Respetados, pero un poco olvidados, a lo suyo siempre, Poison Idea nos dieron un toque de atención (a los que nos enteramos) con la publicación en 2015 del excelente “Confuse and Conquer” que los mostraba remozados pero con el instinto asesino intacto. Acierto parecía, allí, la reincorporación de Eric “vegetable” Olson a la guitarra, y Jerry A. conducía al equipo con firmeza un paso más allá de lo esperado, cuando la mayor parte los considerábamos ya, más o menos, una digna reliquia de tiempos pasados más broncos y verdaderos.
Ahora, en 2016, nos llega la segunda hostia (por si la primera
no nos había despertado) con la forma del mejor disco de punk&roll en
directo que vayas a escuchar en mucho, mucho tiempo. La clase magistral fue grabada
en directo en la fiesta del sello Voodo Doughnut. Los de Jerry la empiezan algo
fríos con la simpática y gutural “Triple Chocolate Penetration” (premio al
mejor título de la década), se van calentando con un inesperado “We Will Rock You”
(Queen, sí) y a partir de ahí la cosa te explota en las manos y te las arranca
de cuajo.
La mitad son temas propios en estado de puta gracia; su
eterno e inimitable punk de alto tonelaje e incendiada médula rock&roll. La
selección de temas es brutal, claro, porque sí, ellos fueron los que firmaron Record
Collectors are Pretentious Assholes, Blank, Blackout, Vacant, Feel the
darkness y otras obras maestras de la brutalidad con cerebro, y de tal cosecha se pueden
sacar pepinazos blindados hasta hartarse. Pero lo llamativo a estas alturas no
es eso. Lo llamativo es que los pongan sobre la mesa como si los acabaran de
hacer hoy, con el brutal empaque y el grasiento swing que los hizo enormes hace
ya décadas.
La otra mitad del pastel (intercalando versión cada dos
temas propios más o menos) la compone un picnic pantagruélico en el que
proceden a merendarse hits tan diversos como “Born to Lose” (Heartbreakers), “Shot
by Both Sides” (Magazine), “Motorhead”, “Death to the Sickoids” (Subhumans) o “I
don’t Care About You” (Fear) igual que quien ataca un bocata de panceta después
de una semana sin comer.
El resultado de tal fiesta en forma de hamburguesa de 14
pisos es, y no exagero, uno de los mejores directos que he escuchado jamás. Uno
de esos a los que va a haber que ir en peregrinación cada cierto tiempo para no
olvidar de qué iba la cosa. Lo digo ahora, recién escuchado un par de veces, y prometo
mantenerlo en el futuro, si es que tal cosa existe. El cerdo campeón debe estar reventando de orgullo al otro lado del río. //F.G. Lovecraft
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