe del paso del tiempo. “Creced ya, en lugar de multiplicaros”. Y es que hay cosas que uno acaba por aceptar, no nos queda otra ni a mí ni al cantautor de mierda aquel, pero la habilidad del personal por coronarlas con exabruptos del instinto en forma de niños pequeños, nunca dejará de provocarme un asombro lindante con el asco (metafísico). En todo caso, siempre queda intentar lo que los padres del mismo tito Lou intentaron (y no consiguieron con él), pero, reconozcámoslo, sería como vendarse una herida con hojas de afeitar. Difícil es luchar contra los desmanes del hombre común, que es sin duda el más aberrante de todos los hombres.
KILL YOUR SONS
All your two-bit psychiatrists
are giving you electroshock
They said, they'd let you live at home with mom and dad
instead of mental hospitals
But every time you tried to read a book
you couldn't get to page 17
'Cause you forgot where you were
so you couldn't even read
Don't you know they're gonna kill your sons
don't you know gonna kill, kill your sons
They're gonna kill, kill your sons
until they run, run, run, run, run, run, run, run away
Mom informed me on the phone
she didn't know what to do about dad
Took an axe and broke the table
aren't you glad you're married
And sister, she got married on the island
and her husband takes the train
He's big and he's fat
and he doesn't even have a brain
They're gonna kill your sons
don't you know they're gonna kill, kill your sons
Don't you know they're gonna kill, kill your sons
until they run away
Creedmore treated me very good
but Paine Whitney was even better
And when I flipped out on PHC
I was so sad, I didn't even get a letter
All of the drugs, that we took
it really was lots of fun
But when they shoot you up with thorizene on crystal smoke
you choke like a son of a gun
Don't you know they're gonna kill your sons
don't you know they're gonna kill, kill your sons
Don't you know they're gonna kill, kill your sons
until they run, run, run, run, run, run, run away
EL DESEO DE ESTAR EN OTRA PARTE
(Apunte a carbón romántico-mañanero, mientras espero la llamada de la secretaria de L. Schiffer. Para hipotético uso posterior en una serie titulada "Cómo nos estafaron y porqué")
Una porción importante del arte nace del deseo de estar en otra parte. No me preguntéis el porcentaje exacto. A eso algunos lo llaman “evasión”, pero el término está demasiado prostituido y suena despectivo cuando quizá la necesidad de huir y su articulación práctica sea de las pocas cosas dignas que nos quedan. El deseo de estar en otra parte nace, a su vez, de un desagrado con el entorno que la gente de bien suele asociar, errónea o interesadamente, con un pasajero acné mental de adolescencia. Es mentira. El desagrado viene de dos hechos indiscutibles. El primero, que el lugar que habitamos es espiritualmente inhóspito (si, he dicho “espiritualmente”). El segundo, que lo es porque desde nuestro nacimiento se nos ha prometido otra cosa que jamás llegará. Somos educados como los "hashisins" eran educados por El Viejo de La Montaña, pequeños productos de lujo de una sociedad muy, muy enferma a los que se ha paseado de aquí para allá como a emperadores chinos hasta que, de pronto, se nos desteta de todo ese lujo absurdo para dejarnos en el páramo.
Por supuesto, se nos da una opción, como también se les daba a los hashisín: “Consume", se nos dice, "articula tu descontento y tu ansia por la vía dada. Está ahí a la derecha, donde pone ‘articulación del descontento y del ansia’, y si pasas la puerta con el resto de tus amiguitos encontrarás una serie de placebos y lobotomías a bajo precio que constituyen en cuarto túnel de la cultura: deseos fatuos de fama momentánea, viajes programados a la Rivera Maya, partidos del Atleti, conciertos de los 40, catálogos de IKEA, fotos de Warhol tuneables con tu jeta y toneladas de ropa de marca y riesgo deshidratado”. Por suerte o por desgracia, pasa, silencioso aún más abajo de esa corriente, el ponzoñoso riachuelo de la contracultura y la creación.
A veces dudo de que sea algo más que aquel grupo terrorista que postulaba terry Gilliam en "Brazil", al cabo un montaje más del sistema, diseñado para hacer frente a las mentes terminal y enquistadamente disidentes. Pero ahí está. Se llega hasta él cuando, por consejo, suerte o cabreo consustancial –y con un empujoncito de cultura, la mayor parte de las veces familiar- uno rechaza de plano la citada puerta cuatro (tras haber pasado chulescamente, también, de la uno, la dos y la tres). Se llega por caminos serpenteantes y estrechos, bastante dados al hedonismo y a la pose del rebelde sin causa, pero también fascinantes en su fulgor de posibilidad, y en los cuales uno se cruza por igual con Dante Aligheri, Sonic Boom, Allen Ginsberg, Brueghel el Viejo, Lou Reed y el borracho viejo del bar que siempre te gana al futbolín y una vez, dice, tuvo una banda de rock. Y una vez que estás dentro, encharcado hasta las rodillas, lo normal es sentirse orgulloso. Oh, sí. Eres un guerrero subterráneo, y has encontrado las cloacas por las que, caminando con fe y talento, se sale de esta puta mierda de sociedad.
Santa inocencia la nuestra (aunque yo ni siquiera llegué a formularlo así en su momento). Santa esperanza de que hay un lugar donde la gente es más inteligente y más sensible y comparte tu rabia, que crees esencial. Despertarás del sueño tarde, siempre tarde. Muchos tarados que no sabían leer cuando tu librabas batallas metafísicas te mirarán raro, aunque con un cierto cariño (la sociedad necesita fracasados que refuercen su mensaje general), mientras pasan junto a ti con sus niños y sus trabajos estables mal pagados en forma de adorado mandril sobre la espalda. No tendrás nada. Nadie te querrá, y raramente llamará alguien a tu puerta. Tus ambiciones se habrán ido volviendo risibles hasta para ti. Los nuevos beatnicks te pasarán volando por los flancos mientras tu pedaleas en tu bici oxidada. En el suburbio “arty”, te empeñarás en seguir alquilando habitaciones a precios módicos que apenas podrás pagar, a veces compartidas con otros espectros que exudan sus restos de buena voluntad, y en ellas trabajarás para el sistema de siempre haciendo labores de mozo de cuadras que odiarás más que nunca. Al mirar al suelo, viejo amigo, te verás al borde de un abismo clásico sobre el que tu mismo escribiste con soberbia en el pasado: estás a punto de comenzar a considerar tu vocación un “hobby” (¡esa palabra!).
