Tocados por la gélida gracia que hace
dos décadas hizo rodar aquello que se llamó Slowcore, polucionados por gran parte de lo que ha sucedido desde entonces en el rock introspectivo de vanguardia, Tentudía son
otro ejemplo de que Sevilla es hoy uno de los centros imprescindibles de la música
española viva, esa que nunca ponen en los asquerosos bares de tu pueblo, ni en
la radiofórmula históricamente comatosa, ni en el prostíbulo televisivo, ni en
los ascensores que te llevan al curro de mierda que tienes; esa que hay que
reivindicar, desenterrar y festejar. SU DISCO sale en Knockturne Records -sello esencial desde ya, todo pura crema- y, casi
completamente instrumental, apreciarlo en su totalidad requiere tiempo,
escuchas y la voluntad de paladear una artesanía ya poco habitual. Si se hace así,
es un manjar. Pablo Vinuesa (guitarra),
nos cuenta la movida.
1-Una de las características más
llamativas de muchos grupos nuevos es que teniendo muchas influencias no parecen un plagio de nada. En vuestro caso, yo detecto bastante slowcore (Codeine, etc), bastante de Mogway y quizá
algo de stoner y de metal moderno, oscuro, polucionando un poco el ambiente,
pero no sonáis a calco, hay personalidad. ¿Qué es lo que
define a la banda y la hace interesante por encima de esas referencias, lo que
la hace única, original y válida?
Ante todo, muchas gracias por tus
halagos. Por mi parte, hay una influencia clarísima y reconocida del slowcore;
no voy a negar que escuchar el “Spiderland” de Slint me cambió un poco la vida en
general y, más concretamente, mi manera de tocar la guitarra. Tanto ellos como
Codeine, Rodan y derivados (June of ’44, Rachel’s, Retsin etc.) son parte de mi
ADN musical, por no hablar de las escenas de Washington DC y Chicago, con
grupos como Fugazi, Girls Against Boys, Unsane, Jawbox, Shellac y Big Black, Smart
Went Craze etc., o la primera hornada inglesa del post-rock, es decir, Bark
Psychosis, Disco Inferno, Moonshake y demás. Mogwai me gustaron muchísimo
cuando salieron, cómo no, pero para cuando escuché el “Young Team” ya estaba yo
haciendo en El Puerto de Santa María cosas parecidas (dentro de nuestras
posibilidades, obviamente) con el grupo D4insight, aunque virado todo un poco
hacia el free jazz atmosférico, una onda parecida a los primeros Do Make Say
Think, para que nos entendamos.
Lo mismo que te cuento sobre Mogwai se podría
decir de Godspeed You! Black Emperor, por ejemplo. Puede parecer un poco
pretencioso por mi parte, pero a estos grupos los citaría más como unos
compañeros de viaje a los que adoro que como una influencia directa. El
slowcore primigenio sí lo fue, como bien supones, igual que las formas tan
personales de tocar de guitarristas como Mark Kozelek de Red House Painters,
Alan Sparhawk de Low o el maestro Neil Young, por ejemplo, santos de mi
devoción cada uno para su momento concreto. Por otra parte, lo de Mogwai es muy
comprensible visto desde fuera, a todos nos gustan y además el uso de los
teclados puede acercarnos un poco más a su sonido, pero esto es como lo de
Earth, que sólo le flipan verdaderamente a uno del grupo, pero que todos
reconocemos abiertamente como un grupo con un sonido muy parecido al nuestro.
Vaya, dicho en claro, que aunque no sean una influencia directa nos halaga
muchísimo la comparación. ¡Cómo no!
