martes, mayo 31, 2011
SANGRE YÉNDOSE POR EL DESAGÜE (una entrevista con THE NEW CHRISTS)
(Entrevista con Rob Younger, vocalista y lider de THE NEW CHRISTS, miembro original de RADIO BIRDMAN y tipo peculiar donde los haya. Publicada originalmente en el número de junio de la revista RUTA 66 y realizada por MANUEL BETETA y LUIS BOULLOSA La mayor parte de la indagación sociológica proviene de Mr. BETETA, porque como es sabido, a BOULLOSA le va más la metafísica. Los Christs fueron MUY grandes en algún momento del pasado -para mí, bastante más que los Birdman-, y quien quiera comprobar si siguen en forma -hace un par de años lo estaban- puede hacerlo el 16 de este mes en Madrid en la sala EL SOL)
-El rock&roll pierde su efecto revolucionario y contracultural frente a otros estilos como el hip-hop, rap o pop. ¿Crees que estamos asistiendo a su defunción o por lo menos a su transformación en un estilo minoritario residual?
Para mí, y dentro de mi experiencia, el rock&roll siempre ha parecido un negocio. Gente mayor lo llevaba todo: los DJs eran mucho más viejos que su audiencia, los músicos también, la música era vendida a los chavales por gente mayor que ellos que veía ver el dinero que se podía ganar con ello. Si las ideas contraculturales y revolucionarias afloran y crecen en un clima como ése, es que tienen que ser ideas poderosas que mucha gente puede seguir. Normalmente el negocio simplemente trunca lo provocativo, que es digerido y diluido por cualquier sistema existente, como sucedió con el punk. Probablemente algún rock&roll era un buen acompañamiento musical para lo que se dio en llamar revolución en los últimos años sesenta, pero se trata principalmente de entretenimiento. Sí, el rock&roll tiene que morir como una fuerza cultural de primer orden. Podrá existir como un interés minoritario durante mucho tiempo, pero la suerte está echada, como se suele decir. Odio el rap, pero es el que carga con el peso ahora.
-Tradicionalmente, el rock&roll siempre ha estado más apegado ideológicamente a la izquierda. ¿Crees que el declive del rock&roll tiene algo que ver con el agotamiento de ideas de la izquierda y el giro brusco en su discurso?
Los músicos, y generalizo mucho aquí, tienden a estar más interesados por las humanidades, ya sabes, temas sociales que implican asuntos sobre la paz, derechos civiles y esas cosas, y por ello deduzco que tienen un corazón más cálido que la gente de ideas conservadoras, así que ese aspecto podría tener alguna influencia. Pero, ¿dices que esas ideas de izquierda están empezando a agotarse? No lo sé. Son los intelectuales y los teóricos los que a menudo proclaman que el verdadero rock va sobre coches, nenas… cualquier cosa excepto temas serios. Eso no es intelectual, es falso. El rock&roll inicial era consumismo y amor: tener coches chulos, llevarte a la chica o chico más mono, ropa: ‘’Don't step on my blue suede shoes’’. Vale, ese podría ser un tema mayor, como la libertad personal, metafóricamente. En todo caso, no hay gran cosa de la izquierda política en los coches y las chicas. Si no hubiese sido por los Beatles no creo que el rock&roll hubiese continuado hasta hoy. Hicieron que la música rock fuera más esencial para la vida de la gente. Da igual si te gustan o no, sin ellos no habría rock&roll hoy. Olvídate de la erosión de la izquierda. Para mí no significa nada en un contexto rock. En todo caso, podría no ser cierto. La izquierda podría estar sana y salva, escondiéndose en un lugar distinto. Como los libros. Personalmente, no sé donde se encuentra su discurso de revolución en mi colección de discos. ¿Dónde encajan los Ramones con esta línea de pensamiento? ¿Qué hay de su política? Johnny era republicano y se supone que los Ramones son la quintaesencia del más puro rock&roll.
-Las enigmáticas portadas de The New Christs son como una forma de anti-arte. ¿Una forma de expresar tu disidencia frente al negocio musical?
La mayor parte de las portadas han sido diseñadas por mí, pero arregladas por alguien con el equipo necesario y con ojo para refinar una idea gráfica buena y hacerla mejor. No son una respuesta a las estilosas y coloridas portadas de otras bandas; de hecho, veo grandes portadas constantemente que me hubiese gustado usar para nosotros. Me gusta mucho intentar capturar el ambiente que está relacionado con el tono de los temas. No tengo un concepto de cuales son las tendencias dominantes de la industria en este sentido. No intento sonar reaccionario, sencillamente no me acerco a la música con un punto de vista anti-sistema. Quizá simplemente soy así y hago lo que hago y pienso como pienso, y me da igual si algo parece anti esto o anti aquello. Mi portada favorita de los Christs es el sencillo «Headin’ South». Es una foto tomada en el retrete de chicas del Trade Union Club, una sala de conciertos fenecida hace tiempo, y se ve un lavabo con lo que parece sangre yéndose por el desagüe. Siempre lo vi como una metáfora de nuestra gran carrera en la música.
-El punk en general, y Radio Birdman en particular, utilizó la estética de la guerra. Creo que se utilizaba esa potencia visual para agruparse alrededor de una idea y entrar en oposición con la hegemonía cultural, social y política. ¿No es paradójico que siendo el rock&roll el que modificó la conciencia colectiva ahora se muestre pasivo viendo como el colectivo modifica su espíritu?
Radio Birdman tenía un símbolo que representaba a la banda. Y me gustaba la idea. Yo puse lo del uniforme pero fue una mala idea de cojones. Me desagrada nuestro abuso de temas militares, especialmente en canciones, y desearía no haber ido allí jamás. Nuestro póster de la blietzkrieg era un gran diseño, pero me hubiese gustado que nuestra estética de guerra hubiese acabado allí. Se hizo demasiado literal para mí, y se convirtió en un gran lastre en torno a la banda. He estado defendiéndome de preguntas sobre si era un nazi desde entonces. Para mí, el rock no es excitante si no hay corrientes y modas. El mejor rock nació de una moda, aunque haya notables excepciones. ¿Qué pasa con el rollo mod, punk o psicodélico? El rock florece cuando hay una escena. El negocio llega y lo jode en algún momento, pero es divertido un tiempo. Estoy empezando a sentir que hay un mundo entero de pensamiento del que no me percataba.
-La rebeldía ha pasado de ser acción a una moda, incluso Johnny Rotten o Iggy Pop anuncian bebidas y mantequilla. ¿Crees que se podría relanzar el rock&roll si vuelve a tomar activamente partido, en forma y fondo, intentando romper el pensamiento único que desde la clase política se nos impone?
No, no puede ser relanzado. Es aquello en lo que se ha convertido y puede ser otra cosa en el futuro, pero eso no implicará necesariamente que tenga de nuevo la pureza original, a menos que aceptemos que es simplemente, definitivamente, entretenimiento, y que sólo tiene que tener un buen ritmo y una melodía chula, porque bailar y cantar son en sí mismos liberarse, y ahí es donde yo encuentro mayor disfrute en el rock&roll. Si hay ideales más altos retratados en la música, ¡bien!, pero no los pido. La canción «New Race», de Radio Birdman, fue usada en un anuncio de Toyota en Estados Unidos. No supimos nada hasta que ya estaba en el aire, pero cogimos el dinero. Admiro a cualquiera que rechace que su música se use para apoyar productos, especialmente cuando son pobres.