“Mejor te sería saltar al vacío, Luisito”, piensas en tu ventana, pero vives en un primero o un sótano. Persistirás, claro. Eres una máquina tozuda, vieja y unidireccional diseñada explícitamente para el fracaso (eso a lo que en literatura se llama un héroe). Y lo que es peor, cuando dentro de unos años el desagrado lo invada todo de nuevo hasta convertirte a ti mismo en una nausea que anda (porque el desagrado de los cuarenta en adelante es de verdad y el de los veinte queda reducido a un juego) sabrás, probablemente, o querrás saber, que estás ya viejo para otro espléndido gesto y otro salto en picado y otro abandono del mundo y otra búsqueda de la verdad y otro retiro ermitaño y otro viaje a México City Blues. Y ya ni siquiera serás aquel joven feo y pálido al que le quedaba tan bien la ropa negra.
Cuando se rían de ti considéralo el justo castigo a toda la vanidad en la que malgastaste las posibilidades de fuga.
Y entiende que esa es justo la señal para volver a empezar.
Fdo. LUIS BOULLOSA
miércoles, octubre 19, 2011
A band named KARP
Al hilo de nuestra entrevista rescatada con federation X, me informan desde Holy Cobra de que Bill (Federation X) estará en Madrid en la fiesta de presentación del documental sobre KARP, de quienes también se habla en la entrevista. Todo muy underground, como procede, tendrá lugar en la sala Rock&Pop (C/ Albasanz, 74 nave 4, metro Suances) el 29 de este mes, y por cinco euritos se podrá ver el docu, escuchar al citado Bill machacando el cancionero de suss colegas y asistir a un bolo de los madrileños Cilantro, digo Giganto.
martes, octubre 18, 2011
GRANDEZA, RUIDO Y PORNO JAPONÉS (una entrevista exclusiva con BO NINGEN)
Impecable estética, atronante impacto sónico, aplastante maquinaria psicodélica con el bajista/brujo mandando y las guitarras, exhuberantes, en ebullición. También bastante oscuridad: en directo lo de los Ningen está entre la apisonadora gótica y la nave espacial. Así, fueron para algunos las verdaderas estrellas de la gira que les trajo por aquí abriendo para Lydia Lunch y Gallon Drunk (rebautizado el ensemble como BIG SEXY NOISE). Valga el chiste fácil, pero los Ningen si fueron sexo, si hicieron ruido de cojones y no me extrañaría que acabasen siendo bastante grandes, también. Taigen, cantante, letrista y sueño húmedo de cualquier director de pelis terror del sol naciente, nos contesta amablemente desde la pérfida Albión, donde el achinado Mothership tiene al parecer su hangar.//LUIS BOULLOSA
Venís de Japón, vivís en Londres… ¿Cómo os influye vuestro origen y vuestra ciudad actual?
Supongo que no tenemos influencia de ninguna otra banda del Reino Unido. Sin embargo, podríamos evitar aquello que no nos gusta de algunas de ellas, como la vagancia y el fingirse “cool”. Personalmente, no escucho mucha música japonesa, especialmente desde que me mudé a Londres. Supongo que la hecho de menos por estar lejos de Japón también.
Vuestra puesta en escena es muy poderosa estéticamente. ¿Hay algo preparado y meditado o sale natural?
No preparamos nada antes de salir a escena. Sería falso, sería fingir.
¿Cuáles son vuestras influencias aparte de la música?
A todos nos encanta el porno japonés, que es extremo y muy diferente del porno de otros países. Eso nos ha dado un punto de vista diferente de nuestra vida y nuestra fantasía: es lo mismo que la escena musical y la animación japonesas, que son también radicales y extremas.
¿Para que sirve la música? ¿Puede ser una terapia?
Fui a ver un concierto de Keiji Haino y lloré como un niño. Fue como una experiencia de desintoxicación. La música puede ser autopurificación y un proceso de realización. Trato de no mentirme a mi mismo cuando toco. Quiero ser yo mismo, no aquello que me gusta o aquel que deseo ser. Es al tiempo un tipo de lucha conmigo mismo y una terapia.
¿Tenéis componentes punk y psicodélicos?
Personalmente no me gustan demasiado la música ni la moda punk. Y no creo que tengamos componente punk, al no tener ningún mensaje político. Para mi, psicodélico es algo que no tiene un límite, y cualquier cosa puede serlo si me siento bien con ello. Pero tiene que ser sin drogas. Las drogas no son parte de Bo Ningen en absoluto. Si no puedes disfrutar de la música sin drogas quiere decir que la música no es tan poderosa. Somos músicos, así que debemos estar “claros” para estar seguros con aquello que tocamos y saber si es bueno o no. De lo contrario sería solo masturbación.
¿De qué van tus letras?
Mis letras están siempre cambiando mientras improviso en directo y mientras compongo. Intento no pensar demasiado, pero me he dado cuenta de que canto sobre el pasado y mis recuerdos bastante. Así que supongo que son viajes interiores.
La música debería ser una comunión, pero me parece que la distancia entre músico y audiencia crece constantemente. ¿Cómo lo evitáis?
Para evitarlo el artista debe tratar de estar más conectado con la audiencia, pero no en el sentido de entretenerles, tener un cantante simpático o algo así, sino dedicándose a estar integrado de manera natural con la atmósfera, el espacio y la gente. Creo que esa comunicación es más cercana en Europa que en Japón.
¿Improvisáis mucho en directo? ¿Cambian las canciones a través de una gira?
Siempre tenemos algunas partes improvisadas/libres en directo. Cambiamos el set list cada concierto. Tratamos de mantenernos frescos para que cada bolo sea diferente y especial. Por supuesto las canciones van creciendo a través de las giras. A menudo no sabemos si un tema es lo suficientemente bueno hasta que lo probamos unas cuantas veces en directo.
¿Cómo fue la gira con gallon Drunk, Lydia Lunch y John Sinclair?
¡Alucinante! John y Lydia son leyendas en escena y fuera de ella. Me emocionó que siguieran teniendo tanta energía. Gallon Drunk fueron tan poderosos también...
¿Te interesa tu espiritualidad o alguna idea religiosa?
No me ocupo demasiado de esas ideas porque me limitarían, pero siempre trato de ser honesto y de no mentirme a mi mismo cuando estoy sobre las tableas. Esa es la manera de conectar con “algo” para mí.
¿Qué hay después de la muerte?