Creo que Low, Neurosis y Swans, por añadir
tres nombres más, sí serían otras influencias admitidas por todos. Yo creo que
lo que nos hace originales es que en nuestra música volcamos todos nuestros
gustos, que son dispares al tratarse de cuatro personas de orígenes y manías
distintos, y además con un rango de edad que oscila entre los veintipocos y los
treintaymuchos. Tenemos a un miembro muy muy jevi, por ejemplo; yo lo soy sólo
a medias, más tirando al hardcore de los 90, aunque luego me ponga desde
flamenco a electrónica, pasando por el hip-hop (curiosamente lo que más escucho).
Vamos, que somos cada uno de su padre y de su madre. Eso, y que desde el
principio no hemos pensado JAMÁS en lo que le pueda gustar al público, sino en
lo que nos apetecía hacer, por mucho que lo viésemos como algo claramente
anticomercial, creo que es lo que le puede otorgar cierta personalidad a
TENTUDÍA. De todas formas, y aunque esto suene a lugar común, la última palabra
la tiene el oyente.
2-El tono del disco parece eludir
las dinámicas fáciles, es decir, no hay grandes estallidos o subidas y bajadas
epatantes. Más bien, parece exigir una escucha atenta, o varias. ¿Es
intencionado? ¿Apuntáis a un tipo de receptor, de oyente, que se tome su
tiempo?
Sí, totalmente consciente.
Sabíamos desde el principio que si íbamos a usar cambios de intensidad, calma y
distorsión, al menos teníamos que intentar ser originales al respecto, por eso
ha habido un estudio muy concienzudo de ir desplazando en tiempos estas
explosiones y hacerlas más huidizas. Recuerdo momentos en el local de “en la
primera parte hacemos 4 tiempos, luego 3, ahora 2 y por último 6”, por joder y
por despistar. Algo que luego, por cierto, nos hace disfrutar menos en directo
algunos de los temas, porque para nosotros mismos requieren bastante esfuerzo
mental. Al margen de esto, nuestra apuesta fue clara desde el principio
poniendo un tema de más de diez minutos como apertura del disco: si te parece
un coñazo no sigas escuchando, porque no te va a gustar. O eres paciente, o
puerta. Que te den por culo, básicamente… ¡Ponte a los Gemeliers!
3-¿Creéis que alguien que no esté
familiarizado con los referentes y postulados que manejáis puede entrar
fácilmente en vuestra música? Dicho más sencillo: ¿es música para todos los
públicos?
Pues la verdad es que nos ha
sorprendido que parece que nuestro disco le ha gustado a mucha gente, y además
a gente con gustos muy diversos, porque sinceramente esperábamos que la peña
pasara de nosotros y nos catalogara como un auténtico coñazo. No les hubiéramos
culpado, la verdad. Pero, por ejemplo, en nuestra segunda intervención en el
festival Monkey Week, el año pasado, como finalistas del Concurso de Pop-Rock
del Desencaja, había varios niños chicos bailando al pie del escenario, un
hecho que nos gustó mucho, por supuesto, pero que nos dejó perplejos.
En
principio pensábamos que nuestra música iba a tener un público objetivo muy muy
reducido, el que conociera al dedillo todas estas oscuras referencias, e
imaginábamos que la propuesta probablemente le parecería demasiado jevi a los
modernos, demasiado moderna a los jevis y demasiado mal tocada a esa virtuosa
generación de hardcoretas post-Toundra... Dentro de nuestro límites obvios
parece que no, que está gustando un poco más de lo esperado.
4-¿Qué podemos esperar de
Tendudía en directo? ¿Hay variación con respecto al disco? ¿Improvisáis?
En directo podéis esperar mucho
#DOLOR, desde luego… No hay mucha improvisación porque los temas están bastante
cuadrados en cuanto a partes, cambios de ritmo, etc, pero dependiendo del
tiempo que nos permitan para el set sí que tenemos varias, digamos, “opciones”
de repertorio, orden y duración de cada tema. Lo que sí cambia radicalmente es
que, excepto en la presentación que hicimos del disco en Sevilla, en la Sala
Hollander, Marco Serrato (Orthodox, Jacob, Hidden Forces Trio, etc.) y Xavier
Castroviejo (Blooming Látigo) no nos acompañan, y somos Pedro y yo quienes nos
encargamos de las voces y el griterío.