-¿Qué contiene el anunciado box-set de Radio Birdman?
Creo que ese box-set son reediciones remasterizadas de los álbumes originales más un directo de nuestro ultimo concierto en Australia en 1978, el que dimos antes de largarnos a Inglaterra y separarnos por primera vez. Me han dicho que suena muy bien. En realidad no tengo nada que ver con esto. Dejé la banda hace unos años, cuando nuevamente se desmoronó la relación, y siento muy poco cariño por los viejos tiempos.
-Bang! Records va a publicar en un doble vinilo con sonido remasterizado Lower Yourself con bonus. ¿Hay más material inédito de The New Christs? ¿Hay algún concierto grabado que pueda ser publicado algún día?
Bang! está haciendo un buen trabajo con Lower Yourself. La remasterización para vinilo suena bien, la portada mola, y los tres bonus encajan bien; son tan buenos como el resto del material. No hay más directos antiguos, pero grabamos el bolo del pasado sábado noche en el legendario Excelsior porque lo cierran. Y fue muy bueno. Personalmente, no me interesan mucho los discos en directo. Si hablas con la mayor parte de fans del rock te dirán que Get Yer Ya-Ya's Out! y Live at Leeds son los únicos grandes. Creo que The Greatest Show on Earth de Jerry Lee Lewis es el mejor que he escuchado. Escucha «High Heel Sneakers».
-Hay algunas nuevas bandas en Australia que son muy grandes como The Drones, The Kill Devil Hills o Eddy Current Suppression Ring. ¿Conoces lo que hacen? ¿Hay una línea que una los Birdman o Christs con esta gente?
No conozco a ninguno de ellos personalmente. Ni siquiera sabía que Kill Devil Hills fuesen australianos. Puedes ver que no estoy puesto en la escena. Me gustan Eddy Current y los Drones son populares aquí. Musicalmente no creo que tengan mucho en común con The New Christs; son más pesados, comparados con nuestro estilo pop/rock, más liviano. Conozco sobre todo Havilah, parece que está bien, pero en general simplemente admiro su compromiso con las canciones, y me gusta mucho su portada, y Gareth parece ser un tipo inteligente y con sentido del humor. Lo vi en Rockwiz, un concurso de televisión de aquí. No sé si existe esa línea. Tendrías que preguntarles a ellos, pero lo dudo.
-Has producido a muchas bandas y recuerdo que dijiste que estabas muy orgulloso de tu trabajo con The Died Pretty. ¿Cómo te defines como productor en términos de estilo y tratamiento sonoro?
Estoy orgulloso de estar asociado con la que pienso que era la mejor banda australiana de todos los tiempos, especialmente en directo. Se puede pensar que es una afirmación demasiado atrevida, pero ahí está. Estaba con ellos en el estudio tratando de mantener una atmósfera en la que ellos pudiesen trabajar bien, y arrancarles una buena interpretación. Las canciones eran siempre estupendas y hablan por sí mismas. La banda tenía carisma y vestían muy bien, algo que siempre he encontrado importante. No tengo un estilo de sonido como tal. Me apoyo mucho en el ingeniero y en el sonido del estudio. Un productor necesita tener una visión general de las canciones como un cuerpo de trabajo unificado y mantener eso en mente.
-¿Es tan gratificante como componer canciones y tocarlas?
Si escribo algo bueno, el mundo parece un lugar mejor, las flores huelen mejor y yo me pavoneo como si fuera el rey de toda esta mierda. No pasa a menudo. Tocar tus canciones en directo es estimulante para mí. Me divierte grabar y producir a bandas, pero no me gusta grabar mi propia voz. Eso es un coñazo.
-¿Es difícil envejecer en el negocio de la música? ¿Cuál es tu consejo para sobrevivir en él?
Es duro envejecer en cualquier contexto, pero desde luego, el mundo de la música es bastante implacable. Muchos alargan su impacto inicial durante demasiados años. Yo no, desde luego. Imagínate lo duro que puede ser para una mujer. Tradicionalmente, se les pide que parezcan atractivas hasta el día en que mueran, incluso entre la peña alternativa, supuestamente inteligente. Ser viejo en la música va de tener un aspecto penoso, perder tu chispa y estar por ahí demasiado tiempo. No puedo ofrecer ningún consejo sobre supervivencia en el negocio musical excepto sugerir que no puedes esperar molarle a la gente si no tienes algo especial propio, como en el talento. Desde el momento en que la mayor parte de los músicos piensan que son un regalo de Dios para el mundo de la música, está claro que van a acabar decepcionados.
-¿Cuál es la función del artista en el mundo hoy en día? ¿La gente común percibe esa función?
Ofrecer lo que ellos consideren trabajos de belleza, cualquiera que sea el medio, como reflejos de la vida y del mundo. No necesito tener una base práctica. Es la misma función de siempre. La belleza no es siempre bella, por supuesto. Gente común suena un poco elitista, de algún modo, pero si te refieres al habitual borrachuzo de la calle, mayormente no. Pero eso no importa. Nada que sea interesante es llamativo para todo el mundo. Está ahí para aquellos que lo reconocen.
-No publicas discos con frecuencia. ¿Te es difícil escribir canciones?
Escribir canciones no es algo que me venga muy naturalmente, pero cuando algo bueno aparece en mi cabeza, lo agarro. Mis temas están limitados a mierda como la hipocresía, la mía y la de otros, la inacabable capacidad de los humanos para la crueldad, las promesas rotas, ataques de la autoridad, ciertas ex novias que aún se merecen una buena patada e infidelidades sexuales. Cuando no me meten mucha prisa escribo mejores letras, pero no hago nada cuando no hay un disco por grabar. No toco la guitarra bien, pero al menos soy capaz de cogerla y juntar unos cuantos acordes aquí y allá. Es en las melodías en lo que realmente quiero mejorar.
-¿Qué piensa de sonidos globalizados como el hip-hop soul, el new jack swing, el G-funk o el jazz-rap? ¿Por qué se tiende a mezclar lo puro? ¿Por supervivencia del género?
Todo eso es mierda. No tengo ninguna cercanía con esos géneros, subgéneros o lo que sean. El rap, bajo cualquier disfraz, es un puto aburrimiento. No hay melodía y todo me suena igual. Creo que el rock&roll estará por aquí mucho más tiempo que el rap. Y ambos estarán aquí mucho más tiempo que yo. La hibridación de formas musicales es natural, supongo, suaviza el aburrimiento, pero produce subgéneros terribles, estoy seguro de que el jazz-rap está hecho en el infierno. No lo he escuchado, sólo lo presumo. ¿Te acuerdas de la fusión? ¿Qué coño era aquello? Y odio que el término dance sea una forma de música por sí misma. Siempre pensé que el rock&roll ya es bastante bueno para bailar. Eso es algo que no me gusta de esta época: bailar ya no está en absoluto de moda. Incluso las mujeres son cada vez peores, pero por lo menos lo intentan
-¿Cómo definirías el concepto que hay detrás de The New Christs?
Somos una banda rock&roll para bailar y con pretensiones más altas en cuanto a pensamiento y sentimiento.
-Te vi en tu gira con Bad Music donde te acompañabas de miembros de Dimi Dero Inc. ¿Cómo fue la experiencia?