Si tenemos otra vida, espero resucitar siendo un ser humano parecido al que soy ahora.
miércoles, octubre 12, 2011
An interview with FEDERATION X (2006)
(This interview was answered by Bill of Federation X on january the 14th 2006, shortly before I saw them live at Siroco Club in Madrid, in one of the wildest and most vital and ferocious gigs I´ve ever attended. They were one of a kind and they are badly missed by the ones that love R&R at his purest stage. No boundaries. No limits. Just pure, raw NATURE. The spanish translation of the interview was published in the first paper issue of KAPUT, under the title "Los Osos son Amigos, no Comida". Here you have the raw english version of it. No editing. I´m trying to recover most of the original material from KAPUT that wasn't posted here and to scan the mags in order to give the followers a glimpse of how it was. I still got issues stored somewhere in my flat, though, for the ones interested in the touch of paper and the smell of ink. - LUIS BOULLOSA)
KAPUT- You´ve agreed in some interview that you consider the band as part of a tradition that includes bands such as Mudhoney, Karp, Unwound… Which are the common points that define that tradition? Where does that tradition really begins?
BILL- I view the integral parts of the tradition being in a general sense a feriousness without aggression or pretension, and in a more specific sense: volume, syncipation, and performance in odd time signatures, a fusing of prog with metal and some form of punk rock that is uniquely northwest, and by this i mean something that it is honest to a fault and very blue collar. For me, the northwest tradition begins with the bands that you mentioned plus godheadsilo(subpop) and hammerhead (amphetmine reptile). those bands were around when i was in highschool and forming my opinions about music, also influential at that time was Zeke from seattle, nation of ulysses from d.c., and big black and jesus lizard from chicago. the thing that drew me to this bands was the intensity of the music while at the same time communicating a very friendly and loving, and open armed kind of sentiment. everything is o.k., nobody wins and nobody loses.
that's why i love music and not sports. in music you doing good doesn't mean someone else has to loose.
K- How would you define your sound to someone that has never heard of that bands?
B- I guess i would describe it as a metalish, country-ish, american folk kind of thing. which i know is pretty confusing, but those are the things i see in it.
K- Is there still such a strong musical scene in the northwest as it used to be? Do you think that the weather, the enviroment and the social circumstances of that part of America have been influential in the way rock bands sound and think?
B- The weather definately plays a strong part. we were once described as the serial killer sound of federation x, and the northwest has long been known for it's high amount of serial killers: ted bundy, the hillside strangler, the green river killer, and the most recently the d.c. snipers all spent time in the northwest. it is known amongst sociologists that hot weather produces a rise in crimes such as domestic violence and petty theft. i think these kind of crimes act as a sort of pressure valve for crime in society, when this doesn't happen the weather can produce a kind of bottling effect until the crime is expressed in a radical way. i think this same kind of sentiment is alive in the music.
K- As a group, you practice the DIY idea. Is it still something powerful in the USA? Apart from that, what good things did the hardcore era left behind, if any?
B- Tthe diy identity is the thing that everything musical in our scene is built from and has kept the musical community strong and thriving for years, so in that sense people protect it because it keeps all alive and working. as far as hardcore goes-i don't know much about hardcore.
K- What is Rock&Roll for You? What does it mean philosophically, as an idea?
B- Rock n roll to me is intrisically blue collar, so in that sense i think it is less tied to form and composition as it is to what kind of music blue collar kids are making. This kind of thinking i think loosens you up ideologically to different things that are going on around you and accepting the most of what is going on around you as the changing face of the same old feelings that music has always been busy expressing i.e. whatever feelings/emotions these particular individuals cannot express in their jobs and or personal relationships. emotions that can only be released in music. Punk rock i think only differs to rock in that it more specifically addresses a more desperate and urgent feeling but can be expressed in many different forms, and often nowadays is better expressed by bands that people would not be so ready to describe as punk.
K- You say that the band has turned into a family? What does it exactly mean?
federation x is most undoubtedly my family. that's why breaking up has never really been something that we've discussed, because you don't call up your brother and tell him he's not your brother anymore. it just doesn't work like that. there is something pretenatural about ben and beau and i's realtionship and i'm just really appreciative that we have been able to keep playing together all this time (in may it'll be 8 years) it's how we communicate with each other, and we all work very hard to protect our relationship. when we first started the band i thought of it as ben and beau and i playing in a sandbax with the world happening unoticed around us. i still think of it like that. while i love for people to enjoy it. federation x is just for us.
K- Lately, when speaking bout federation X, everybody uses the term "metal". Do you consider Fed X as a metal band? Why? (particulary I see you in an equally distant point from metal, punk and 70´s rock, but that´s just my opinion)
B- I do consider fed x a metal band but only in so much as a northwest indie metal kinda way, but i just as equally identify it with the other forms you cited. but now where starting to get into the ideology behind the name federation x. jenny tatone, a reviewer from portland, once said, "why federation x? Because federation x is aligned with no one." this i think is very apt. and also has alot to do with genre conversations related to the band as well.
K- Hardcore music used to be the most experimental one, when talking about aggressive sounds, but lately seems that metal has taken its place. What do you think about it?
B- I never identified too much with hardcore. it was a little too angry for me and a little too male. i like the ambiguity that is contained within the metal genre. it makes more sense to me. it seems less confining.
K- The song "Hydrogen, Nytrogen...", reminds me of the first Unsane records. Have you been influenced in some moment by the NY noise scene?
B- Not so much, just in so much as most people have heard of these bands.
K- You use four string guitars. How does it affect the sound and the way you have to play? Was it intentional not to have bass from the beginning?
B- It was not intentional in fact it was an absolute accident. i showed up to our first practice in may of 98 with a guitar with four strings on it. in fact it only had four tuning pegs and so did ben and we thought it was really funny and we just kept playing only really started giving much thought until years later. the thing i think it does for the music is activates the band as alsmost like dueling basses. I mean we don't operate in the rythm/lead kind of thinking that some duel guitar bands do, this is where you get references for thin lizzy as well because of the dueling guitar type of things, but because of our four strings and low tuning they are closer to basses, they are actually a kind of basterdized baratone guitar. this lends itself to the bringing out of the bass as a focal instrument that bands such as karp, godheadsilo, and hammerhead were integral in doing.
K- Which is your political position towards the war in Irak? How > would you define the political moment in the USA?