Cuando nos lo permiten y nos cuadra
todo, también, en vez del cuarteto básico nos presentamos en formato extendido,
lo que llamamos de coña “TENTUDÍA+2”, con dos bajos y dos baterías, acompañados
por José Luis de la Vega y Joaquín Andrés Corrales, que también colaboraron en
la grabación. En realidad, cada concierto es un poco diferente, ahora que lo
pienso. Esa tensión de “¿y hoy qué vamos a hacer?” también nos mola…
5-Sevilla es una ciudad con
ciertas costumbres, rituales y tradiciones muy marcadas. Algunas bandas como
Orthodox, tomaron parte de todo ello, aunque fuera para subvertirlo. Vosotros,
en cambio, parecéis muy alejados. ¿Influye en vuestra música el medioambiente
en el que vivís,
la ciudad, las costumbres, el
“tono”, digamos, del entorno?
Bueno, todos somos muy andaluces
en el sentido más tópico de la expresión, queriendo decir con esto que nos
gusta más salir a tomar cervecitas y tapas que a un tonto un lápiz, pero por lo
demás, la verdad es que no nos sentimos mucho como parte de “algo sevillano”.
Alberto y yo, además, somos un poco mixto-lobo, medio de Cádiz y medio de
Sevilla, como la autopista. En Sevilla lo que prima es el rollo más clasicón, y
eso nos aburre soberanamente. No tenemos nada que ver, a nivel de –ejem- escena
con lo que llamamos medio de coña el “rock alamedero”, aunque nos puedan gustar
algunos grupos y por supuesto tener muchos amigos que tocan en ellos (perdón,
amigos, os queremos pese a todo). Sí que tenemos una buena alianza con grupos
como Orthodox, Blooming Látigo, PYLAR, Malheur, Miraflores, Santacruz o
Sweethearts from America, algunos de ellos porque también editan con Knockturne
Records, pero todos y por encima de cualquiera otra circunstancia porque son
amigos y porque los admiramos como artistas. Sobre todo por intentar hacer
cosas distintas en una ciudad que, para algunas cuestiones, resulta
cansinamente inmovilista.
En mi caso particular, musicalmente tengo mucho más
que ver, en cuanto a gustos, con un slowcoreta de Louisville o con un rapero de
Queens que con un patillero rumboso de mi ciudad, por mucho que mi madre me
cantara de pequeño Lole y Manuel para dormirme. Aunque, si te fijas con
atención, quizás puedas descubrir algún deje semanasantero en nuestros temas,
jejeje… Debe de ser nuestra herencia Macarena.
6-¿Cuáles son vuestras
intenciones como grupo? ¿Queréis vivir de ello, es sólo un pasatiempo o estáis
en la gama de grises que hay entre ambos puntos? En este último caso,
explicadme en qué punto exacto.
Vivir de TENTUDÍA es imposible.
Para empezar, porque no nos interesa. Yo concretamente soy ya un señor con una
edad y un trabajo y una pareja estables, y la idea de vivir on the road hace ya década y pico que
dejó de parecerme mínimamente interesante. La mugre es interesante en los
cuentos de Bukowski, pero en la realidad menos... Además, acabo de volverme a
vivir a El Puerto de Santa María, donde crecí. Alberto también tiene su vida
hecha, curra en Madrid y sus horarios son bastante leoninos. Pedro y Paula, que
son los que siguen en Sevilla full time, intentan desesperadamente vencer al
mercado laboral nacional, que tiene un especial interés en hundir a nuestros
jóvenes, tan sobradamente preparados… Así que sería bastante complicado
intentar hacer de esto una profesión, porque ya quedar para ensayar resulta a
veces una odisea. Y en el caso remoto de que nos lo planteáramos, para un grupo
de nuestras características creo que resultaría bastante complejo, por no decir
titánico.