Muy divertida. Nos llevamos estupendamente bien y nos convertimos en una banda bastante decente después de tres bolos. Eran Dimi y Vinz (Dimi Dero Inc.), François Lebas (Fixed Up), y LoSpider (Jerry Spider Gang). Gente estupenda. Vinz, Dimi y yo haremos algo de ese tipo más adelante, este año, con dos guitarristas distintos que pronto anunciaremos. Así que nos viste en el Wurlitzer Ballroom. ¿Te acercaste a decir hola?
-Tocas en festivales europeos con bastante frecuencia. ¿Por qué Australia es el último rincón donde se factura hi-energy de calidad y Europa el principal consumidor?
Australia no es el último rincón de nada, amigo mío. Gracias a Dios hay gente en Europa que va a nuestros bolos. Tengo que preguntarte, ¿somos hi-energy? Suena como un evento de atletismo, de flexionar músculos y de público masculino masturbándose con solos de guitarra. Por supuesto, nuestros bolos tienen algo de eso también.
-¿Por qué Estados Unidos, que alumbró escenas como la de Nueva York a finales de los setenta o el punk/hardcore de Los Ángeles de los ochenta, mira ahora hacia el americana descafeinado, el country ramplón y otras soplapolleces?
No te involucres, las cosas son cíclicas. Esa mierda descafeinada que no te gusta será sustituida por alguna otra cosa, algo que espero que te guste. Te preocupas demasiado. Hablaste antes de ‘’tomar parte activamente’’, quizá tenga que empezar con menos teorías y más bandas nuevas con canciones guapas. No disfruté especialmente del hardcore de los ochenta de L.A. Demasiado golpearse el pecho y gritar, así que no lo echo de menos para nada. ¿Dónde estaba la melodía? Sin embargo me gustaban los Leaving Trains, pero no eran exactamente hardcore, sólo gente maja que rocanroleaba, como The New Christs.
miércoles, mayo 25, 2011
CANCIONES PARA PERROS EN PELIGRO (V)
Banda- "The Magnetic Fields"
Canción- "The Book of Love"
Disco- "69 Love Songs"
“69 Love Songs”, la criatura exagerada del corazoncito de Stephin Merrit, es el “Sexo en Nueva York” del pop independiente. Igual de frívolo y de ridículo, de conservador y de vacuo. Una especie de pantagruélico pero deshidratado manual gay en tres tomos sobre como conjurar el dolor de la pérdida mientras uno pasea por Central Park tomando un capuchino. Y sin embargo, tiene al menos una canción y media que aguantará el paso del tiempo. La media es “I think I Need A New Heart”, uno de esos chupa-chups pegadizos, redondos y emocionantes que te devuelven la confianza en que dos minutos de POP valen realmente la pena, a veces. La grave voz de Merrit le da ese toque trágico que a veces es capaz de conceder, atándola a suelo, concediéndole realidad. La escuché por primera vez en una de esos CDs que trae el Rockdelux. Pensé en “The Last Night” de Bob Mould, y en que quizá ambos debieran unirse para hacer el disco definitivo de desamor homosexual. Por desgracia, Mould se ha ido arruinando el gusto por el camino y ahora factura cosas que parecen ser a su herencia lo que Meg Ryan a Liz Taylor. O sea, basura.
Años después de todo esto, me reencontré con una buena amiga a la que le había ido bien. Es una de esas personas que escucha música vagamente pero con buen criterio (la gente de éxito lo hace así: No sabe, pero sabe lo que debe elegir para que otros que no saben piensen que sabe. Se llama sociedad). Me puso “The Book of Love”. Y esa sí es una canción soberbia. Iba a escribir algo más sobre ella, pero creo que la letra y la música se explican bien solas. Contienen casi tantas verdades (incluido lo de los anillos de boda) como tonadillas rematadamente malas y amputadas hay en el total del disco que las contiene. De postre, "It´s to late" y Stop Your Crying", de Mould, que encontré tratando de localizar "The Last Night". Gay And Fucking Loud. Disfrútenlo.
EL LIBRO DEL AMOR
El libro del Amor es largo y aburrido,
nadie puede sostener esa maldita cosa.
Está lleno de gráficos, hechos y cifras
y de instrucciones para bailar.
Oh, pero me encanta cuando me lo lees.
Y tú... tú puedes leerme cualquier cosa.
El libro del amor tiene música dentro.
De hecho , es de donde procede la música.
Una parte de él es trascendente,
otra parte es realmente estúpida.
Oh, pero me encanta cuando me lo cantas.
Y tú... tú puedes cantarme cualquier cosa.
El libro del amor es largo y aburrido
y escrito hace mucho, mucho tiempo.
Está lleno de flores y cajas
en forma de corazón
y cosas que todos somos demasiado jóvenes
para saber.
Oh, pero me encanta cuando me das cosas.
Tu... tú deberías darme anillos de boda.
sábado, mayo 21, 2011
DON'T BLOCK UP THE HALL (Motherfuckers)!!!
Me largo diez minutos a Galicia y sucede la “revolución” (entiendan las comillas como prefieran, da igual). A veces los tiempos se ríen de ti concediéndote tus viejos deseos de abúlico y de distanciado observador.
Mi amigo el Arcángel, recién cumplidos los cincuenta, dice que el momento de mayor excitación sexual que recuerda sucedió cuando, a los dieciocho años, en la cárcel de Marabata (Tánger), un alemán le regaló dos galletitas saladas.
Mi amigo H., en cambio, me cuenta que su fantasía sexual recurrente ahora, a los cuarenta y tantos, es “una buena guillotina en medio de la plaza”. Y los tiempos, otra vez los tiempos, le han dado pálida y metafóricamente la razón.
Se suscita una misérrima discusión en un foro interno de críticos de Rock&Roll (una casta integrada dentro de la de los esclavos que creen ser privilegiados, subdivisión quinceañeras de derechas, apartado ratas de biblioteca). Salvo honrosas excepciones, la cosa tiende a un escapismo (“este es nuestro rincón para evadirnos de la realidad, la música”) que siempre colabora con la opresión y a una especialización que elude el hecho de que una de las pocas armas del hombre (“libre”, digamos, otra vez con comillas) es la capacidad de relación y de integración de saberes diversos y dispersos. Los críticos de Rock&Roll necesitamos urgentemente nociones básicas de antropología y de genética, al menos. Para la mayoría de ellos vale (y es además necesario) hablar del contexto social en el nacimiento del blues o del soul, por ejemplo, y de los disturbios raciales de los sesenta o setenta como sustrato de un tipo de arte, pero cualquier abordaje de la actualidad les pone de punta los pocos pelos restantes en sus doctas cabecitas. Allá ellos. Mi amigo H. y yo coincidimos en algo obvio que formulo sin darme cuenta –pero que sin su influencia nunca hubiera pensado así-: en que "hay una brecha enorme entre la realidad social CREADA y la realidad social a ras de calle". Lo cierto es que los gobernantes (no hablo sólo de los políticos, pensar que gobiernan sólo ellos es claramente estúpido) han creado un universo ficcional en el que tenernos amansados, pero –subvalorándonos hasta para eso, no sé si con razón- lo han hecho con el puto culo.
