miércoles, agosto 25, 2010

SIXTEEN STRAWS (The Drones)

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Grandes cosas de los putos anglosajones cuando se ponen farrucos y les da por mandar a tomar por culo la autoridad: Tienen una sana visión de lo tradicional en la que no cabe el miedo al plagio, y les gusta ir hasta el hueso. Que Gareth Liddiard (izda.) es uno de los grandes escritores de canciones de hoy no lo duda nadie que lo haya seguido con algo de detenimiento. Que es un mal bicho de escenario como pocos, nadie que haya estado en uno de sus conciertos. Que el principio de esta letra es clavado al de la tradicional "Moreton Bay", nadie que las compare ambas. Su actualización va mucho más allá del tributo, sin embargo, construyendo una oscura, despiadada historia de convictos que fluctúa entre el folk, el cuento de terror y la reflexión metafísica y que merece por derecho propio un lugar de honor en el canon rebelde. Al parecer, según leo, se dieron casos similares en grupos de convictos católicos en Australia cuando el país recibía masivamente ese flujo de "inmigración" desde la metrópoli. Era una especie de manera de esquivar el pecado mortal del suicidio en la cual el asesino podía, posteriormente, confesar su falta y ser perdonado. El grupo al completo sería después condenado a muerte lo que, según se vea, puede que fuese un alivio. La canción original puede resultar un poco ardua tragada en seco y sin entender la historia. Una vez comprendida creo que adquiere sentido y se puede apreciar mejor esa cansada dicción de Liddiard, humana hasta lo doloroso. más información sobre el sistema penitenciario "aussie" en la época en que la pérfida Albión dominaba el mundo, AQUÍ. La traducción, como se puede comprobar, es muy aproximativa y hay algunos puntos que no tengo claros, como el significado de "Chief Flogger", que, supongo, se refiere al soldado encargado de administrar las penas de latigazos, y no literalmente a un "verdugo", como lo traduzco. Tampoco tenía claro si "six Enfield rifles" se refería a los rifles Lee-Enfield usados por el ejército inglés o a algún cuerpo de fusileros. Opté por la primera opción al no encontrar rastro de ningún cuerpo similar. //Luis Boullosa

DIECISEIS PAJAS

Una mañana de domingo
mientras estaba paseando
junto a las aguas del Brisbane,
me extravié
y me encontré a un prisionero
que yacía medio cubierto por el agua.
Me había visto venir
y empezó a decirme:

Yo era un nativo de la Irlanda de Erin
Y antes de ser traido
a este horrible lugar
me arrancaron de mi mujer
y mi hijo recién nacido
y mis padres enfermos.

He sido prisionero en Port Macquarie
la isla de Norfolk y las llanuras de Emu,
en Catle Hill y el maldito Toongabbie,
y en todos esos asentamientos
trabajé encadenado.
Pero entre todos esos lugares de condenación,
cada penal de Nueva Gales del Sur,
no encontré ninguno igual a Moreton Bay
Su tiranía hace palidecer al resto

Conocí a O´Brien,
el defensor del Ulster.
Había dejado Irlanda ardiendo,
llegó aquí para su velatorio.
Era el que hacia planes,
una pesadilla jacobita.
No podían romperlo,
así que lo enviaron lejos.

El judío tenía una mano,
era un hombre violento.
Había cargado diez kilos de cadenas
desde antes del principio de los tiempos.

Justo antes del amanecer
Su hambre despertó
Había recogido grano de entre la escoria
que había encontrado por el suelo.

No había ningún tipo de muro,
tan lejos está el norte.
El comandante Logan
era sin duda el diablo.
Su verdugo estaba loco.
Oí a un guardia decir
que había lavado su látigo en un cubo
y se había bebido los restos

Bien, escuché un rumor
en los barracones, una noche:
El judío y O´Brien
habían hecho un cuchillo.
Pretendían matar a Logan,
pero mi voluntad se había quebrado.
El secreto danzaba en mi cerebro
y al día siguiente, hablé

Me devolvieron al grupo
sin decir palabra de lo que había hecho
O´Brien y El Judío
Recibieron 300 latigazos.
O´Brien volvió.
Se le veían los huesos de los hombros.
Su piel nunca curó,
se volvió mórbido y extraño.