B- The situation in the u.s. is frightning, discusting, and embarrasing at best. i think alot of americans are so bewildered as to the state of our country and our current leadership that they just don't know what to do. but i think most people take a tiny bit of solace in the fact that it can't go on for ever, the world won't put up with it. which is very good, and it needs to be regulated. i just watched a documentary on the u.s. patriot act called "unconstitutional" that i highly recommend. frankly, it scared the shit out of me.
K- Critics insist that there´s a part of folk music in your creations. Do you agree with that?
B- Yeah, definately. our first record on estrus was called american folk horror and i think is some of the best music we've ever done. but the folk element i see in it is more a matter of storytelling and lyrical form rather than guitar or drum related. when we were first working on some of the songs for that record i was singing them over the phone to my mother who is a great piano player of 30 years and she said. those are folk ballads, and it just made a shitload of sense, and so that has influenced my thinking alot in further writing.
K- Seeing it from another point of view, rock&roll is old enough to be, somehow, considered "folk music". What do you think about it?
B- I'm really glad you said that, about rock being old enough to be folk, cause i think that's really what rock music should be at this point: a heritage, a jumping off point for new things, i think when people miss that and just play straight ahead rock, it's often really boring and unaffecting and those are two things that anything that is described as rock should never be.
K- In the light of all this. Do you consider yourself old as life or vanguard?
B- I don't know that i can answer that question. that's probalby a question better answered by others opinions of me.
K- You have a strong reputation as a live band.What can we expect to find on a Federation X Gig? Has it something in common with the records or is it a completely different thing?
B- it is a very different thing, but it's not like you won't recognize the songs or anything. their will just be an entirely different layer going on as well. The great thing about a live show is that they are so volatile. a record is static, but a show can go anywhere depending on the people who are their and the feelings the band brings that night. it's really your opprotunity to physically work out whatever might be going on with you at the moment, and you get to work it with those around you, hopefully facilitating their ability to work out their own feelings during the whole experience. we get to mesh ourselves for a time with people we've never met, but know, you know?
K- Of course your sound is aggressive an heavy… but the first word > that comes to my mind when I listen to Federation X is "natural". I mean, it makes me think of a grizzlie bear or something. Something alive & free. Do you agree with that vision?
B- Yeah, that really complimentary thank you. i think that really just stems from the relationship that Beau and ben and i have together. this band is the farthest thing from a "hired gun" type of band where every member is brought in due to their individual talents. our band is a totall accident, not to say that we don't work hard, we do, but so does everybody. What happens happens, and in the end you never have that much control of what a project does and that is what excites me about art in general. the project decides its own fate.
K- How would you define your evolution as a band, sonically, lyrically and personally?
B- I think we've just gotten better at doing what we do musically, and our communicating with each other has evolved into this very effortless and hormonious kind of thing. we've been through so much together at this point that we are very relaxed about our music and our life together. that ends up freeing you so much mentaly that you hope it pays off in the music but i believe that it does.
K- Your image is somehow aggressive (I mean, for example, the backcover of American Folk Horror, with the rifles) What is the intention of that image? Is it real or are you trying to give some kind of message?
B- Yeah the back of that album was more satirical than anything and it bummed me out when some people didn't get it and thought it was serious. i myself am very against guns, i think they are very dangerous and they make me nervious and i grew up around guns, shooting guns, having them in the home my whole life and i just feel more comfortable without them around i think they are just another example of american excessiveness like mcdonalds, or huge cars or something. it's just so rediculous it has to be pointed out.
K- You´re lyrics have always been more interesting than the usual. Wich are your main interests as a writer?, wich are your main themes and how do you approach them? Are you interested in american history?
B- I love american history and i believe in circular history, history repeating itself and the true nature of man and all that. i feel the best way to look into the future is to look into the past, because it all comes down to a matter of logistics right, people are interested in the past for the most part because it may give them a peak at the likelyhood of their future survival. i really geeked out on the history of manhattan when i was living in brooklyn because you basically have the history of the united states from the end of the last ice age 11000 years ago to know in a geographical pinprick that is 10 miles long and 2.5 miles wide.
K- Your vocals have been often compared with Ozzy or Chris Cornell (I cannot see this one clearly). Any clear influences apart from that???
B- I love ozzy. i thiink he's tops. one of those people that is just born with a beautiful voice and really did alot with it. i really don't care for chris cornell's vocals at all. they give me the willys.
K-- Which are, in your opinion, the most interesting American bands, nowadays?
1.SHELLSHAG- 2 piece, amazing fucking performers and
song writers from s.f. by way of brooklyn
www.starcleaner.com
2. SILENTIST- solo project form portland, live drums
to pre-recorded piano tracks, sounds like steve
reich's piano phase with slayer drums on top
3. TUNNEL OF LOVE- 3 piece from boston, stadium rock
through tiny amps, fearless garagerock anthems
4. JAPANTHER- brooklyn two piece www.tapesrecords.com
5. LIGHTING BOLT- you know these guys, from rhode
island
K- What does "Federation X" means?
B- Affiliated with no one.
K- Could you give me your opinion on some bands I see somehow related with you?
-Stooges- i've never really listened much to this
band, obviously i'm sure their a great band but some
many people are ripping them off these days and we end
up playing with this bands so much that i just can't
listen to their records. the other bands ruined it for
me. this issue is actually addressed in the liner
notes on x patriot
-Unsane- used to dig alot, now not so much.
-Seaweed- great fucking band, loved them at the
time, haven't listend to them for years, should
revisit
-Black Sabbath- love em. listen to them all the time.
i wasn't allowed to listen to this band growing up so
i'm really just really getting into them know.
-The Band- never heard of them
-The Melvins- these guys are like the musical
parents of northwest ragers
-Tad- never listened to too much
-Neil Young- getting into alot more as an adult
TODOS QUIEREN SER EL DANDI OSCURO (Un apunte)
Todos quieren ser el dandi oscuro (en este lado de Berlín)
Iba a titular así mi crónica de Los Cuantos y de Tom Bennet, pero al final me salió algo menos derivativo y me guardé la frase en la chaqueta. Estaba yo en el Nasti (Astoria, llámale como quieras, sigue siendo el mismo antro), y estaba al fondo, y la luz era roja, o quizá azul, y aún no había apenas gente (luego se llenó un poco): Todo tenía esa desolada calidad fotográfica que me hizo pensar en el Wim Wenders de Berlín. En algunas habitaciones de David Lynch, también. Sabéis lo que os digo, ¿verdad? Claro que lo sabéis. Porque vosotros también queréis ser dandies oscuros. Oh, sí. Y en el Madrid underground, diríase que en la España subterránea entera, y quizá más allá (al cabo, es heredado) ese patrón está relativamente claro, aunque muchos se den el batacazo al intentar recortarlo en casa, frente al espejo.