Y ahora resulta que los “idiotas” se han plantado. Me encanta ver como ante ese levantamiento inesperado (¿Inesperado? ¿Qué se esperaba, entonces?) todos los perros de su amo (especialmente la despreciable orden de los juntaletras, televisivos o no) se ponen nerviosos y se retratan, tratando de barrer para casa y creando en el intento una patética nube de polvo de mentiras. Ahí están, mordiendo al aire, separados de la realidad por su propia cortina de humo y por el miedo a perder su mísero rancho de putas del poder. En esa hipotética guillotina de H. que adopto, todos ellos van teniendo su turno después de escupir sus últimos ruegos y difamaciones. Me dan más asco aún que la Policía, que ya es decir.
Curioso constatar por otro lado, que la mayor parte de las ideas de los acampados en sol y de muchos que no están allí (no por embrionariamente articuladas menos razonables; ellos, al cabo, no son los que las tendrían que articular, sino un hipotético gobierno COHERENTE y SENSIBLE), la mayor parte de esas ideas, digo, han sido usadas en un momento u otro por esos mismos perros para atacar al gobierno, o a la oposición, según el caso; para tratar de polarizar lo poco del voto que aún no lo estuviese. Ahora les asustan. Ahora que se las escupen a la cara y las entienden como algo más que mera retórica, se mueven en círculos con el rabo entre las piernas, y yo, aprovechando hasta que vuelvan a ser los cabrones de siempre, me río a gusto. Sólo por eso, ya hubiese valido la pena.
No dudo que toda la explosión de estos días se corromperá, probablemente en un futuro cercano, para darle la razón a quienes conocen la esencia cíclica de todo. A la espera de la violencia (si no fueran elecciones la cosa se habría disuelto a palos hace tiempo; ahora es ligeramente -y digo ligeramente- más complicado) y del soborno, ante los que el movimiento se retratará también, las provincias donde paso mis días contemplan la cosa con el papanatismo que les es ya estructural. Hay de todo, pero en las conversaciones de bar, donde está gran parte de la gente que debería entender esto y a la que le puede importar, lo que predomina es el viejo “que se pongan a trabajar como yo en lugar de hacer el hippy”. En gran parte, no conviene olvidarlo, este país sigue siendo el de “vivan las cadenas”. En gran parte la gente sigue viendo a un universitario como un señorito diletante y a un joven que pretende pensar como un insulto. Me lo decía un músico, un tipo preclaro, en una entrevista el otro día. “La mayor parte de la gente es buena pero un poco estúpida. Están demasiado ocupados pagando las facturas como para convertirse en pensadores. Yo soy igual, pero lo intento”. Lo cierto es que intentarlo no es tan difícil, aunque tienes que estar dispuesto a cargar, después, con las cosas que consigas pensar.
Piensa también, mi amigo H. –yo no exactamente- que la historia es un tren en marcha del que uno no se pude bajar. Sea como sea, mientras la guillotina mental continúa funcionando a todo trapo, bien está (¡estupendamente bien!) que se canten a coro algunas verdades que muchos llevamos la vida mascullando para nosotros: Como que somos las esclavas sexuales –podemos parir, pero no decidir, eso seguro- de una pandilla de hijoputas y de mediocres (a menudo ambas cosas) que llevan años follándonos en nombre de mentiras gastadas en las que ellos no creyeron jamás. Como que en la cárcel estamos todos, pero las galletitas saladas no nos valen ya.
Una vez más, después de esta parrafada, me siento un rato frente a la televisión y (siento repetirme) me encanta ver a los sicarios de los que antes hablaba, alarmadísimos, descuadrados, iracundos. Piden programa y sujeción a los trámites democráticos. Se saltan, como siempre, la esencia. Se saltan ese slogan muy consecuente (¡por fin!) que lo encabeza todo y que dice: ¡DEMOCRACIA REAL YA! Es decir. “Nos hemos dado cuenta de que esto no es una democracia, sino una tiranía mal encubierta”. Si fuera una democracia REAL (no se si tal cosa ha existido alguna vez, pero es otra discusión), no creo que tuviesen problema alguno en atenerse a sus pautas.
Yo seguiría teniéndolo, pero es que he llegado más lejos (o quizá simplemente a un estado distinto). Vivo en lugares más solitarios y mis preocupaciones profundas –lo siento- son más metafísicas que sociales, y soy siempre indeciso en la acción por un convencimiento interior de que nada importa. Un poso. Pero, joder, la vida es algo más que ese poso, eso lo concedo aún. Y una verdad sigue siendo UNA VERDAD.
So don’t Block Up The Fucking Hall!
Fdo: GATO PALUG
jueves, mayo 19, 2011
(Minúscula) REVISTA DE PRENSA
Antología del disparate peródístico y la hecatombe moral. Los sicarios de siempre (pagados o vocacionales) nos hacen pasar un rato de esos en los que no sabes si reir o llorar. Si hiciera un examen exhaustivo saldrían varias páginas al día. Ayer, entre la modorra de la siesta en mi refugio de Baden baden, apunté estas dos. (Por cierto, los del vídeo son vuestras/nuestras fuerzas de SEGURIDAD).
- "Grupos antisistema agredieron a varios policías" (editorial del Mundo, ayer, refiriéndose a las acampadas de Sol y, supongo, a las diversas cargas policiales que, en la línea habitual de salvajismo, todos pudimos ver por televisión)
- "dejando la presunción de inocencia como arma defensiva para los cínicos (...)" (Mr. Ernesto S. Pombo en su columna de La Voz de Galicia, hablando del caso de Strauss-Kahn)
miércoles, mayo 18, 2011
MOLESTONES - "La Condena"
Video y enmarcado cortesía de nuestro guitarrista y voceras Mr. Antonio Vega. Podeis disfrutar de esto mientras nos reagrupamos para contraatacar. Saludos!!!
lunes, mayo 16, 2011
LA VIDA EN VANO
Debe haber algún circuito por reparar en el intrincada masa de cables cerebral de GATO PALUG, porque el caso es que este video, mezcla de merecido homenaje, show de final de curso en el colegio y pornográfica exhibición del tarado simpático y querible, le da ganas de llorar. "Dejadlo en paz, joder", dice, "él sólo quiere vivir en las películas. No se da cuenta de que vosotros ya lo haceis y os aburrís igual. O más".
"Flip on your TV
And try to make sense out of that.
If we were all in the movies
Maybe we wouldn't be so bored"
RUIDO BLANCO PARA CANCIONES DE NEGROS (Una entrevista con ART & BEAUTY)
La guerra ruso finlandesa y los blogs son dos demostraciones palmarias de la importancia nunca bien comprendida de la figura del francotirador. Otra son las buenas bandas de provincias que, ajenas al ruido de fondo que inunda las capitales, facturan lo suyo con exactitud y pasión. Sin ellas, los que nos dedicamos a escribir además de a escuchar, nos perderíamos la mitad de las buenas sorpresas del año. Sin nosotros, (apostados en un campanario con toda la discografía de los Jesus Lizard, para matar el rato) la cosa tardaría más en llegar de manera elaborada y precisa hasta el lector, o no llegaría jamás. Los últimos en alegrarnos un poco la existencia han sido los magníficos Art & Beauty, de León; dúo de Batería y Guitarra con una misión divina de respeto por el "Real Country Blues" en cuyo programa se incluye abrasar "John The Revelator" en una parrilla diseñada por el hermano tarado de John Spencer o practicarle una sangría a "Devil Got My Woman" para que su osamenta camine sobre la tierra un rato más. Notable ejercicio, su primer EP puede descargarse o escucharse (o ambas cosas) AQUÍ. Tocan dentro de cuatro días en ese templo de la depravación moderna que es el Wurlitzer Ballroom. Mientras, la mitad masculina del engendro contestó a nuestras preguntas con preclara visión.//LUIS BOULLOSA
1-Aquí (en Essspaña) se dicen muchas tonterías sobre Blues, como la permanente comparación con el flamenco (que no digo que, matizadísima no se pueda hacer...). Para empezar la gente mete a todo el blues en el mismo saco y ese saco suele ser el de BB King y cosas así (hablo del público general, en absoluto especializado)... Varias cuestiones sobre ello:
-¿Cuál es vuestra visión sobre el género y su evolución?