A pesar de que creemos estar teniendo bastante más éxito del que
esperábamos inicialmente y algunos conciertos se han saldado con entradas muy
aceptables (para lo que somos, quiero decir), luego la realidad es aplastante:
hicimos una mini gira junto a Buena Esperanza, grupo con buena promoción, que nace
de otros ya conocidos, con primeros puestos en las listas de lo mejor del año
de la prensa especializada etc., y vinieron a vernos 16 personas a Mairena del
Aljarafe y CERO a Cádiz. Con CERO me refiero a CERO: el técnico de sonido, dos
camareras, el DJ de la sala y el portero. Y dos de nuestras parejas. NADIE vino
pagando. Aun así, como somos buenos profesionales, dimos ambos bolos con gusto,
pero vaya, te hace replantearte ciertas cosas, si es que por casualidad te has
creído algo, ¿no? Puedes llegar a pensar que has alcanzado cierto estatus por
haber salido en Ruta66 o Mondosonoro, pero no, haciendo nuestra música hay que
seguir siendo realista en todo momento para luego no llevarte muchas decepciones.
7-La escena subterránea sevillana
parece estar en un momento de gracia con sellos como Knockturne o Alone, y
bandas como vosotros, Hidden Forces, Blooming Látigo, Miraflores o Pylar. ¿Por qué sucede? Supongo que las cosas no surgen de la
nada y que tenía que haber un sustrato vivo para poder haber
llegado a esto.
Es algo de lo que hemos hablado
mucho entre los colegas, desde luego que sí, porque la escena más underground
de Sevilla está que arde, y eso es algo fantástico. No tenemos muy claro el
porqué, pero sí es curioso ver cómo la mayoría de los músicos en esos grupos
somos gente ya, ejem, mayor, tirando a los 40 tacos, que de pronto está
viviendo como una segunda juventud… Yo creo que la mala leche que nos está provocando
la situación actual ha sido uno de los claros revulsivos, pero esta es una
opinión muy personal y quizás sesgada, y luego cuando digo que igual si no me
pongo a pegar guitarrazos empiezo a quemar cosas o a matar gente, llegan mis
compis de grupo y me riñen, por proto-terrorista… Así que me moderaré. Pero
creo que hay una mala baba general, cocida a fuego lento durante muchos años, y
que un poco por combustión espontánea y colectiva está llegando a la
superficie. Sea por lo que sea, en ese
aspecto concreto (en otros NO) Sevilla ahora mismo mola que te cagas. Y ya era
hora, coño, que al fin y al cabo estamos hablando de una ciudad de un millón de
habitantes con una historia de rock de vanguardia muy importante.
8-¿Os consideráis un grupo de
rock, o hay otra definición para lo vuestro?
Sí, por supuesto. Aunque podamos
hablar de términos como slowcore, stoner, post-rock y demás etiquetas que nos
encantan a los críticos (yo lo he sido durante más de 15 años, aunque ya no
ejerza demasiado porque se me acabó el amor), por actitud y por sonido somos un
grupo de rock. Casi instrumental y raro,
por supuesto, pero rock al fin y al cabo. Nos hemos auto-etiquetado como
post-jevi por el chiste, básicamente, igual que hice con D4insight en el 98 con
aquello del freecore… Ganas de guasa, básicamente, por responder de nuevo a los
tópicos que vierten sobre nuestra tierra. Con lo de rock nos vale.
9-¿Creéis que la música
independiente actual –la de verdad me refiero- es todavía un canalizador de
ideas que pueden cambiar la sociedad? Si es que sí, ¿Cómo? Si es que no, ¿por
qué?