Allí estaba Tom, Tom Bennet, a punto de marcarse un bolo explosivo, sostenido sobre teclados y exultantes líneas de bajo pregrabadas y, ante todo, sobre una capacidad teatral impostada (al cabo es teatral) pero notable y fuera de la norma (¿O está dentro de la norma? Quizá, pero ¿Qué norma? Ah, sí, la de los dandies oscuros). Y el caso es que veía también por allí a algunos de los Cuantos, que como Bennet, cultivan esa hipodérmica apariencia de niños bien terminados en gentilhombres de sótano. Unos con indudable naturalidad, otros con desastrado empeño (el batería no, pero es que los batacas van a los suyo, bien que hacen). Y entonces pensaba en mis queridos Gallon Drunk, que siempre llevaron ese porte también, por línea intravenosa Nick Cave. Y supuse que antes estaban otros que no recuerdo, y antes otros, y así hacia atrás sobre la escalera de ángeles caídos fingidos y reales que termina (es decir, empieza) con quien todos, pequeños míos, sabéis.
Ah, el look luciferino. Los jevis, claro está, no entendieron nada nunca. Por suerte o por desgracia alguno que otro por la sala (y en mi mundo) se había leído a Shakespeare y sabía que el señor de las tinieblas es un caballero. La imagen, al cabo, dice siempre muchas más cosas de las que uno querría concederle. Parecía aquello una competición, en efecto, para ver quien se llevaba el título de Mr. Mefistófeles del barrio de Maravillas, y cada uno se habrá ido a casa con la imagen de su ganador particular en la retina o -suerte y desgracia de la noche- con su ganador del brazo y hasta la oscuridad del catre.
Y, al hilo de Wenders y los ángeles y las salas de conciertos un poco desoladas con chicos y chicas guapas vagando en frío, se me ocurría también que por fin habíamos conseguido ser Berlín, con algo menos de treinta años de retraso y aunque fuera apenas un momento. Un momento prolongado, esta vez, por dos conciertos esenciales. Un momento que acaso fuera poco más que mi momento mental.
Eche de menos a Rowland S. Howard. Y a Nikki también, que no podría haber sido Mefistófeles de puro bueno y porque retenía líquidos, pero que daba muy bien en las fotos, con ese nosequé Oscar Wilde. Por suerte no fueron los dos únicos borrachos angélicos de este mundo y encontré unos cuantos por allí para acabar a las tantas, jugando al futbolín, gananado, convencido como estoy, claro (todos lo estamos) de que aquí el único dandi oscuro soy yo. Aquí, en este lado de Berlín que llaman Madrid.
(Otro día, con más tiempo, me extenderé sobre este bonito tema. Saludos a todos los de la congregación)
Iba a titular así mi crónica de Los Cuantos y de Tom Bennet, pero al final me salió algo menos derivativo y me guardé la frase en la chaqueta. Estaba yo en el Nasti (Astoria, llámale como quieras, sigue siendo el mismo antro), y estaba al fondo, y la luz era roja, o quizá azul, y aún no había apenas gente (luego se llenó un poco): Todo tenía esa desolada calidad fotográfica que me hizo pensar en el Wim Wenders de Berlín. En algunas habitaciones de David Lynch, también. Sabéis lo que os digo, ¿verdad? Claro que lo sabéis. Porque vosotros también queréis ser dandies oscuros. Oh, sí. Y en el Madrid underground, diríase que en la España subterránea entera, y quizá más allá (al cabo, es heredado) ese patrón está relativamente claro, aunque muchos se den el batacazo al intentar recortarlo en casa, frente al espejo.
Allí estaba Tom, Tom Bennet, a punto de marcarse un bolo explosivo, sostenido sobre teclados y exultantes líneas de bajo pregrabadas y, ante todo, sobre una capacidad teatral impostada (al cabo es teatral) pero notable y fuera de la norma (¿O está dentro de la norma? Quizá, pero ¿Qué norma? Ah, sí, la de los dandies oscuros). Y el caso es que veía también por allí a algunos de los Cuantos, que como Bennet, cultivan esa hipodérmica apariencia de niños bien terminados en gentilhombres de sótano. Unos con indudable naturalidad, otros con desastrado empeño (el batería no, pero es que los batacas van a los suyo, bien que hacen). Y entonces pensaba en mis queridos Gallon Drunk, que siempre llevaron ese porte también, por línea intravenosa Nick Cave. Y supuse que antes estaban otros que no recuerdo, y antes otros, y así hacia atrás sobre la escalera de ángeles caídos fingidos y reales que termina (es decir, empieza) con quien todos, pequeños míos, sabéis.
Ah, el look luciferino. Los jevis, claro está, no entendieron nada nunca. Por suerte o por desgracia alguno que otro por la sala (y en mi mundo) se había leído a Shakespeare y sabía que el señor de las tinieblas es un caballero. La imagen, al cabo, dice siempre muchas más cosas de las que uno querría concederle. Parecía aquello una competición, en efecto, para ver quien se llevaba el título de Mr. Mefistófeles del barrio de Maravillas, y cada uno se habrá ido a casa con la imagen de su ganador particular en la retina o -suerte y desgracia de la noche- con su ganador del brazo y hasta la oscuridad del catre.
Y, al hilo de Wenders y los ángeles y las salas de conciertos un poco desoladas con chicos y chicas guapas vagando en frío, se me ocurría también que por fin habíamos conseguido ser Berlín, con algo menos de treinta años de retraso y aunque fuera apenas un momento. Un momento prolongado, esta vez, por dos conciertos esenciales. Un momento que acaso fuera poco más que mi momento mental.
Eche de menos a Rowland S. Howard. Y a Nikki también, que no podría haber sido Mefistófeles de puro bueno y porque retenía líquidos, pero que daba muy bien en las fotos, con ese nosequé Oscar Wilde. Por suerte no fueron los dos únicos borrachos angélicos de este mundo y encontré unos cuantos por allí para acabar a las tantas, jugando al futbolín, gananado, convencido como estoy, claro (todos lo estamos) de que aquí el único dandi oscuro soy yo. Aquí, en este lado de Berlín que llaman Madrid.