-El blues, como el flamenco y muchas otras músicas , son músicas de raíces, ligadas a una zona geográfica determinada. También lo son las muñeiras, la sardana, la jota, las danzas primas asturianas o los zortzikos vascos. Nosotros como no tenemos raíces, hacemos la música que nos da la real gana y en este caso tiramos por el blues más rural y campestre, el que se produjo en su momento con cuatro perras, porque en cuanto hubo dinero de por medio y los bluesmen emigraron a Chicago a formar grandes bandas, se pervirtieron los orígenes de esta música. Lo que está claro es que en el FIB y en el Primavera Sound, que son los festivales que marcan las tendencias en España, suenan los Radiohead esos, no suena ninguna música regional de las que he nombrado y toda la culpa de eso la tiene la Heineken, que es una cerveza malísima.
-¿Qué vertientes os atraen más?
-El denominado "real country blues" de las plantaciones del sur del Mississippi, es decir, todo el día currando como cabrones para poder llegar a casa por la noche y tocar un rato la guitarra.
-¿Cuál es su vigencia y quienes creeis que han conseguido hacerlo mutar y llevarlo a puntos nuevos?
-El blues sigue estando vigente, mientras los nietos de R.L. Burnside y Junior Kimbrough continúen haciendo la música de sus abuelos, ya que son la última generación que puede hacer algo por esta música, si no se pasan antes al puto hiphop y al rap y a esas movidas, claro. Es un género que lleva mutando durante un siglo entero, sólo hay que escuchar a Tommy Johnson y a Howling Wolf, por decir dos, y a los bluesmen más actuales, mucho más punkis y directos.
-¿Cuál es vuestra posición musical al respecto (es decir, como lo reinterpretais, qué añadís y que sentido tiene eso que añadís?
-Adaptamos los originales a nuestro estilo personal, un estilo totalmente "novedoso y moderno", es decir: una voz, una guitarra y una batería (…modernísimo). no hace falta añadir más. Le podriamos meter una caja de ritmos roland, contratar a unos gaiteros, o a una stripper que baile en pelotas, el problema es que respetamos esta música. Es una cuestión de respeto.
-¿Buscais originales en los que prime la visceralidad para que vuestra interpretación, más oscura o más eléctrica (o lo que sea según el caso) cuadre bien con el tema elegido?
-Tocamos canciones blues de todas las temáticas, desde religiosas hasta profanas. No nos decantamos ni por Dios, ni por el Diablo. Los dos molan.
2-¿En qué creéis que se nota vuestra herencia noventera en la manera en que tratais estos clásicos?
-Supongo que la música que escuchábamos en los noventa era tan extraña y poco comercial que por ese motivo no tocamos nunca "clásicos"
3-En particular “John The Revelator” la achicharrais bastante. Pese a que no tiene nada que ver, me ha recordado en el tratamiento de las voces, sepultadas por el sonido, a lo que hacían Unsane o los primeros John Spencer y otras bandas de nueva york... ¿Qué opináis?
-Das en el clavo, he visto a esas dos bandas en directo, a Unsane que dieron un concierto abrasador y a Jon Spencer varias veces, me pregunto por qué repetí si hay gente en España como David Bisbal o Pitingo y compañía que cantan blues mejor que ellos. Como escuchamos música de mierda, hacemos música de mierda. Eres lo que escuchas.
4-¿No creéis que dar tantas referencias en vuestro propio retrato os hace un flaco favor...? ¿No debería la música explicarse por sí misma con menos guías? (de hecho lo hace)
-Nosotros no somos profesores de nada, estaría bien que la música hablara por si sola, pero tenemos en casa docenas de libros sobre la historia del blues que sirven para algo más que para sujetar esa mesa que cojea... sé que hemos pecado de nombrar muchas referencias, en esta entrevista vamos a intentar evitar las referencias rimbombantes para no quedar de enteradillos.
5-Habláis de cantautores malditos, ¿se notará eso en nuevas canciones? Quiero decir... ¿escribiréis temas propios?
-Estamos grabando un disco que será masterizado en U.S.A y no vamos a hacer temas propios, porque realmente no tenemos nada que decir a nadie.
6-¿Qué significa “maldito” en vuestro diccionario personal? Es un término del que se ha abusado tanto que me parece que hay que redefinirlo (o recordar lo que significa) constantemente...
-Nos referimos a cantautores muertos, que se suicidaron o murieron alcoholizados o que tienen enfermedades crónicas, ese tipo de artistas. Los que van al gimnasio como David Bustamante o Carlos Baute no nos interesan.
7-Cuales son vuestros primeros recuerdos referidos a la música. Qué ha cambiado desde que empezasteis (escena, pero también vuestra propia visión sobre el arte y el negocio?
-Ha cambiado mucho, cada vez hay más pasta en este negocio y el capitalismo manda. También te digo que no conocemos para nada este negocio.
8-¿Cuáles son vuestras influencias no musicales?
-El alejarnos lo máximo posible de cualquier forma de cultura.
9-Supongo que en el nombre de la banda (como sugerís en lo de crumb) hay algo de ironía (no digo que todo). ¿Creéis que en este país se suele entender la ironía? (yo creo que tenemos una tara genética y no la pillamos ni de coña, hablando en general, claro)...
-No hay ninguna ironía, es un nombre pretencioso como nuestra música, "Art & Beauty", simplemente hacemos arte y somos guapos.
10-Problemas y virtudes de la escena musical en León. Siempre parece haber habido cierto movimiento (al menos se me ocurren nombres de varias épocas -Cardíacos, los pesados de los flechazos y Cooper, Solomones, Deicidas, Cráneo, Buffalo...), pero hace años que no tengo ni idea de qué se cuece por allí...
-Conocemos a algunos de esos músicos, son todos buenos cristianos que van a la sinagoga los domingos y dan limosna a los pobres pero su música no nos interesa lo más mínimo. No tengo nada que decir de estos grupos, nunca les he escuchado. Igual que ellos a nosotros, exactamente lo mismo. Según algunos de estos músicos nuestros temas no son "radiables" en sus programas de radio, así que me voy a dedicar a las muñeiras o al techno de detroit, ya veré, lo tengo que pensar.
11- ¿Cuáles son las posibilidades de salir a tocar por ahí y volver sin haberse arruinado? A veces me parece que ahora que “cualquiera puede hacer cualquier cosa” es cuando menos puede nadie hacer nada... hemos caido en una trampa “do it yourself”????
-En teoría, esas posibilidades pasan por fichar por una compañía, contratar a un manager y hacer música comercial en español. En la práctica pasa simplemente por tener un papá empresario forrao de dinero, que no es nuestro caso.