Uhm… No lo tengo muy claro. De
hecho, aunque pueda compartir el grueso ideológico de propuestas como, por ponerte
un ejemplo, la de Fundación Robo, me da un poco de miedo que mi música termine
siendo un panfleto. Además, creo que el interés máximo de un músico debe de ser
el hacer buena música, punto. Si luego además dices cosas interesantes, mejor
que mejor, pero eso de enarbolar banderitas con BSO de fondo no me interesa.
The Clash y Fugazi, por decir los dos primeros que se me vienen a la mente,
eran muy interesantes a nivel de mensaje, pero por encima de todo era unos
grupos cojonudos. Igual que el flamenco de antes de las subvenciones, por
hablar de algo muy de aquí. Pero vincularlo todo al mensaje creo que es un
error, porque entre otras cosas va a convertir tu música en algo demasiado del
momento, caduco en un par de años.
Dicho esto, creo que TENTUDÍA es un grupo
político en el sentido de que hemos sido, por nuestra parte y junto a Knockturne,
totalmente D.I.Y., y también porque nuestra música sirve como elemento de
canalización de rabia, en primer lugar para nosotros y en segundo plano para el
oyente, pero para esto no creo que haga falta que digamos que votes a tal
partido o que hay que acabar con “la casta”. Es más, creo que estas cosas se
sobreentienden para un oyente culto (en todos los aspectos). Además, si ni yo
mismo tengo una opinión sólida para según qué temas al margen de mis ansias por
la destrucción, ¿cómo voy a atreverme a darle lecciones a nadie? Me parecería
pretencioso, poco humilde y, en general, estúpido.
Creo que no te he
respondido demasiado a tu pregunta, pero bueno... A nivel estrictamente de
negocio, la verdad es que me parece mucho más interesante ver cómo los chavales
del hip-hop y el R&B norteamericanos han agarrado a la industria por los
cojones, triunfando en las redes sociales con sus mixtapes gratuitas, ganándose
una legión de fans irredentos, y teniendo luego a los sellos a sus pies como corderitos,
como es el caso de colectivos como OFGKTA, Black Hippy o el sello TDE, y
artistas como Drake, The Weeknd o A$AP Rocky. Creo que en ese aspecto nos
llevan bastante ventaja a los roqueros a la hora de autogestionarse.
10-Aunque no totalmente, en gran
parte sois instrumentales. ¿Por qué?
Porque no nos sale ser de otra
manera. Así de claro. Y mira que nos gustaría, pero no lo tenemos dentro… Nos
ha ayudado mucho tener que adaptar las colaboraciones de Marco y Xavi a nuestro
set, y puedo decir que yo ahora me siento cómodo en directo cantando y
gritando, pero no es algo natural para mí. Pedro sí que berreaba ya con sus
Monkeypriest, pero en TENTUDÍA no le pica la voz tampoco de una manera
epidérmica. Eso sí, tras ver cómo han cambiado los temas las colaboraciones en
el disco, y lo a gusto que nos sentimos ya nosotros adaptándolas en directo,
tenemos como asignatura pendiente asociar las voces al proyecto de manera
interna. Eso sí, sin obsesiones y, como se suele decir, como un instrumento
más. Si hay, perfecto. Si no, también, porque creemos que la música se sustenta
sola sin problemas.
11-Hay dos formas recurrentes de
describir la música instrumental: una de ellas es aplicarle el calificativo
“paisajístico”, la otra hablar de “soundtrack”, de “banda sonora de una
película imaginaria”. ¿Os sentiríais cómodos si un crítico se acercase a lo que
hacéis desde esos enfoques? ¿Tienen sentido?
Nos sentiríamos comodísimos con
la idea si la reseña de ese crítico hace que un director famoso nos contrate y
nos haga millonarios, jejeje. A mí particularmente no me molestan ninguno de
los dos términos. A pesar de que creemos que el disco tiene una especie de
desarrollo o intra-historia que va ligando las canciones desde el principio
hasta el final a modo de guión, para entendernos, no hacemos expresamente
música para películas imaginarias porque la música nos sale por propulsión, de
manera espontánea y sin imágenes, pero… ¿Creemos que quedaría bien como banda
sonora? Sí, eso está claro.