(Otro día, con más tiempo, me extenderé sobre este bonito tema. Saludos a todos los de la congregación)
martes, octubre 11, 2011
UNA ADVERTENCIA A LOS CRÍTICOS (generalmente desatendida, cómo no)
"Elogio y vituperio nada significan. No, por delicioso que sea el pasatiempo de medir, es de todas las ocupaciones la más inútil, y someterse a los decretos de los mensores, la más servil de las actitudes. Escribir lo que uno quiere escribir es lo único que importa, y que eso importe por siglos o por horas, es lo de menos. Pero sacrificar un pelo de la cabeza de su visión, un matiz de su color, para complacer a algún Director con una copa de plata en la mano, o a un profesor con una vara de medir en la manga, es la más abyecta traición, y el sacrificio de la fortuna y de la castidad, que se consideraba el mayor de los desastres humanos, es en comparación una simple picadura de pulga".
Virginia Woolf - "Un cuarto propio"
HIDE THE TENNESSEE WHISKY - THEY ARE BACK!!!
lunes, octubre 10, 2011
COSAS QUE OIGO PARA RELAJARME (I)
Y es que hasta el jevi es bueno cuando es bueno, copón... (Vale que los Gorgoroth no son la rehostia, pero me hizo gracia la parafernalia. Me estaba hartando a mí mismo con tanto pop últimamente)
domingo, octubre 09, 2011
LOS CUANTOS (Astoria Club, Madrid, 6-10-11)
Voy a tratar de contener mi tendencia al panegírico, porque últimamente la aborrezco. El panegírico es el refugio de quien no sabe escribir y le hace un flaco favor, por otra parte, a quien lo recibe, tenga éste o no capacidad para sobreponerse a los halagos. En todo caso, y en un momento donde la cantera madrileña va sobrada de bandas destacables (y tiene alguna que otra histórica), quizá sean Los Cuantos, de las que conozco, la más en forma y la más talentosa de todas, y también la más sintomática de todo ese abrasado paraíso del underground que tanto da que hablar y tan poco de comer. Lo de anteayer fue sencillamente, el último clavo en una cruz que ya estaba bien clavada a tierra; un gozoso exceso de calidad comunicativa, Rock&Roll encabritado y blues arrancacorazones después del cual lo único que queda es brindar, emborracharse y asumir que el que sabe, sabe, y los demás estamos para contarlo bien y aplaudir. Me gusta sobre todo, y creo que es una de sus singularidades esenciales, que la violencia de su sonido pueda ser oscura o luminosa (o ambas cosas a la vez) pero no sea nunca amarga ni neciamente encabronada. Es violencia, sí, pero parece, suena, celebratoria, expansiva y vital, ritual, acaso, puesto que algo de ritual tiene gran parte de la buena música, si no toda.
Entre las pocas críticas que he escuchado sobre ellos está la de que la voz de Kim Warsen se acerca demasiado a los parámetros de Tom Waits o Nick Cave (aunque jamás oí criticas cuando Cave remedaba malamente a Dylan o porque Waits usase, como usa, y bien que hace, orquestas de violín, trombón, huesos y plagio). En todo caso, los apabullantes temas nuevos que cayeron en el bolo del Nasti empiezan a desmentir incluso eso. Y a mi Kim me parece un frontman impagable y, de nuevo, sumamente peculiar. Luego está, claro, el lujo asiático (o Riojano) de tener –dentro de una banda impecable y potentísima- a Javi Colis empleando todo su talento exclusivamente en las seis cuerdas y llegando a un nivel de síntesis francamente difícil de definir. Está Javier en ese nivel de maestría en la transmisión en el que al crítico se le agotan ideas, metáforas y comparaciones e intuitivamente, para acercarse al hecho, empieza a pensar en pintores más que en músicos (con preferencia por el Greco, Caravaggio y los maestros holandeses). Y esto no es panegírico, es incapacidad mía, pero es que, asumidas influencias indudables como Fred Frith o Marc Ribot, tiene razón Colis cuando dice que, en cierto modo y con todo el respeto, él ya sólo se compara consigo mismo. Toda la puta y santa razón. El resto no le anduvieron a la zaga, en este caso, y la banda sonó densa grumosa y explosiva como nunca. Sin prisioneros.
Había sido un bolo con una aceptable atención de público (setenta u ochenta, calculo), y de público entregado, no comatoso, como he visto tantas veces en el apestoso rollito cool madrileño, y era vox populi cuando acabaron los cuarenta minutos de akelarre y la gente se apelotonó a repartir parabienes y echarse sus cigarros a la puerta, que había sido, también, el mejor del que se tenía noticia en la corta historia de la banda. Eso es mucho, lo dice quien se los ha visto casi todos.
No confío, decir otra cosa sería mentir, que su talento en ebullición les lleve a ningún sitio. Espero, sin embargo, que logren llegar a alguno pese a él (como apuntaba el otro día hablando de Lüger). Creativamente han sabido llegar a un punto magnífico a base de no complicar demasiado las estructuras, usar los trucos y los guiños con enorme oficio y ofrecer materia prima de primerísima calidad, de esa a la que le basta un poco de pimentón para ser la hostia. Por supuesto un camino largo exigirá mas cosas, lo cual es parte del interés. ¿Qué se hace cuando uno elige un palo y lo borda? La versión de los Ramones es “sigue haciéndolo veinte años y cuando quieras cambiar algo que sea cosa del productor”. Conociendo el percal, esto será distinto.
En fin, a mí el éxito empieza a parecerme un concepto relativo y a veces molesto, pero acabaré esta crónica como lo hubiese hecho cuando aún pensaba que el ostracismo de los grandes era injusticia y no aprendizaje y necesaria ascesis, cuando opinaba que “la fina línea que separa el talento de la mendicidad”, por citar una frase mía que le gusto a Colis, era una frontera injusta y no una prueba de temple: Si estos no triunfan en plan Tony Montana, yo, definitivamente, me hago portugués (lo deseaba hace tiempo).
Fdo.- LUIS BOULLOSA
PD.- Hacéos un favor y escuchad su disco en bandcamp.
PD2.- Antes de Los Cuantos tocó Tom Bennet que, la verdad, me gustó bastante, así que prefiero hablar de él más tarde y con más tiempo.