12-Y ya que lo citáis, ¿Cuál es el significado de ese tan manido “hazlo tu mismo”, para vosotros? (lo de “I jam econo” parece que ya no es una opción, sino una necesidad)
-El "hazlo tú mismo" no es nada nuevo, es tan antiguo como el blues, desde los primeros fanzines sobre ciencia ficción editados en los años 20 en norteamérica con textos de Julio Verne o H. G. Wells, hasta la fiebre de los blogs en internet actualmente pasando por muchas corrientes artísticas del siglo XX como el Dadaísmo, Fluxus o los situacionistas, hasta que en los años 80 con la aparición del punk, el post-punk o la No Wave se empezó a hacer música "do it yourself" y no sólo publicaciones en papel. Creo que el futuro de la música pasa por ahí.
13-¿Cómo componéis (idea, proceso, grabación, etc...)?
-Siempre nos basamos en canciones antiguas de blues, le metemos un riff sucio y desgarbado a la música y una batería cañera, y sale sólo. Grabamos en cuatro pistas analógico.
14-¿Qué opináis del termino “low-fi”?
-Pues que es lo contrario a "hi-fi" (high fidelity), todo depende del dinero que tengas para comprar cacharros.
15-¿Qué opináis de la prensa musical establecida y el papel de los blogs como nuevos modelos de fanzine?
-Nosotros tenemos nuestro propio blog (www.inmassmind.blogspot.com) pero seguimos comprando prensa musical especializada para escuchar a nuevas bandas, no nos dedicamos a esto pero la escucha de 6 o 7 discos nuevos a la semana no nos la quita nadie. Hay que compartir música.
16-¿Proyectos paralelos?
-Una especie de bakalao folki-ambient con un amigo. Es un grupo, no un proyecto, se llama SPAMMING SINCE 1975 (http://spamming.bandcamp.com/). Le ha gustado mucho a músicos como Chris Brokaw, de bandas como Come, Codeine o The New Year.
17-Dame un ranking de temas ideales para una mañana de resacón, otra para antes de salir de marcha y otra de temas de desamor (el número que quieras de cada uno)...
-Para una mañana de resaca, "I am born to preach the gospel" de Washington Phillips o el nuevo disco de Elbow enterito. Para antes de salir de marcha yo me pongo el "Waiting Room" de Fugazi. Si me tengo que quedar con un tema de amor/desamor, quizás "Josephine" del último disco de Magnolia Electric Co.
18-¿Qué podemos esperar de vuestro directo?
-Puto ruido blanco haciendo canciones de negros
19-¿Qué hay después de la muerte?
-Despues de la muerte sale John Malkovich dando la chapa con las cápsulas de café de la Nespresso.
jueves, mayo 12, 2011
LUGER: Más allá de las puertas de Münchhausen (¿?)
Artículo sobre una de las mejores bandas españolas de todos los tiempos, publicado en Ruta 66 hace unos meses y firmado por ESTEBAN HERNÁNDEZ y LUIS BOULLOSA, bajo el título de "Epidemia en Malasaña, 2011"...
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“-¿Cuánto durará la epidemia? -pregunté.
-Mientras podamos hacerla durar (...)”
Naked Lunch – William burroughs
Miras a un lado, apartando la cara de la onda expansiva que lo hace saltar todo en pedazos a tu alrededor, y la desconocida que te devuelve la mirada está pensando exactamente lo mismo que tú: Está sucediendo. Acaba de suceder.
Es mi primer concierto de Lüger, y he acudido casi por casualidad. Los conozco por Mario, el teclista. Trabaja en un bar (él, yo también, pero al otro lado de la barra). “Teloneamos a los Intelligence”, dice. Ah, vale, pues iré. A ver qué tal. ¿Por qué no?
Vuelves a mirar al escenario y sigue allí. Aquel zumbido planeador de escuadrilla imperial en misión de castigo. Aquella ola que crece sobre ti, impulsada al infinito por una doble cabeza percusiva. Está sucediendo. Acaba de suceder.
Es una epifanía. Es eso, exactamente. Pasa muy rara vez, todo el mundo lo sabe. A veces se ausenta durante décadas.
Es una epifanía, lo sé.
Una vez que pase todo será mucho más desvaído y trabajoso. Hasta que las cosas vuelvan a su ser. Kraut, dice la gente. No sé. Ni idea. Sólo sé que han rociado con napalm el escenario en el que unos minutos después, el otrora despierto Lars Finberg y su banda sonarán desnudos y pequeñitos, como un niño perdido tras un bombardeo.
Es una epifanía, creo yo.
Y es veintiséis de abril de 2009.
I- Del sótano al Sol
Después Lüger crecen y crecen. No sé cuantas veces me viene algún conocido de barra con lo de “tienes que escuchar a...” O cuantas veces lo repito yo. Vuelvo a verles. Me llevo a los colegas. Los conozco personalmente. Hola, qué tal. Graban un primer disco con su mismo nombre. ¿Cómo es? A estas alturas quizá no haga falta explicarlo, pero es -ahí coincido con la hoja promocional, por una vez- “el final de la infancia para la psicodelia española y la carta de madurez para toda una escena subterránea que estaba pidiendo a gritos una obra de este peso y profundidad. Una bandera”. Es decir, un pelotazo que hace imposible, ya para siempre, negar que la escena madrileña de bandas experimentales es real, y no sólo una amalgama de diletancias de barrio, cuelgues tóxicos y prototipos no debidamente testados (que también abundan). Lo escucho, muchas veces. Pese a sus ocasionales flipes tribales y sus trances hipnóticos, lo cierto es que su elegancia entre macarra y androide y su pegada melódica lo ponen más cerca, dice mi amigo Boullosa, del enorme “Xtrmntr” de Primal Scream que del kraut del que supuestamente vienen (¡esa demoledora “Swastika Sweetheart”, marcial y percusiva pero también innegablemente pop!).
No es difícil señalar en la historia de la música independiente española discos y bandas que sirvieron como puente entre épocas, como punto de inflexión en el crecimiento de determinadas olas o como estandarte para escenas que pugnaban por pasar de embrión a bestia. Ahí están, por citar algunos, los Surfin’ Bichos que firmaron el paso del pop ochentero al indie como lo conocimos después con el malsano zigurat de “Hermanos Carnales”. Ahí están Los Planetas, que fueron quienes mejor entendieron que el público indie era esencialmente burgués, protonostálgico y ESPAÑOL, por mucho se citase a Dinosaur Jr para quedar bien. Ahí están los Manta Ray, que cometieron el error -adyacente- de pensar que Hispania podía ser musicalmente intelectual. O Corcobado y su ya casi olvidada “Tormenta de Tormento”. O tantos. Pero ninguna evolución recuerdo tan vertiginosa y tán sólida con un sólo trabajo en la calle (quizá, reflexiono, la de los enormes Orthodox). Lüger nacieron (le robo la expresión a mi amigo Paco F.) a la edad de seis años. Lüger simulan haberse saltado por la cara ese lento proceso de maduración en que algunas bandas quedan encalladas para siempre. Son una flor inmediata de impostado artesonado Kraut, un misterio que quizá tenga su explicación en una conjunción personal tan tensa como fructífera, o en el talento puro y entregado, lo ignoro.