12-¿Cómo os metisteis en el mundo
de la música? ¿Cuáles son vuestros primeros recuerdos al respecto y qué ha
cambiado desde entonces?
Yo empecé a tocar la guitarra
como a los 14 o 15 años, allá por el 92 aproximadamente, y he tenido muchos
grupos, de Tan Low a D4insight pasando brevísimamente por Úrsula y Sr. Chinarro
(en el nunca bien ponderado “La primera ópera envasada al vacío”, donde se nos
acusó injustamente de oscurecer el mundo Luque, jejeje), y colaborado con mil
otros más, creando colectivos, etc. Llevo escribiendo sobre música desde
finales de los 90, en revistas como aB, Go Mag, Ciclo, Era, FREEk! Magazine o
CLONE y puntualmente también, en su día, en Mondosonoro y Ruta66. Me metí en la
música por pura pasión, por necesidad de mamoneo, y luego se ha terminado
convirtiendo en algo parecido a una profesión. Hice promoción para Green Ufos,
he sido tour manager y he trabajado y trabajo para una interminable sucesión de
festivales, desde el FIB hasta el Tanned Tin en su época cántabra, hasta llegar
a los más actuales, como Territorios Sevilla, Electrochock (US) o la Bienal de
Flamenco.
En cuanto a los demás, Alberto
estudió piano y todavía tiene pesadillas recurrentes con los exámenes finales,
aunque este es su primer grupo de rock oficial. Pedro es un tercio de
Knockturne Records y lleva ya mucho tiempo tocando con otras bandas, como
Monkeypriest. Además, organiza conciertos de manera local, el tío chalao, que
hay que tener valor.... Y Paula también ha tocado con otras bandas, como
Holland.
13-¿De qué vivís? ¿Os aporta la
música un ingreso extra u os cuesta dinero?
Hemos sido capaces de
autogestionarnos y grabar el disco y hacer camisetas y demás sin que nos cueste
el dinero, equilibrando con los pocos bolos en los que sí nos han pagado un
mínimo de caché, pero claro, sin contar con todo el equipo que trae cada uno ya
puesto de casa, que al final es una pasta, aunque no sea inversión directa de
la banda. Digamos que hemos conseguido no arruinarnos demasiado a la hora de
invertir en los objetos físicos de la banda, pero lo del ingreso extra es como
un mirlo blanco para un grupo como nosotros, que además trabaja a espaldas de
la SGAE, pone su CD de 50 minutazos al ridículo precio de 5€ y no intenta
moverse demasiado por los ambientes donde se cuece la pasta. Como se suele
decir por aquí, “semo pobre pero honrao”.
14-La producción de vuestro disco
es extremadamente limpia, lo cual no es muy habitual. ¿Estáis contentos con el
resultado final del trabajo? ¿Cómo lo grabásteis? (Veo que fue en La Mina, que
parece ser una opción recurrente en esa generación de bandas de la que hemos hablado).
Muy contentos con el trabajo de
Raúl, un tipo estupendo que te aconseja sólo cuando se lo pides, y en esos
casos siempre suele tener razón… Además, La Mina es un lugar tan freak como
cómodo y encantador, que además nos queda cerca de casa. Lo de la limpieza del
sonido era una apuesta nuestras desde el principio: creemos que las cosas
tienen que sonar nítidas a pesar de que usemos mucha distorsión de manera
puntual, y de hecho hay muuuchas bandas que se “esconden” tras los efectos. Eso
es trampa, una manifiesta cobardía.