PD3.-LA foto que encabeza este post es de Cuco Calamaro, al que podéis encontrar en su Facebook.
sábado, octubre 08, 2011
CANCIONES PARA PERROS EN PELIGRO (VII)
Artista - BELLY
Canción – “Feed The Tree”
Disco - “Star” (93)
Mi caso fue curioso. Apenas seguí a las Throwing Muses ("Las Musas Desperdigadas", gran nombre) en su primeras encarnaciones. Las conocía, pero como alma en crecimiento estaba demasiado preopcupado con Pixies, Dead kennedys o Hüsker Dü. Luego las he consumido muy moderadamente. Sin embargo sí me enganché, sin excesos, a las carreras en solitario de las dos cabezas femeninas de la banda. Siendo más de Kristin Hersh que de Tanya Donelly, corazón de Belly, reconozco evidentes paralelismos en su evolución y sus talentos: ambas poseen sensibilidades exacerbadas y punzantes, voces personalísimas y primeros discos deslumbrantes que con el paso del tiempo, no fueron capaces de igualar. Del glorioso “Hips and Makers” de la Hersh nos ocuparemos en breve, pero hoy he desempolvado “Star” de Belly, la banda de Donelly, con la ilusión de quien devuelve un regalo, porque, al cabo, es un regalo: una secuencia alterna de temazos de pop y nanas oscuras envueltas en caramelo ácido (o ambas cosas a la vez) cuyas reflexiones, más oscuras de lo que la cobertura parece indicar, pasean por ese universo común a tantas mujeres que escriben y sólo algunas son capaces de moderar con tanto genio: traumas de infancia, inseguridades superadas a base de cicatrices, muñecas quemadas, la sombra siempre ambigua de la familia... la sucia llaga del pasado, en fin, que ha terminado por ser la hermosa y amenazante corola del presente. Y, de paso, al menos cinco hits que en justicia deberían haberle granjeado una fama que, acariciada (colaboración con las Breeders, un número dos en UK, fotos en la Rolling Stone... era el post nirvanazo, al cabo), jamás logró: “Gepetto”, “Low red Moon”, “Slow Dog” o "Untogether", escuchadas al mediodía de Madrid, mientras mi nuevo compañero de piso y su novia pintan su habitación de azul Xauen, no sólo aguantan el barrido del tiempo, sino que emergen de su ola intactas y mejoradas, extraños animales/vegetales sónicos de casero pero perfecto acabado, reminiscentes de una época, quizá, pero con la suficiente dosis de atemporal energía pop para dejarla atrás con gracia y con caracter y ser de hoy mismo; gloriosos revolvones de pensamiento, melodía y luz. Ejemplo mayestático de todo ello, ganando por un par de cabezas al resto del lote, es la ENORME "Feed The Tree", reflexión sobre, como no, la muerte; colosal tema melódico donde la impagable voz de la Donelly alcanza su cima (exhibicionista, emocional, ortodoxamente pop pero con una cierta vibración interna, un algo lejano de alteración que la hace única). “Así que quítate el sombrero, chaval, mientras hables conmigo/Y permanece allí mientras alimento al árbol”, dice, con un chorro que de puro luminoso es oscuro y que impera a capricho sobre la base de bajo, convirtiendo en intrascendente el anclaje temporal. Por lo que a uno respecta, no se puede hacer pop mucho mejor que este. Más o menos en esa época, la Hersh había sacado “Your Ghost” con Michael Stipe de invitado, y se estaba llevando el pastel, aunque no por mucho tiempo. Pero esa es otra historia. Recuperen este disco, o búsquenlo, bájenselo, lo que prefieran. Es música para cumpleaños embrujados. Y probablemente ustedes tengan niños, ¿verdad?//LUIS BOULLOSA
PD.- Por cierto, he escrito todo esto sin un atisbo de nostalgia por aquella época, pero quienes la sientan (a mí a veces me pasa) pueden alimentarla AQUÍ.
domingo, octubre 02, 2011
LÜGER (sala Shoko, Madrid)
Fui el otro día a ver a los Lüger. Parecían los Pink Floyd, en el garito de diseño (gran sonido y un magnífico espacio, por cierto) con porteros de dos metros en la puerta, mucho humo, introducción con sitar, proyecciones, juego de luces con predominio de los azules e invocando ese flote extra o ultrasensorial que parecen buscar las bandas de su pelaje… ¿o no?
Yo siempre los adoré a los Lüger, desde que empezaron, y lo sigo haciendo. Me siguen pareciendo lo que me parecieron en su momento, una declaración (aparte de cuales fueran sus intenciones, es decir, una declaración inconsciente) de que aquí la cosa (por una vez, en algo) había cambiado. Por la velocidad a la que se montaron, por la profesionalidad que demuestran, por el saber estar, los cojones, la evolución y la seriedad con la que acarrean su propio descerebre que (al menos el musical, del otro no sé). Porque son el ejemplo palpable de lo que muchaas otras bandas están haciendo también o intentando hacer por aquí: ser la hostia de verdad y poder mirar cara a cara a cualquiera, venga de Michigan o de Tokio.
Por otro lado, el enfrentarse con que tu capacidad de convocatoria ha pasado a ser de cuatrocientas o quinientas personas aunque toques habitualmente, plantea un escenario nuevo. Y un nuevo escenario son demandas nuevas. Quiera uno o no (inconscientemente, de nuevo) se les pide MÁS por mucho que lo que den esté muy por encima de la media. Si el concierto del otro día me hubiese pillado desprevenido, a estas horas estaría haciendo un panegírico en toda regla, con sus dorados, sus angelotes y sus cruces invertidas en la cima. Por suerte o desgracia, los he visto muchas veces, en bolos mejores y peores, esforzados todos, ninguno malo, algunos sencillamente gloriosos, y eso me hace ser ligeramente más crítico.
La duración del asunto me pareció algo parca, no porque haya que tocar más o menos según una norma, sino porque creo que un poco, no mucho más, hubiese contribuido a dar redondez al conjunto. El metraje importa, y bastante, cuando se trata de una banda de desarrollos, o, para decirlo con más claridad: una banda así debe saber no sólo desarrollar sus temas –en eso ninguna pega, lo hicieron como nunca- sino también desarrollar su show como un conjunto coherente. Ahí, quizá, y ya digo que es una apreciación quisquillosa en exceso, renquearon ligeramente.
Por lo demás, sonoramente la cosa sonó equilibradísima, con la guitarra de Edu muy metida en la mezcla (pero eso a mí me encanta, y la guitarra de Edu me encanta también, porque aporta un nosequé noventero que le da más filo al asunto). Hubo un par de guiños de metal pesado y algún otro detalle que me dejo, además, la impresión de que la banda anda buscando nuevos caminos, sin conformarse, y eso también está bien, porque muchos se hubiesen dormido felizmente en los laureles de su nuevo disco que es, en sí mismo, un espléndido ejemplo de cambio, evolución y mejora.