Presentan esa bestia precoz en formato vinilo en la sala El Sol. “Yo creo que va a estar lleno… es EL evento”, me dice una chica. También trabaja en un bar. Es muy mona y muy enterada, y por una vez tiene toda la razón. La puta sala Sol. Sin aparente esfuerzo, puro boca a boca, como un escaparate secreto anunciado a gritos. La puta sala Sol a reventar. Y la línea ya consolidada, la pulsación intacta, las canciones completas. Aunque el akelarre intergaláctico no llega a la altura de la primera vez. Un sonido demasiado limpio, quizá. Una escenografía demasiado (auto)centrada en Diego, el cantante y guitarra, que disuelve un tanto la militar eficacia de la banda como aleación. Y sin embargo, aunque no hay epifanía, el triunfo (ese Dios caprichoso) anda por allí.
Y es quince de abril de 2010.
Poco después, tras tensiones internas en las que prefiero no indagar (cada cual tiene las suyas), Diego deja la banda, ocupando su lugar como cantante Dani, el bajista.. Con él se va -pienso- el filo más pop, el enganche inmediato, el exhibicionismo del rock clásico, también, y quizá vuelve Lüger a ser (o es un poco más) aquello que postulaba en sus inicios: un espacio de experimentación donde el peso de cada miembro es igual. Una bronca y asilvestrada comuna, marciana y sin líderes, perdida en su propia exploración interior/exterior. Musicalmente nadie está al frente: son de esa clase de banda en la que cada uno aporta su parte, en la que hay una suerte de acuerdo tácito en que a nadie se le ocurrirá reclamar el liderazgo. Tampoco en su sonido hay un instrumento dominante ni es la voz ese elemento definitivo que obliga al cantante a dar un paso adelante.
Siguen tocando, creciendo y aplastando a congéneres que les ven pasar incapaces de agarrarse a la estela. Su evolución sobre las tablas augura un segundo trabajo más blindado, repetitivo y oscuro, un disco que va germinando con rapidez bajo el ensordecedor silencio de la capital. Poco más de dos años después, cuando me acerco a echar un ojo a la grabación definitiva, el grupo de flipados que se juntaba cuando podía en un sótano en el centro de Malasaña (antiguo barrio rockero de la capital) anda a punto de arrancar una gira por EE.UU. gestionada de modo espartano desde aquí mismo. A punto de embarcarse en un viaje a la realidad paralela del que nadie volverá igual.
II- "Estoy harto del punk rock..."
"...De hecho a ninguno de nosotros nos gusta ya el punk rock". Estamos, ellos y yo, en un bar donde suena, claro, punk rock a toda hostia. Pero lo que Lopin (percusión) afirma, ya me lo había contado Mario el día que nos conocimos: que la clave de la banda está en que todos son fans de la música mucho más que músicos. La afirmación es chocante, porque esa sencillez en el acercamiento propia del punk rock es también uno de los parámetros sobre los que construyen su estilo. Y el santo y seña de la vieja Malasaña de la que han brotado -un vasto tejido de melodías a toda leche de dos minutos y medio, ya fueran en clave punk, garage o power pop acelerado-. Y el entramado interno de sus antiguas bandas (Los Imposibles, The awesome J’Haybers, Tres delicias), combos que cultivaban (con talento) sonidos sencillos, directos y reconocibles.
En cierta medida, pienso, la apuesta de Lüger es la evolución de aquella actitud garagera llevada a terrenos musicales más complejos, bebiendo de fuentes distintas: el kraut el primero, sí, pero en absoluto el único. Sin embargo, sus metas parecen otras. Los veo en conciertos de Cave. Los veo en conciertos de Sun Araw. Algunos escuchan discos de rock progresivo de los 70. Otros jazz y free jazz. Otros psicodelia contemporánea. Géneros expansivos y arduos, lejos de la ortodoxia del barrio, ese barrio que ha cambiado definitivamente (los viejos gruñimos que a peor, los jóvenes, no sé). Ese barrio que estuvo pavimentado con canciones contundentes, celebratorias del sexo, las drogas y el rock and roll. Ese barrio que siempre fue el sitio donde más se hablaba de música y menos se hacía música; un reducto conspiratorio a la sombra de los garitos de altas horas más que el escenario de la acción creativa, ya que jamás hubo una sala decente en la zona ni unos locales en condiciones. Ese barrio creativo que ahora languidece entre taperías con fotos de John Coltrane y una plaga de parques infantiles, perfecto ejemplo de un neo totalitarismo encubierto que el visitante prefiere no advertir, no sea que se le despeine el look neobohemio o se le cuelgue el mac. Ese barrio que sin embargo -suprema ironía ahora que el epicentro intelectual de la historia se ha disgregado en mil núcleos autónomos, inundando sótanos de extrarradio y salas de estar de pisos comunales, ahora que ha dejado de tener preeminencia alguna y circula con paso firme hacia la desidia- entrega su mejor fruto en muchos años: Lüger.
No son los únicos moradores de las arenas, claro. Son sólo un primer canon. Con ellos, pululan por Madrid un puñado de bandas que también tratan de dar un paso fuera del camino establecido. Bandas con el cuajo y la experiencia suficiente para saquear sin copiar, amalgamar en sus seno a jóvenes y veteranos rompiendo el clásico tabú generacional, y obtener un resultado radicalmente personal (ejemplo pluscuamperfecto son Los Cuantos, banda casi recién nacida e imprescindible desde ya, en la que milita gente de Ginferno, Familia Atávica o Rip K.C. -además del inefable J. Colis-). Gente, en fin, que se niega a repetir lo de siempre, aunque sepa usar lo de siempre cuando es conveniente para un fin. Gente que entiende el local de ensayo como ámbito de búsqueda y necesaria exploración compartida. La ventaja de Lüger, llegados aquí, es su capacidad para aliar recursos instrumentales, atmósferas psicodélicas, ritmos expeditivos o complejos y canciones redondas y poderosas. Una difícil versatilidad que ellos articulan de manera aparentemente natural. Estribillo y atmósfera, cuadratura e improvisación. Y humor. En su primer trabajo hacían todo eso con la sencillez del músico de garaje (aunque fuese un garaje espacial), sin ese engolamiento ni esa rareza buscada que a veces lastra al "experimentalista" de manual. Esa era su fuerza.
Cuando escucho una previa de lo que facturan en su nuevo viaje, sin embargo, me sorprendo: el gancho pop sigue ahí, pero se ha ganado en variedad, en feeling, en unidad y en posibilidades. Si "Luger" (Giradiscos, 2010) es una promesa cumplida a la velocidad del rayo, "Concrete Light" es la polaroid de una banda que, varios escalones más allá, comienza a fragmentar para bien su discurso y a extender sus tentáculos en mundos adyacentes. Siguen ahí las intros evanescentes ("Belldrummer Motherfucker"), pero están también las “outros” de sintetizador y sitar que lo mismo pueden evocar destellos de eso que los enterados llaman weird folk, que llevarte de lisérgico viaje varias décadas más atrás. Están los aplanadores residuos stooges que recuerdan al primer largo ("Dracula's Chauffeur Wants More"), pero también canciones puramente suyas, tan puramente suyas que hacer referencia a las influencias diseminadas en ellas deviene entretenido pero inútil. Y la guitarra de Edu, el nuevo, cuya raigambre metálica aplicada al mecanismo de relojería rítmica, hace pensar (aunque sea vagamente, allá lejos, en momentos contados) en bestias pardas americanas del pelo de Melvins o Hüsker Dü. Dicen estar mucho más contentos de este trabajo. Y es cierto que han sabido progresar manteniendo lo que debían mantener: canciones, esa la mezcla de riesgo y gancho clásico que les ha dado una seña de identidad. Como dice mi amigo Hernández: "Descomponer es fácil; lo complicado es recoger los trozos y con ello hacer algo nuevo".
