sábado, noviembre 05, 2011

UN IDILIO DE LOS 90, HOY (Entrevista con GOLD-BEARS)

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Tengo una cinta que me grabó una chica en el 97. Está decorada con pinturas y grapas y aún la escucho al menos una vez al año. Me pone de buen humor, aunque es un buen humor agridulce. Entre otras rarezas del pasado, contiene varias joyas intemporales de pop energético, nervioso y gloriosamente juvenil, desde “Refugee” de los Parasites a “Shimmer Like a Girl” de Veruca Salt, pasando por “Anyone Can Play Guitar” de Radiohead; hits de cuando la angustia era otra cosa bien distinta al polvoriento poso de la treintena y “Solar Sister” nuestra canción. Si volviésemos a tener veinte años y aquello volviese a suceder, “Record Store”, el pelotazo que abre el nuevo disco de los Gold-Bears, estaría en esa cinta. Tal cosa no sucederá, y la mayoría lo sabemos, pero Jeremy Underwood, cabeza compositiva de la banda de Atlanta, es capaz de crear caramelos de pop ensoñador, visceral y pletórico donde decepción, esperanza, recuerdo y futuro se entrelazan como si aún fuese ayer. “Are you Falling in Love?” lo confirma como un maestro en lo suyo, fino orfebre de una tradición puramente noventera que se ha convertido ya en una forma más de entender la música en sí misma; paladín “Indie” a la vieja usanza –nervio melódico, guitarras expresionistas, emoción a flor de piel- que consigue revivir la vieja ecuación con inesperada luz.//LUIS BOULLOSA

KAPUT- “Record Store”, la primera canción de vuestro disco, me recuerda poderosamente al trabajo vocal y de guitarra de Bob Mould en sus mejores tiempos, ese tipo de emoción agridulce encharcada en olas de guitarra. ¿Os ha influido?

J. Underwood- La verdad es que eres la segunda o tercera persona que sugiere que Bob Mould es una influencia en nuestras música. No lo es. Cuando estaba en el instituto escuché a Sugar casualmente. No siría sin embargo que Sugar o Husker Du sean influencias en absolute. A principios y mediados de los noventa me metí en muy buenas bandas de indie pop e indie rock como Fudge, Superchunk, Black Tambourine y Boyracer. Fue ahí cuando empecé a componer música en serio.

K- Podemos considerar “Are You Fallin in Love?” un album conceptual sobre el amor? Parece aproximarse al amor y sus varias fases desde distintos enfoques…

J.U.- No establecimos que íbamos a escribir un álbum conceptual sobre el amor. Sencillamente, de algún modo, sucedió. Es verdad que toma diferentes momentos y puntos de vista sobre el amor y las relaciones. Por encima de todo, es un album bastante enfadado. Pero, te repito, no intentamos HACER nada, simplemente salió.
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K- Parece obsesionarte el momento, la foto sónica del momento concreto en que empieza o acaba el amor.

J.U.- ¡Si! Cuando estás enamorado o tienes una relación, el momento es lo más importante.

K- También usas muchas referencias personales que el oyente no conoce. Eso crea una especie de misterio en las canciones…

J.U.- Eso es intencionado. Me gustan las canciones que te hagan preguntarte a qué se está refiriendo el cantante.

K- ¿Como componéis? ¿Cambia el método cuando tratáis sobre un tema específico?

J.U.- No cambia. Soy el que escribe la mayor parte de las canciones en el grupo. Escribo mucho y las canciones me vienen en el momento más inoportuno; por ejemplo, he escrito canciones mientras conducía. Básicamente, escribo la melodía y la letra primero, que quizá sea la razón por la que estén tan llenas de palabras. Me gustan las canciones que tengan detalles vívidos. Me gusta pensar en la situación más mundana y detallarla a fondo.

K- La mayor parte de bandas nuevas en España pierde dinero en lugar de ganarlo, con lo cual el Rock&Roll ha evolucionado hacia una especie de entretenimiento de clase media. Lo haces porque lo amas, pero sabes que jamás pagará ninguna factura. ¿Cómo va por ahí?