El público, por lo demás (es importante saber como es el público de uno para poder conocer las razones por las que lo abandonarán a uno y reírse de ellas sin rencores), fue el de Lüger HOY, es decir, una mezcla sutilmente variopinta: Mucho melómano puro -es decir, tipos normales o no normales que aman la música, que pueden entender por igual a los Ramones que a los Hawkwind y que permanecerán-, mucho enteradillo metido a "coolhunter" de sí mismo demasiado tarde –esos no permanecerán- y mucha niña mona que se repartirá, supongo entre las dos categorías anteriores con desgraciada preferencia por la segunda –mi sensibilidad estética, también conocida como instinto de apareamiento me impide distinguirlas del todo bien, como es lo digo-. En todo caso, fuimos CUATRO los que dimos palmas y silbamos pidiendo un bis que no llegó. El resto se largó sin mayor signo de placer o disgusto, como quien se ha pasado con el soma y ni siente ni padece. Extraño comportamiento para una masa que ha pagado trece euros por cabeza para ver a la sensación del momento.
Y esa es otra. Siempre es un enorme placer, dure lo que dure, ver como le va bien a una banda que a priori tenía todas las cartas y algunas más para vivir el reto de su maldita existencia en los subterráneos. Me paraba allí, delante de su repetitiva exhibición, de su ausencia de iconos en forma de frontman al que agarrarse, de su radicalidad, en fin, y seguía sorprendiéndome, como cada vez, de que hubiesen llegado tan lejos. “El talento puro”, me dirán ustedes. Y yo les contestaré que con el talento puro, casi siempre, a donde se va es al hoyo. No es pues, gracias a su talento, sino, pese a su talento, que están donde están. Benditos sean, en todo caso, y espero que, amigos como son, se tomen esta crítica como lo que es, una apreciación constructiva para una banda que se la merece.
Me gusta, me encanta, y eso es al final lo que importa, la sensación que me dejan siempre de que hay algo más que está por venir, que está al caer, que ya está casi aquí y que va a ser grande, muy grande.
Que suceda o no (otra vez más) es algo que está por ver y en lo que yo, simplemente, confío.
Fdo. LUIS BOULLOSA
EN EL LOCAL DE ENSAYO (I) – BRANDAUER
El otro día me fui a ver a Gabri y sus inefables BRANDAUER a su local de ensayo. Primero porque me apetecía charlar con él y con los otros dos, a quienes conocía menos pero que me parecieron, igual, unos tíos cojonudos. Segundo porque a veces mola ver a una banda ensayando. Y no me refiero al típico rollo de nos pasamos a verte-nos bebemos unas birras-nos fumamos unos porros-nos echamos unas risas-al final no ensaya ni dios pero que guay-vamos a tomar unas copas por ahí. No. Me refiero a una banda ENSAYANDO. Haciendo su trabajo en ese oscuro centro de las cosas que es el local; uno, como casi todos, atestado de amplis y trastos, compartido con tropecientas almas cándidas más, subterráneo, polvoriento y marginal. Siempre que vuelvo a un local me acuerdo de la foto interior del primer disco de Unsane y pienso que la única justificación de un entorno tan claustrofóbico y antinatural es que de él salen, a la postre, obras capaces de cambiarle la vida a uno para bien, o, al menos, como es el caso del citado disco, de freírle el cerebro hasta que el resultado parezca el mismo.
Y, a lo que iba… amigo… ¡cómo suenan los putos BRANDAUER! Quizá nadie les haga caso –está por ver, y en un arrebato naive podríamos hasta esperar que sí sucediese-, pero lo cierto es que allí dentro, la cosa era apabullante.
Los temas del álbum (todos de una tacada) son lo que son y aquí ya hemos comentado: trilita de pop blindado y ADN Hüsker Dü que haría palidecer al ñoño y geriátrico Bob Mould de hoy en día (como compositor, ojo) y esbozar una sonrisa irónica al metadónico o galopante Grant Hart (que al menos sigue teniendo talento creativo). En cuanto a las nuevas criaturas en crecimiento, prometen tardes de gloria a la sombra de nuestra propia fe subterránea: varían con sutil autoridad lo previamente dado y vuelan rasantes con ese zumbido de lo que aún es prototipo pero tiene ya venas de caza de combate. Les digo que una intro instrumental me recuerda a los Minutemen. “Si, y esto es Dinosaur Jr.”, me contesta Gabri repitiendo un arpegio. "No inventamos nada”. Discrepo: tienen BRANDAUER deudas evidentes con bandas a las que todos amamos (el “todos” es irónico), como Los Dü, Dinosaur Jr, Yo La Tengo y otro ciento más, pero, opino ahora sobre la marcha, siempre inventa cosas el que crea con sinceridad, y la diferencia entre herencia y calco es sencilla.
Salí de allí sintiendo no haberme llevado una cámara de vídeo para poder colgar ahora aquí tan magistral y evidente lección de saber estar y hacer; esa restallante combinación de bajo tenso como un cable de acero submarino, rítmica al tiempo precisa y vehemente y guitarras prodigiosas, encabritadas, muy hermosas por momentos en su exuberante papel de transmisión emocional.
¿Qué les falta? Tienen Un disco brutal, letras inteligentes en castellano, directo noqueante, actitud, curro e ideas… Les falta que tú les hagas caso, supongo. O quizá te falta a ti, y no a ellos, por cuanto el arte, como último refugio ante la nada, sabe justificarse en sí misma cuando nadie la quiere aceptar.
Al final, sólo al final, nos fuimos al bar de la esquina y nos tomamos tres cañas, y hablamos de… ¿De qué hablamos? Bueno, no sé. Del guitarrista de Amaral, de pedales de bajo, de literatura juvenil, de niños recién llegados, de bandas de rock que molan y bandas de rock que no molan, de genios y de papanatas. Y luego a casa.
El mundo marcha, y los del bar o la carnicería de enfrente -o el resto de la ciudad entera- seguirán ignorando quizá que hay un power trío de ese calibre justo delante de sus propias narices; que viven sus plagiadas vidas encima mismo de un polvorín de emociones.
Pero todavía no soy del todo omnipotente. Y sí lo fuese no sabría, la verdad, si eso es realmente algo que haya que cambiar.
Fdo. LUIS BOULLOSA
AQUÍ EL DISCO
AQUÍ NUESTRA ENTREVISTA CON LA BANDA
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