Yo por ejemplo uso un delay, un Little Big
Muff y un afinador, punto. Ni reverb. Nosotros nos exponemos muchísimo; en la
mayoría de las partes de nuestras canciones tocamos muy lentos y en limpio, por
lo cual cada cagada es pública y notoria, no hay manera de tamizarla. Y esa
tensión de tenerlo que hacer bien por narices creo que se transmite al público,
y que es positiva para los temas. Raúl consiguió que sonáramos exactamente a lo
que sonamos, y para haber grabado el disco en directo, en una sola jornada y casi
todo en primeras tomas, no puede sonar mejor, la verdad. El segundo día de
estudio vinieron los colaboradores y el resto del tiempo fue mezcla, que tuvo
un tostaíto analógico final por aquello del feeling.
Para nosotros era importante que todo fuese natural y directo. Quizás para el
futuro nos planteemos otra manera de trabajar, pero para esta primera vez queríamos
que así fuese. No olvidemos también que, si no tienes dinero y un gran sello
que suelte los euros, es complicado trabajar en plan Scott Walker.
15-El disco tiene ya un año.
¿Cómo habéis evolucionado desde entonces?
A ojos de un extraño, casi nada.
Internamente, mucho. De hecho estamos en lo que se podría definir como un
periodo de reflexión forzado, porque a base de dar conciertos te das cuenta de
que hay temas que funcionan mejor y otros que no tanto, y que además esto no
responde necesariamente a lo que nosotros podríamos haber pensado inicialmente.
Curiosamente creemos que funcionan mejor los temas más sencillos y primitivos,
lo cual da un poco de rabia pero también tiene su lógica. Adaptar las voces ha
sido quizás el mayor reto, y lo que más puede marcarnos en el futuro. Ya
veremos, nos tomamos las cosas con calma, también porque por disparidad
geográfica y laboral nos vemos forzados a ir bastante lento.
16- Me parece que hay un uso
bastante original y efectivo de los teclados en temas como “LAX”, lejos del
sonido que suele tener ese instrumento habitualmente…
El uso del sonido de piano que le
da Alberto en temas tan brutos como “LAX” o “Arrache-coeur” es quizás lo que
más nos distingue de otros grupos, al igual que las capas de sintes ruidosos en
otras como “Herbie”. Se nota que, aunque sus gustos sean comunes, su
aprendizaje del instrumento es clásico, y ese choque con la facción más
hardcoreta/jevi del grupo le da mucha vida a las canciones.
17- ¿Cómo es vuestro proceso de
composición y ensayo?
Hay algunos temas que se han
cocido a base de improvisar un riff en el local e ir desarrollándolos a base de
ensayos, pero lo más normal es que yo llegue con una línea de guitarra o
Alberto con una de piano y a partir de ahí empecemos a crear el armazón. La
verdad es que al final, curiosamente, no solemos cambiar mucho de la estructura
original que llega en primera instancia al local, pero la transición de esa
idea de un minutito hasta los diez, por ejemplo, sí que nos lleva mucho tiempo.
Digamos que la parte que más tiempo consume es la de escribir el guión, la
intensidad y los cambios a cada tema.
18-¿Podríais definir cuál es el
mensaje de la banda o al menos su intención, lo que se trata de comunicar?
El #DOLOR, está claro, jajaja…
Ahora en serio, nuestro mensaje se podría definir en destruir cosas y encontrar
luego la belleza que queda en los escombros. Exorcizamos nuestros demonios
delante del público por pura necesidad, y esperamos que esto les sirva también
a ellos para convertirlos en sus propias historias.
19-Vuestra música es lenta pero
no siempre repetitiva o circular (como parece ser lo más habitual últimamente),
intuyo ciertos desarrollos que van evolucionando de manera discursiva. ¿Qué
parte de todo eso es consciente e intencionada? ¿Creéis que los desarrollos
lentos pueden
ayudar a un cierto desarrollo
personal introspectivo o “espiritual” del oyente?