Estábamos con el grupo de trabajo en la carretera,
cavando un agujero,
yo luchaba con mis remordimientos,
mis nervios se habían disuelto
Ante 15 pares de ojos
O´Brien propuso:
“¿Iremos al cadalso,
Acabaremos con nuestra desgracia?
Sabeis como funciona,
solo pido juego limpio.
Sacaremos 16 pajas,
nada más hace falta
¿Por que deberíamos aferrarnos a
la paja de nuestras vidas
cuando solo estamos condenados
por nuestra voluntad de sobrevivir?”

Recogimos dieciseis pajas y luego escogimos
Yo saqué la larga, el judío la corta.
Dijo: “reza a Dios para que te perdone
Y al menos hazlo rápido”.
Catorce pares de ojos me observaban
Cuando le atravesé el pechó con un punzón.
Y durante unos momentos
La sangre fluyó libre.
Luego OBrien dijo “amigos,
esto acaba en un patíbulo,
pero hay un largo camino hasta Brisbane
y somos hombres peligrosos”

Logan era salvaje
y aquello lo llenó de ira.
Había visto el truco católico.
Simple suicidio.
Habíamos eludido su poder,
pero no el del rey
o el juez, río abajo.
Pero seríamos felices colgados.

Nos hicieron marchar a través de los matorrales.
Salimos hacia Brisbane, para ser juzgados,
encadenados en un ballenero
que partió con marea baja.
Con seis marines nerviosos
y seis rifles Enfield,
en el culo del mundo
bajo un cielo indiferente y azul.

El letargo me invadió,
en la popa, bajo el sol
pero me uní a los otros,
debí perder la razón.
Me desperté oliendo a humo, en un caos de brazos,
con un chaqueta roja salpicando sangre
con un agujero en la barbilla
y una lluvia de fuego en mi dirección.
Hubo pánico y disparos,
y el olor de polvora ardiendo.
Lancé un fusil por la borda.
El agua estaba oscura
pero podía ver las luces de la orilla.

Me arrastré sobre mi espalda
hasta el lado equivocado de los cañones.
La pólvora me abrasó. Pensé
"Estoy muerto".

Vi cosas terribles.
Hombres reducidos a pedazos.
O'Brien estaba muerto.
Vi trozos suyos.
Me arranqué la camisa,
mis quemaduras eran graves
mis ojos lloraban como pozos,
hinchados y heridos.

No se con seguridad quien sobrevivió.
Todo mi mi tronco ardía,
pero me liberaron de mis cadenas
y salté or la borda.

Me encontraba lleno de asombro
por la historia de aquel pobre desgraciado.
No había oido nada de los amigos
que había dejado en el ballenero,
pero había visto el periódico
y le tuve que explicar
como su comandante Logan
había muerto aquel mismo día:
”Había salido tras vosotros,
estaba de caza,
cuando tuvo un encontronazo con algunos nativos
y le atravesaron el cráneo con una lanza”.

Entonces el prisionero dijo “bien”.
Escuche ruido de botas,
me di la vuelta y fue entonces
cuando llegaron los Royal Marines.



SIXTEEN STRAWS

One Sunday morning
While I was out walking
By the Brisbane's waters
I chanced to stray
There I found a prisoner
Layed half in the water
He'd seen me coming
And he began to say

"I was a native of Erin's Ireland
And before I was brought
To this terrible place
They dragged me away
From my wife and newborn
And my ailing parents
I've been a prisoner at Port Macquarie
Norfolk Island and Emu Plains
At Castle Hill and cursed Toongabbie
At all of these settlements
I've worked in chains
But of all the places of condemnation
At each penal station of New South Wales
To Moreton Bay I've found no equal
The tyranny there makes all the rest pale

There I met O'Brien
The defender from Ulster
He'd left Ireland burning
Came here for the wake
He was a schemer
A Jacobite nightmare
He could not be broken
But he became displaced
The Jew had one hand
He was a violent man
He'd worn the 20 pound irons
Since before time began
Just before the dawn broke
His starvation awoke
He'd pick the corn from the filth
He'd find laying around
There ain't no walls at all
So remote is the North
The Commandant Logan
Was the devil for sure
His chief flogger was mad
I heard a prison guard say
He'd wash his lash in a bucket
Then drinks the remains

Well I heard a rumour
In the barracks one night
The Jew and O'Brien had fashioned a knife
They meant to kill Logan
But my will was broke
My brain reeled with this secret
And the next day I spoke
They put me back on the gang
With no word of my actions
O'Brien and the Jew
Got 300 lashes
O'Brien came off his triangle
With exposed shoulder blades
His skin never healed
He turned morbid and strange

We was out on the road gang
Just digging a hole
I was struggling with conscience
My nerves had dissolved
To 15 pairs of eyes
O'Brien proposed,
'Shall we go to the gallows
Be done with our woes?
You know the game
Fair play's all I'm asking
We'll draw 16 straws then nothing is wanting
Why should we grasp at the
straws of our lives
When we're only condemned by our will to survive?'