III- "Lo dejamos así y luego en la mezcla vemos lo que hacemos..."
En el proceso tiene un peso importante Rubén Pérez, el ingeniero de sonido, el jefe en el estudio, flexible, pero más influyente de lo que parece. Rubén ya remezcló el primer álbum después de que el tratamiento de John Agnello no terminase de convencer a la banda, entendiendo de manera preclara no ya lo que la banda pedía, sino lo que las canciones necesitaban. Ahora está al frente de la grabación, y es un elemento esencial. Porque hay confianza mutua, porque cree en la banda y la banda en él. Y porque cuando el dinero escasea y el tiempo de estudio también, cuando los discos deben registrarse al vuelo y los músicos carecen del conocimiento técnico necesario para aprovechar las posibilidades al máximo, que el productor y el técnico entiendan lo que las canciones requieren es vital. Es un obligado regreso a los principios, a los tiempos en que la tarea del productor no era otra que coordinar la grabación Los músicos en la pecera, grabando en directo. Fructífero a veces, cuando se da esta conjunción. Frustantre otras, como muestran los muchos álbumes de bandas prometedoras que no han pasado de desvaídos testigos de su posible incendio. Es el sino de una época, la nuestra, aquí, cuyo funcionamiento es casi el opuesto al de la maquinaria de la vieja y gran industria discográfica, la que va de los 50-80, donde el productor solía ser el encargado de normalizar el material sonoro, tratando de que las canciones que llegaban al estudio encontrasen una potencialidad comercial mucho más que su expresión estilística más definida. Entonces, una grabación podía durar meses y el trabajo de un equipo de profesionales adecuados lograba a menudo que un disco alcanzase una calidad que jamás hubiera poseído de otro modo. A menudo la banda no era nada sin el productor. Hoy todo eso ha desaparecido, regresamos a una suerte de captura-el-instante. Pocas de las grandes obras discográficas del rock and roll podrían grabarse hoy.
IV- Conseguir cosas, pagar facturas
"Estamos en la música para conseguir cosas como estas, ¿no?", dice Rulo. Se refiere a esa gira por EEUU. Ignoro si las tías, el nombre, las pelas u otros vacuos sueños de Rock Star están también en algún lugar de su psique colectiva, pero parece que la música misma es aquí el fin primero y último. El medio, el mensaje y todo lo demás. Inteligente, práctica, inevitable postura quizá, en un mundo en el que una banda raramente gana dinero para sobrevivir y en el que las estrellas en las que se mira la masa son de plástico desechable y defectuosa, reemplazable fabricación. Las antiguas excusas no tienen espacio ya. Hubo un tiempo, quizá, en que ser una "r&r star" significaba más que el éxito material: la posibilidad de vivir una vida sin las restricciones morales y culturales que imponía una sociedad gris, el resquicio por el que huir de la fábrica o de la oficina, el destino habitual para las clases populares y medias. Una guitarra eléctrica era mucho más que un instrumento. Hoy, curiosamente, esa fuga empieza y termina casi siempre en ser capaz de poder hacer lo que uno quiere, que es lo realmente inusual. La fábrica o la oficina, trágicamente, nos esperan de todas maneras, casi siempre. Y ahí están, ellos y tantos: un puñado de tíos robando ratos al trabajo, al sueño y a sus parejas para reunirse, dejar que suene la música y poder sentirse ellos mismos. Unos tipos que se dicen felices cuando entran en el lugar de ensayo, Unos seres para los que el mejor día es la jornada de fiesta en la que se levantan por la mañana y se van directos a ensayar. Unos chavales dispuestos a dejar un curro frustrante, si es necesario -ya habrá otro, acaso más frustrante- para poder largarse a EE.UU. sus dieciocho días de furgona y gloria. Una determinación que es parte de su esencia y que ahora tendrán que saber canalizar para no terminar como la mayor parte de esas bandas bisagra de las que hablábamos antes: faros en una niebla demasiado densa, islotes, callejones sin salida del ego. Ha habido demasiados movimientos sin guía y demasiados guías sin movimiento, en un país musical, este, que tiende a parir más profetas (incluyendo a los falsos, claro) que discípulos y donde ganarse las lentejas tocando es puta ciencia ficción. La capacidad de Lüger para evitar ese tipo de necrosis (o debacle, a elegir) está por ver.
Y el viaje empieza.
Es cuatro de Marzo de 2011.
The ART&BEAUTY interview (coming Soon!!!!)
miércoles, mayo 11, 2011
EL HOMBRE DEL TIEMPO (dice que del cielo va a llover maná)
A un par de décadas de distancia del día en que lo conocí -la misma que separa estas dos imágenes, prendidas a la página por esa mirada aún fulgurante y maníaca-, se me escurre entre las patas la posibilidad de volver a ver a Fernando Alfaro en directo. No podré estar ahí el 14 (sábado, en EL SOL) y lo siento, sobre todo porque en los últimos 4 o 5 años -a mi pesar, quizá distanciado por el flojo "Koniec"- le he ido perdiendo el rastro y echo de menos sus alienadas dosis de descarnada realidad española y de escapismo eléctrico, ese manual cósmico para "raindogs" que es a menudo su música. Por echar de menos, añoro incluso los problemas técnicos que siempre -y digo SIEMPRE- parecían empeñados en lastrar cada concierto suyo al que asistí para terminar en convertirlos en victorias pírricas a favor del hombre de la gasolina.
Recuerdo el inicio de mi rito privado, en uno de esos recurrentes flashbacks de juventud. Me compré en El Corte Inglés de la calle Princesa "Fotógrafo del cielo", de los Surfin'. Faltaban aún un par de meses para regresar a Madrid e infresar en la universidad. Lo escuché fascinado una y otra vez en el reproductor que había en la habitación del hotel donde pasaba la noche con mi sufrido padre, que en paz descanse, percibiendo, supongo, de algún modo, que nada volvería a ser igual. Y sin embargo, a despecho de nostalgias y aullidos al pasado -son demasiado fáciles de hacer y se confunden demasiado rápido con la historia-, si este sábado pudiese, estaría allí. Que se anime quien pueda, el viejo chucho -quizá el mejor escritor de canciones que ha parido este país- ha vuelto, cual Godzilla interior, para prenderle fuego a la ciudad. //LUIS BOULLOSA
martes, mayo 03, 2011
MAESTROS OCULTOS EN LA CIUDAD
Rafael Berrio - Simulacro (banda) from thomas canet on Vimeo.
A los que seguís el blog os serán ya de sobra conocidos la estampa y el talento de Rafa Berrio. Los que no lo conozcan aún pueden echar un vistazo a nuestras persistentes alabanzas para uno de los genios vivos de la canción en castellano. Está este jueves en solitario en el Libertad 8 y pronto en Galileo, acompañado por su banda en un concierto a medias con Diego Vasallo. Imprescindible.
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