Totalmente: los drones son para
nosotros el pan nuestro de cada día. Cuando toco la guitarra en mi casa, solo,
tiendo a buscar esos arpegios que hacen que me quede “colgado” durante minutos
y minutos. Incluso con una guitarra española con cuerdas de nylon, a veces me
quedo amamonao escuchando las ondas de sonido que salen de la caja... Mi novia
me mira con caras raras, te puedes imaginar.
Eso sí, no lo veo como una
búsqueda espiritual, de una manera explícita, porque soy bastante racional para
muchas cosas, pero ciertamente activar las ondas alpha del cerebro es una de
nuestras intenciones más básicas. ¡A la felicidad por la lentitud! Y aunque
pueda sonar un poco raro para una banda con nuestro sonido, puede que nuestro
gusto por la electrónica también influya, en el sentido de que pensamos las
partes de las canciones y los instrumentos como loops que se van poniendo y
quitando.
20- Bandas de Sevilla de las
últimas décadas que os parezcan importantes. Desde los sesenta hasta aquí.
Sin orden ni concierto y saltando
de un estilo a otro: Lole y Manuel, Alameda, Smash, Triana, Sr. Chinarro, Hippaly,
SFDK, Toteking, Niño de Elche (por adopción), Pony Bravo (por poner Sevilla en
el mapa del indie, te guste más o te guste menos), I Am Dive (por sacar uno de
los discos cortavenas más bonitos de los últimos años), Orthodox (obvio) o
Blooming Látigo (la gran banda-casi-desconocida de la ciudad). Pero hay muchas
más que merecen ser escuchadas, como Malheur, Miraflores, Holland,
Monkeypriest, José Cicuta, Marina Gallardo, Blacanova, Tannhäuser, Santacruz,
Blusa… Y me dejo muchas, seguro, ya me arrepentiré cuando me peguen collejas.
21-¿Cómo veis el actual momento
musical en España comparado con la década inmediatamente anterior?
Interesante. Complicado porque
cada vez queda menos “industria”, pero a la vez mejor, porque esta industria
merecía la pena capital. Si te las sabes arreglar por ti mismo, vivimos un
momento magnífico, y la proliferación de grupos en todas partes, de Galicia a Cádiz
pasando por Madrid, lo hace evidente. También hace que sea más complicado
destacar, pero bueno, es lo que hay. Es todo un poco caótico, pero yo lo
disfruto bastante, y de hecho me parece mejor caldo de cultivo que lo que viví
en décadas anteriores.
22-¿Qué hay después de la muerte?
Darle de comer a los gusanitos y
que ellos, al hacerlo, escuchen en sus diminutos cerebros el “Children of the
Sun” de Dead Can Dance, cantado por Brendan Perry, que viene muy a colación de
estos temas aunque alguien me acuse de #treehugger. Ah, y Camarón, claro, que
está allí esperándonos a todos poniéndose púo mientras.
23- Y cualquier cosa que queráis
añadir…
[Pero con voz de abuela]: “Chiquillo, ¿y esto cuándo sale?”. No,
ahora en serio, no estaría de más recordar que el CD de TENTUDÍA cuesta la
absurda cantidad de 5€ envío incluido, bajo la oferta veraniega actual de
Knockturne Records. Con un portadón cortesía de El Señor Gómez & la
Señorita Swallow y conteniendo casi 50 minutos de post-jevi abrasivo suena un
poco a coña, ¿no? Y encima, si te compras todo el pack de lanzamientos del
sello, siete ni más ni menos, te sale a 30€ la jugada. Una broma.
Esto me ha
quedado un poco tendero, lo sé, pero no está mal recordar a aquellos que se
parten el pecho por el rocanrrol en
las redes sociales que de vez en cuando, sólo de vez en cuando, mola comprar un
disco a los grupos, sobre todo en casos como el nuestro en el que no editamos
con una major, no trabajamos con distribuidoras ni tiendas y además actuamos
bajo Creative Commons y nos parece fantástico que la gente se lo baje y
comparta, si le place. He dicho.
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