J.U.- Tenemos suerte de que Atlanta sea bastante abierta para las nuevas bandas. Fue relativamente fácil para nosotros conseguir bolos al empezar. Ya fue un poco más duro cuando salimos de gira. En ese punto, agoté todos los contactos que había hecho con mi banda anterior. Pero, sí… hay tantas bandas en los Estados Unidos. Desearía poder erscucharlas a todas. Soy un ávido fan y comprador de discos. Sólo desearía tener tiempo para descubrir a cada banda nueva. Sé que ahora mismo hay una banda ahí fuera hacienda música que me haría sentir algo fantástico pero a la que quizá no escuche nunca. Es triste. Hay muchas bandas muy buenas en Atlanta y he conocido a gente fantástica en bandas. Small Reactions y Coathangers son mis favoritas. Me encantan sus discos.

K- ¿Cuáles son tus influencias no musicales?

J.U.- Las relaciones personales son una gran influencia para mí. Mis amigos son una influencia y apoyo primordial en mi vida. Los quiero de verdad. También me encanta viajar. Un montón de paisajes visuales entran en nuestras canciones. Al menos los lugares y los nombres de lugares lo hacen. No, no creo que nuestro sonido esté afectado por el lugar en que vivimos. Apenas salgo de casa, así que no estoy influido por ninguna escena musical, la verdad, aparte de lo que sucede en la música pop. Atlanta parece ser muy abierta para las nuevas bandas y sonidos, lo que mola, teniendo en cuenta que no es una ciudad muy “pop”. Aún así hemos conseguido escarbar una bonita esquina para nosotros.

K- ¿Qué importancia le das a la parte estética de la música (portadas, vídeos, etc…)?

J.U.- La estética la define no solo el sonido de un disco sino también su apariencia. Nuestra música tiende a ser austera y desmañada, y al tiempo evoca recuerdos. Creo que las portadas de nuestros discos y nuestros vídeos retratan eso.

K- Se os ha considerado punk pero también sois poderosamente pop. ¿Cuáles son vuestros elementos punk, si los hay?

J.U.- ¡Sí! Somos la hostia de punk pero también la hostia de pop. Me encanta el punk de Buzzcocks, Subway Sect y Ramones. Estuve muy metido en la escena riot grrrl en los noventa, así que Huggy Bear, Cold Cold Hearts y Bikini Kill también son grandes influencias. Wedding Present es ciertamente una gran influencia y “Bee Thousand” y “Alien Lanes” (Guided By Voices) también fueron influencias para mí de joven.

K- ¿Crees que el rock&roll es para la gente joven o finalmente se ha convertido en una disciplina para todas las edades?

J.U.- Bueno, yo tengo 31. No creo que el Rock&Roll sea para los críos. Si es así, que alguien me dispare ahora mismo.

K- ¿Os veis como parte de alguna corriente o tradición musical? ¿Qué tomáis de ella y que le dais?

J.U.- Espero que pertenezcamos a la tradición del pop indie. No solo porque estemos en un sello seminal de pop independiente sino también porque me identifico de verdad con la música. Crecí escuchando música pop y solo espero que quizá alguien, en unos años, diga “sí, Gold-Bears fueron una banda de Indie pop bastante decente”. La tradición me está dando nuevos amigos que lo serán por mucho tiempo, lo cual mola.

K- ¿Cuáles son tus primeros recuerdos relacionados con la música?

J.U.- Siempre ha habido música en mi vida. La familia de mi madre son el grupo de ópera Mantovani. Mamádo. siempre nos animó a mí y a mi hermano a tocar. Desde tiempo inmemorial he consumido cantidades masivas de música, constantemente. Honestamente no podría elegir un primer recuerdo, siempre ha estado ahí. El disco de navidad de Chipmunk cuando teía siete años, escuchar discos de Glam Rock a los once o doce, descubrir el indie pop/punk/rock a los catorce, conseguir mi primer cuatro pistas a los quince, y todo el camino que lleva hasta Gold-Bears. Tengo una memoria vívida de cada uno de esos momentos.

K- ¿Para qué es la música?

J.U.- Para todo

K- ¿Qué hay después de la muerte?

J.U.-- Nada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

como dije en el ipunk, no los conocía de nada pero la canción de record store sa sale!

Anónimo dijo...

ya he leído la versión corta en el ruta