16 straws we did then did draw
I picked the long one
The Jew picked the short
He said 'pray God forgives you
At least make it quick'
14 pairs of eyes watched me
Pounding a a shiv through his heart
And for a few moments there was no
stopping the blood
Then O'Brien said 'friends!
On a scaffold this ends
But it's a long was to Brisbane
And we are dangerous men'

Well Logan was wild
We filled him with bile
He'd seen the Catholic dodge
Plain suicide
We'd ascended his powers
But not that of the King's
Or the judge down the river's
But we was happy to swing
We were marched through the scrub
Off to Brisbane for trial
Chained into a whaler
Set off at low tide
With 6 nervous marines
And 6 Enfield rifles
The arse end of the world
And indifferent blue sky

Well I turned to torpor
At the stern in the sun
But I gathered the others must have come undone
I woke breathing smoke in a chaos of limbs
A red coat squirting blood
Through a hole in his chin
And a volley of fire in my general direction
There was panic and shot
And the smell of powder burning
I threw a rifle up over the side
It was dark by the water
But I could see the shore lights
Crouched down in the back
The wrong side of the guns
Getting scorched by the powder
I thought surely I'm done
I seen ghoulish things
Men show limb from limb
O'Brien was dead
There were pieces of him
I tore off my shirt
I was quite badly burnt
My eyes poured like well springs
They were swollen and hurt
I'm not sure who survived
My whole trunk was on fire
But they borke the chains off me
And I bailed over the side."

Well I was amazed by this poor wretch's tale
I'd heard not of the friends
He had left in the whaler
But I'd just seen the paper
and I had to explain
How his Commander Logan
had died just this day
"He'd set out behind you
He was out hunting game
When he startled some natives
Took a spear through his brain"
Then the prisoner said "good"
I heard someone in boots
I turned around and that's when
The Royal Marines came.

lunes, agosto 16, 2010

MOTÖRHEAD (Pabellón de As Travesas, Vigo)

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Hablando de Rock&Roll, quizá las tres bandas intergeneracionales por excelencia -en lo que a España respecta y con suficiente dignidad artística- hayan sido los Ramones, AC DC y Motörhead. Las tres lo bastante inmovilistas para que el vicio acabase por convertirse en virtud; la cabezonería en marca de actitud, estilo y planteamiento vital. Con ellos, el cincuentón que busca justicia nostálgica no suele salir decepcionado, la juventud obtiene su ración de leyenda en aceptable estado de momificación y los de la franja intermedia podemos seguir moviendo el cuello y fingir que todavía creemos en algo. Desaparecidos los de Queens, chiste del rock en ya menor (que diría Jorge Ilegales) los de Angus Young, nos queda la leyenda de Mr. Kilminster. Y el viejo lobo da lo que se le pide, aunque, según se mire, no se le pide demasiado. Estéticamente, esa actitud de viejo padrazo embutido en cuero, con el gesto torcido y el corazón de vodka y anfetaminas. Hecho. Musicalmente, energía, volumen atronador, piñón fijo, orgullosa reiteración de los viejos tics y de los dos o tres temazos que ha compuesto bajo decenas de nombres distintos. En Vigo, el sonido fue por momentos indescifrable y no faltó alguna gamba, como la entrada trastabillada en el “Ace of Spades” que abrió los bises. ¿Importó? No demasiado. La gente venía a lo que venía y se empleó (nos empleamos) en devolver la energía entregada con la misma ciega convicción que la banda, quizá algo más. Nos aferramos a la implacable brutalidad de clásicos como “Stay Clean” o “Killed By Death“, a ramalazos de boggie achicharrado marca de la casa que por momentos hicieron saltar chispas; a lo que queda, en fin, del mito, hoy por hoy. Padres y abuelos espirituales de muchos de los que estábamos, Motörhead -un estilo en sí mismos, cierto- lo demostraron todo hace siglos. Para el presente quedan así, como una tarde de energético desfogue, como un grito colectivo que oponer a la realidad. Pena que la realidad, como bien sabemos, no haga mucho caso de estas cosas y siga intacta ahí fuera, al día siguiente. Y que artísticamente la repetición nunca tuviera demasiado sentido, en realidad. //Kaprikorn